5. Visita familiar

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Otabek no cayó en cuenta de que para las vacaciones de invierno solo faltaban tres meses hasta el lunes a las 7 am mientras estaba en clases de inglés, eso significaba que en apenas 72 horas de entrenamiento debía lograr que su equipo dejara de dar pena, si, su vida oficialmente se había ido a la mierda.

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El viernes, poco después de que Yuri finalmente se fue, le contó sobre la apuesta a sus compañeros de equipo, para su sorpresa todos se emocionaron ¿Quién sabe cuándo fue la última vez que ellos en verdad jugaron un partido? Así que sin dudar un segundo todos se comprometieron a dar su mejor esfuerzo, incluso Michele.

El problema estaba en que, en total, ellos apenas eran 7 personas y un equipo de baseball necesitaba como mínimo 9 integrantes ¿Podrían jugar con 7? Sí, pero eso significaba nada de descansos y el doble de esfuerzo para alguna desafortunada alma, que Otabek estaba seguro, sería él.

Las siguientes dos horas que restaron de entrenamiento observó una notable mejoría, tal vez todo lo que los chicos necesitaban era un incentivo, pero con todo y eso no era suficiente para alcanzar el nivel del equipo de Viktor.

Después de eso no estuvo muy seguro de que sucedió, volvió a su casa tan exhausto que se quedó dormido apenas tocó su cama, para cuando se dio cuenta ya era lunes otra vez y estaba sentado en su escritorio escuchando una larga, aburrida y estúpida clase.

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Cuando llegó el día jueves Otabek ya había hecho un plan de entrenamiento que los espartanos envidiarían, no dejó escapar ningún detalle y programó cada minuto minuciosamente, incluso había cronometrado un espacio para deshacerse de la amenaza Nikoforov o Plisestky, según sea el caso. Pero como de costumbre, las cosas no sucedieron como él había planeado, Viktor nunca apareció, ni lo volvería a hacer durante esos tres meses y Yuri... Él simplemente llegaba y se sentaba en las gradas a observarlos, rara vez decía algo y cuando hablaba generalmente eran insultos dirigidos al japonés, el cual parecía ser la victima principal del odio del ruso. Los primeros días el equipo se ponía nervioso, pero con él tiempo dejaron de prestarle atención.

Muchas veces el kazajo se preguntó porque Yuuri explotaba cada vez que Viktor le decía algo pero cuando el rubio utilizaba su amplio vocabulario contra él no hacía nada, ni siquiera parecía importarle. 

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Un día, a mediados de septiembre, Yuri se comportó más extraño de lo normal, se notaba sumamente irritado y parecía a punto de gruñir en cualquier momento y durante las tres horas del entrenamiento no paró de observar a Otabek insistentemente, como si lo analizara... 

Aproximadamente el martes después de aquel incidente el pelinegro se enteró de que en la escuela corría el rumor de que él se encontraba saliendo con Yuuri, algo así como que se amaban profundamente y que ambos eran muy conversadores en la cama, no le prestó mucha atención tachándolo como un evento aislado que no nada tenía que ver con él, si Otabek le hubiese restado más atención a esas habladurías se hubiese ahorrado un montón de problemas en el futuro...

A pesar de que todos asumían que eran pareja, el trato de Otabek con Yuuri no había cambiado, el japones no parecía particularmente interesado en esos temas y solo dejaban que los demás hablasen, el menor tampoco puso mucho esfuerzo en desmentir esos rumores, después de todo solo veía a Yuuri como su amigo, imaginarse  ambos en una situación romántica le ponía de los nervios, sin contar que en primer lugar él chico no era su tipo, si, quería mucho a Yuuri, era su único amigo en ese país, pero hasta ahí...Y él estaba buscando algo más... ¿Apasionado? Le daba algo de vergüenza admitir que su sueño era pasear abrazado a su pareja,  cerca de la playa ,en la motocicleta que sus padres le habían prometido comprarle el próximo año (Cosa que nunca sucedió y no fue hasta que él tuvo 19 años que pudo comprarla por su cuenta)  mientras la espuma del mar reposaba en la arena y el sonido de las olas lo arrullaba (No supo en aquel momento que aquello jamás sucedería, porque su pareja era el tipo de persona que pasaba todo el camino gritando que subiera la velocidad) 

Lucky BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora