Capítulo 1

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Parecía mentira que mi padre Odín, rey de Asgard y padre de todo, diera la noticia de que alguien muy importante vendría al reino después de muchos años. Y no era para menos, pues aquel visitante que tenía vuelto loco al pueblo y al castillo era nada más y nada menos que Thor, el dios del trueno.

Sabía que Thor, gracias a los relatos de mis padres, era mi hermano mayor, por más extraño que llegase a sonar. Y digo extraño porque jamás lo había conocido en persona.
Thor partió desde antes de mi nacimiento a diversos mundos para llevar el orden por mandato de Odín y era por eso que no había tenido la oportunidad de conocerlo. Lo único que sabía de él era que lucía una melena rubia, cuerpo bien trabajado por los entrenamientos constantes y un carisma bastante encantador.

Pero para mí, Thor no era más que un desconocido y esa razón me hacía estar absorto de la emoción que todos compartían. Además, gracias a su aparición, probablemente mi padre lo elegiría a él como sucesor del trono y no a mí.

Incluso comencé a odiarlo un poco por su repentina aparición, pero nadie podía enterarse de eso pues eran cosas mías y de nadie más.

La cena que se serviría por la noche sería en su honor y gracias a eso me encontraba frente al espejo luciendo el hermoso atuendo que mi madre había mandado a traer desde muy lejos sólo para mí. Era negro con detalles verdes y dorados... simplemente perfecto. Eso, aunado a mi físico envidiable, me hacía lucir exquisito.

Estaba por terminar los últimos retoques en mi cabello cuando alguien llamó a la puerta. Hice una mueca, irritado por la interrupción, y me alejé del espejo para abrir. En seguida el rostro de Sif, guerrera de Asgard y amiga mía, se mostró frente a mí.

—Loki... luces maravilloso.

—Lo sé, querida. Adelante, por favor —me hice a un lado para que pasara y sonreí malicioso al notar lo guapa que estaba—. Veo que no has perdido el tiempo, Sif. ¿Acaso crees en lo que dicen respecto a Thor?

Ella se estiró algunas partes del vestido color perla con una sonrisa y agitó suavemente su cabello con un movimiento gracioso.

—No es secreto que una de las razones por las que Thor está de regreso es porque está buscando una reina que le acompañe para cuando sea rey —me dijo sonriente, a lo que yo rodé los ojos.

—Mi padre le ha obligado.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Yo lo sé todo, Sif —respondí con un guiño y ella me palmeó el hombro a modo de broma.

—Mírate nada más, Fandral estará deleitado toda la noche.

Fandral era mi novio. Lo había conocido en la sala de entrenamiento cuando paseaba por allí ya que él pertenecía al ejercito del reino. Era muy apuesto y de buen corazón; ambos quedamos prendados en seguida el uno por el otro y ya llevábamos poco más de 5 años siendo pareja.

—Supongo que sí —dije sonriente al pensar en mi chico y suspiré —Volviendo al tema, ¿cómo harás que Thor se fije en ti? No es que quiera ser grosero, pero habrán muchas doncellas lindas que querrán captar su atención.

Sif se mordió el labio con nerviosismo y me miró.

—Tú me ayudarás.

—¿Yo? —pregunté incrédulo —¿Y cómo?

—Eres su hermano, así que no tardará en hablar contigo —dijo como si se tratara de la cosa más obvia del universo y yo la miré como si hubiera perdido la cabeza.

—Ni siquiera sé si querré hablarle, es decir, no me emociona su llegada —caminé nuevamente al espejo y sonreí. En efecto, Fandral no se me despegaría en toda la noche.

—Vamos, Loki... sé que te sientes un poco abrumado porque siempre has sido hijo único, pero ve el lado positivo.

—¿Acaso hay uno?

El reflejo de Sif torciendo la boca en una mueca graciosa me hizo sonreír.

—No hay duda de que serías un excelente rey, pero tu padre tomó la decisión de que Thor sea el próximo heredero al trono. ¿No confías en él?

Me alcé de hombros desinteresado y sonreí por última vez al espejo.

—Sif, vayamos al salón.

Ella sonrió tomándome del brazo y ambos salimos de mi habitación para reunirnos con los demás invitados que ya comenzaban a hacer acto de presencia. La mayoría de los selectos invitados inclinaba la cabeza al verme pasar y yo correspondía al saludo con elegancia, mientras que Sif no paraba de sonreír. Pronto llegamos a una amplia mesa llena de deliciosos manjares y yo me atreví a tomar una copa de vino.

El vino Asgardiano era el mejor.

Sif me soltó para ir a quien sabe dónde y yo me quedé ahí, bastante aburrido en realidad. Todos los rostros eran conocidos para mi ya que la mayoría era gente importante que mi padre solía invitar desde que tenía memoria, así que no necesitaba entablar una conversación con ellos.

—Pero si aquí está mi príncipe adorado.

Sonreí al escuchar la voz de Fandral a mis espaldas y en seguida un efusivo abrazo me rodeó todo el cuerpo.

—Pensé que llegarías tarde como siempre —le reproché dándome la vuelta para encararlo, pero en realidad no lo decía con molestia. Fandral me sonrió y me dio un pequeño beso en la mejilla.

—Moría de las ganas por verte hoy, así que no pude esperar más —me dijo risueño mientras me extendía una rosa roja con su mano derecha—. Te traje esto, Loki. Aunque su belleza es admirable, no se compara con la tuya.

Amaba la galantería y romanticismo que Fandral poseía. Era tan correcto y dulce que hacía que mi corazón latiera con rapidez. Nunca nadie había logrado algo así en mí y a veces dudaba que alguien más lo llegara a lograr.

—Es hermosa —dije tomando la rosa mientras le acariciaba la mejilla —Muchas gracias.

Fandral iba a besarme pero en ese momento mi padre pasó entre la multitud de invitados. Yo tosí para advertirle a Fandral y él en seguida se alejó.

—Mi rey —dijo respetuosamente mientras inclinaba la cabeza.

—¿Se divierten, muchachos?

—Por supuesto que sí, padre —respondí travieso y él suspiró hondo.

Mi padre estaba de acuerdo con nuestra relación. Nunca me había negado nada a decir verdad, pero la única condición que me había puesto respecto a mi noviazgo con Fandral era que nos comportaramos de una manera correcta frente a los demás. Podía resultar algo anticuado, pero Fandral y yo estábamos de acuerdo. Ambos queríamos hacer las cosas bien.

—Loki, necesito que vengas conmigo al trono para recibir a tu hermano. No demores —me dijo mi padre con seriedad y yo asentí de mala gana, pues no quería apartarme de Fandral. Mi padre le dedicó una última mirada neutral a mi novio y se alejó.

—Bien, debo irme —le dije a Fandral, haciéndole una caricia en el brazo.

—¿Prometes que en cuanto la ceremonia termine, volverás para estar conmigo en la cena? —me preguntó con cierto pesar, a lo que yo asentí.

—Me tendrás para ti toda la noche.

Fandral mal pensó las cosas y yo reí divertido, pues aunque estuviera de acuerdo con la petición de mi padre, se moría de ganas por estar conmigo de otra... forma. Pero era mejor esperar.

Le guiñe un ojo con picardía y me alejé rumbo al trono para estar a un lado de mi padre. Madre también ya estaba ahí, así que le dediqué una sonrisa y aguardamos el momento.

No tuvimos que esperar mucho, pues a los pocos minutos, las trompetas y los golpes de mi padre en el suelo con su cetro dieron a conocer que Thor estaba entrando al castillo.

Y en efecto, las puertas se abrieron con lentitud, dándole la bienvenida al tan esperado futuro rey de Asgard. Era rubio, alto y musculoso, tal y como los chismes del pueblo lo habían contado. Las doncellas suspiraron de sorpresa y los caballeros lo miraron con admiración; mi padre se levantó orgulloso y mi madre hizo el esfuerzo para no llorar de alegría. Y yo...

Yo me quedé paralizado.

Guilty Pleasure [Thorki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora