Lucky Boy

9. Solitario y miserable

Eran al rededor de las tres de la mañana cuando el teléfono de Yuri se quedó sin batería, ambos interpretaron aquello como una señal que les indicaba que debían volver al campamento, fue complicado el camino de vuelta, ya que solo tenían la luz de la luna como linterna, Otabek no estuvo del todo seguro de como realmente el rubio pudo guiarse en la oscuridad, caminaban a ciegas, o al meno él, porque no podía ver absolutamente nada, ambos iban tomados de la mano y sin decir nada, era un silencio cómodo, de esos en que no sientes la presión de establecer una conversación, el kazajo nunca había podido establecer una conexión de ese estilo con nadie. 

-Me siento mareado...- Dijo Yuri repentinamente, ya llevaban al menos la mitad de camino, o eso calculaba Otabek, ambos apresuraron el paso y en un par de minutos terminaron en frente de la verja que separaba el estacionamiento del bosque, debido a que solo tenían la luz natural como guía, Otabek se hizo un corte largo pero poco profundo en su mejilla derecha al tratar de cruzar, no tuvo tiempo de quejarse porque el rubio rápidamente lamió la herida, luego le sonrió de una manera traviesa, o esa fue le expresión que logró visualizar en la ocuridad. 

El pelinegro hizo todo su esfuerzo para no tener arcadas, en su vida nunca alguien le había hecho algo tan desagradable, no le dijo nada y Yuri se veía divertido.

Tratando de fingir que aquello no había pasado, camino rápidamente hasta su tienda de campar, una vez en la entrada le dio una escueta despedida y rápidamente desapareció dentro de ella, probablemente no pasaron más de 10 minutos cuando cayó profundamente dormido.

Se despertó con un fuerte golpe en la espalda, como si alguien le hubiese metido una patada, aun dentro del estupor que causa un repentino despertar logró distinguir  un bufido de enojo, proveniente de una persona detrás de él, el sueño que cargaba encima era más fuerte que sus ganas de discutir, así que sin haber abierto los ojos del todo volvió acurrucarse sobre si mismo (Por qué obviamente los bastardos de sus profesores no se molestaron en traer bolsas de dormir y durmió directamente sobre la delgada tela que lo separaba del duro suelo del parqueadero) Pero de pronto se dio cuenta de hecho estaba abrazando a algo, o a alguien.

-¿Qué carajo?- Aquello lo despertó por completo más rápido de lo que lo hubiese hecho un balde de agua, ahí, muy junto a él, se encontraba Yuri, no tenía idea de que hacía ahí, ni en que momento había entrado, el rubio parecía empeñado en inmiscuirse en su vida

-Si, eso mismo me pregunté yo- Otabek no pudo evitar cerrar los ojos a la espera de otro golpe, pero este no llegó, al voltear Viktor le sonreía de esa manera espeluznante, tan propia de él- Veo que eres muy unido a mi primito... Me pregunto que hará Yuuko cuando se entere de que él pasó la noche aquí...

-¿Qué es lo que quieres Nikiforov?- Una respuesta clara y cortante, muy propia de Otabek

-Yo no quiero nada Altin, solo quiero que tengas en cuenta que me debes un favor- La cara del kazajo no debió haber sido muy agradable porque su sonrisa se amplió, ninguno de los dos movió un solo musculo hasta que Otabek asintió con la cabeza, aceptando lo que le debía al ruso- De todos modos, son ya las 6:30 tienes como 5 minutos para ir a bañarte antes de que cierren las duchas, al igual que Yuri, les recomiendo que se apuren

Otabek no tuvo tiempo de quejarse de lo temprano que era, se sentó rápidamente, con intensiones de levantarse pero el peso de cierto rubio hizo que volviera a caer en el suelo, golpeándose la cabeza.

El  terror se apoderó de todo su cuerpo cuando Yuri comenzó a restregarse contra él y ronronear como si fuera un gato.

Ese iba a se un día de mierda. 

...

Por razones obvias Otabek no pudo ducharse esa mañana, tardó demasiado tiempo tratando salir de la carpa con el ruso colgándose de él, y como si Viktor se estuviese vengando de él, en el estacionamiento no había mas tiendas levantadas, solo la de él, no fue muy difícil llamar la atención de todos su compañeros y profesores.