✴Una Salida✴

106 8 1
                                    

Dicen que cuando estás a punto de morir puedes ver pasar tu vida entera frente a tus ojos cómo si se tratase de una película.

Lo que ví fué a Esteban caer al suelo con una bala en el pecho.

Sus hombres rápidamente sacan sus armas disparándole a Alex que sigilosamente llegó a salvarnos.

Las puertas del lugar se abren de golpe y varios policías armados y protegidos con chalecos antibalas entraron a la bodega, ordenan que suelten sus armas y levanten las manos, aunque los hombres de Esteban no piensan ceder, son capaces de morir por vengar la muerte de su jefe.

Estoy en medio del fuego cruzado y unos brazos rodean mi cintura alejándome de la lluvia de balas, cuando estamos detrás de unas cajas de madera me gire viendo a Calum.

—¿estás bien? ¿estás herida?—inspecciona con  su mirada cada parte de mi cuerpo, cerciorándose por el mismo que así sea.

Asenti logrando que se tranquilice, al menos un poco.

Los disparos siguen uno tras otro, maldiciones y golpes es lo que se escucha, hasta que un último disparo logra que todo quede en silencio. Junto con  Calum nos ponemos lentamente de pie y siento ganas de vomitar, mirar tanta sangre y cuerpos sin vida regados en el suelo es una imagen que mi estómago casi no es capaz de sosportar.

Los policías se encargan de retener a los que sobrevivieron a las balas mientras les dicen sus derechos, sin  embargo esos hombres siguen luchando inútilmente para liberarse de las esposas en sus muñecas.

Apenas me aparto de Calum salgo del lugar en busca de alguien que me debe muchas respuestas, ya cerca de la patrulla quise hablar con  él más me detengo cuando una mano se posa en mi hombro.

—hiciste un gran trabajo—dice Alex a mi lado.

—llegaste tarde—reclame

—diría que justo a tiempo.

Tiene razón, si hubiera sido lo opuesto Esteban no estaría dentro de una bolsa siendo llevado a la morgue, sería yo.

—necesito hablar con Diego—pido en un murmullo

—será después—comenta—¿sabes? el plan se hizo antes de lo previsto e increíblemente salió a la perfección, debo darle créditos a Erick por ayudarnos a que el rastreador se activara en el momento preciso

Me quité el collar del cuello y tomé el corazón que prende de una esquina, si Erick no presinaba el botón en cuanto nos trajeron aqui estaríamos perdidos, el miedo me controló y me bloqueó, agradezco que estuviera conmigo para ayudarme.

—supongo que tengo que explicarles—volteo a la entrada de la bodega.

A lo lejos se ve una ambulancia, unos paramédicos están chequeando a mis amigos.

—si—Alex quita su mano dejándola caer a un costado de su cuerpo—lo harás cuando cumplas tu parte del trato, ¿estás lista?

—lo estoy.

......

La luz del foco tintinea sobre mi cabeza, el aire acondicionado de la habitación provoca que mis manos están frías así que uniendolas encima de la mesa aprieto mis dedos buscando que la temperatura en ellas se normalice.

Me siento nerviosa, incómoda, ansiosa de que termine.

La puerta se abre y dos hombres aparecen, podría asegurar que no pasan de los cuarenta años, su apariencia es bastante similar, de cuerpos delgados más no demasiado, ambos están vestidos con camisa blanca, pantalones negros y mocasines del mismo color.

From Hell To Heaven © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora