✴Los Sentimientos no se Ocultan, se Muestran✴

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Giré sobre la cama buscando el celular queriendo acabar con el irritante sonido que me despierta.

¿¡que tienen en contra de que duerma más de cuatro horas!?.

Recordando que lo dejé en la mesita de noche quise golpearme por ser tan distraída.

* —¿que?—contesté de mala gana

—necesito que vengas *

Y colgó.

Me levanté adormitada, entrando al baño me doy una rápida ducha con agua fría buscando despertarme al menos un poco, luego me vestí con un pantalón azul, una blusa morada y cepille mis dientes. En el momento de maquillarme trate de cubrir los moretones aún visibles que me dejó el imbécil de Leo, a causa de la adrenalina no sentí cuando uno de los anillos en su dedo me hizo unos cortes en las mejillas.

Gracias al cielo las marcas de la golpiza casi desaparecen.

Aunque, sigo confundida, recordar esa noche o el día siguiente a ese es demasiado extraño, desperté en una cama con Calum abrazandome por la espalda, me levanté aturdida ya que no recordaba como es que llegue ahí y bajando a la cocina me encuentro a Michael, es quien me explica que sucedió, fueran tan amables que hasta me ayudaron a curar mis heridas después del desayuno.

Pero no hicieron preguntas de que me había sucedido.

Negué apartando esos pensamientos, no tengo tiempo para eso.

Tomé mi mochila y antes de irme cerré mi habitación con llave para que la bestia no tome "prestado" el dinero que tengo en un pequeño baúl que mi abuela me regaló. Saliendo de casa subí en el auto que Diego envió por mí y revisé la hora en el reloj de mi muñeca.

¡Maldito! ¡son las seis de la mañana!.

El camino es corto, diez minutos y llegué, apenas cruce las puertas del  viejo edificio recibí las desagradables miradas y comentarios obscenos que los idiotas me dan cuando me ven pasar, ser la única mujer en este sitio es insoportable,  aunque el dinero lo compensa.

Entrando a la oficina de Diego me senté en una silla frente a su escritorio. Tenía su atención en unos papeles que sostiene entre sus manos, al escucharme eleva su vista.

Me sigo preguntando que hace un hombre como Diego metido en esta mierda, digo...teniendo una tes perfecta, cabello castaño,ojos cafes y cuerpo fornido, él podría ser fácilmente un modelo en vez de ser el jefe de un montón de inútiles,obviamente excluyendome a mí.

—son un asco—irritada cruce mis brazos bajo mi pecho—¿tengo que soportar que me coman con la mirada cada vez que vengo a verte?

—no los culpes, eres hermosa—se inclina hacia adelante dándome una sonrisa—más que cualquier mujer que puedan conocer en sus miserables vidas, aún así, no te preocupes,  hablaré con ellos, tú eres solo mía—me lanza un guiño.

—¿hablas en enserio?—bufé cuando asiente—no sucederá de nuevo

—sabes que si—muerde su labio inferior—cuando necesites más...vendrás a rogarme

—estoy...—tence mi mandibula—mejorando.

Suelta una risa que me hace querer golpearlo en la cara.

—dime que hago aquí—digo con fastidio

Él abre una gaveta de su escritorio sacando una pequeña caja y me la dió.

.....


Por culpa de Diego tengo que correr en los pasillos antes de que la profesora llegue al salon, el timbre decide sonar en cuanto entré al colegio y el aula esta en el tercer piso, tuve que hacer una mini maratón para llegar.

From Hell To Heaven © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora