El sonido sordo me golpeaba suavemente, escuchaba con atención mis pisadas firmes, aferrada a un libro, un gusto que no puedo evitarme dar.
“fueron una buena compañía toda mi vida, ¿porque los dejaría ahora? Sobretodo si algo salía mal, shu shu, no seas pesimista lis, Alaska. Alaska… recuerda que es Alaska de ahora –o desde el avión- en más.”
Los pasillos estaban vacíos, y claro, ¿Cómo no? Si me había quedado dormida.
“aula 309, aula 309…”
La escuela era bastante grande, mi aula de Física quedaba en el tercer piso. Al llegar, revise que este vestida (como si fuese a ir desnuda, pero enserio, es uno de mis mayores miedos.), los vaqueros azules ajustados, la remera suelta, y las vans. Todo en su lugar. Respire profundo, exhale. Y toque la puerta. Una voz ronca, profunda y aburrida dijo que pase.
-H-hola… ¿es el aula 309?- dije disminuyendo cada vez mas mi voz, dejándola en un hilo de voz. Suave y dulce, como un hilo de miel…
El profesor se quito sus gafas y me miro fijamente. Era gordito, algo corto de estatura, tenia una calva en su cabeza… parecía sacado de una historieta, y reí para mis adentros.
-Cara nueva- miro el techo, pensativo, como si tratase de recordar algo. Enseguida, y risueño exclamo- ¡Wooldridge…
-¡Alaska!- dije nerviosa.
-Si, como en la lista. Toma asiento.
Las mesas eran de a cuatro personas, y el primer lugar libre que encontré, lo tome. Era el segundo banco de la derecha, el tercer lugar, entre dos chicas.
Mientras caminaba hacia el asiento sentí las miradas recorrer mi trayecto, acompañándome. O algo así. La morocha, de ojos café a mi lado izquierdo, me miro con curiosidad, me extendió su mano y dijo con una voz seca, pero amable:
-Sheila.
Sonreí superficialmente, a mi otro lado una chica con el pelo de color rosa chicle, me miraba con entusiasmo, me abrazo, algo rara, pero bueno. Exclamo vocalizando con una voz bastante particular: “Ka-la-nit”. Si señores, lo separo en silabas y todo.
-me llamo Kalanit – repitió ella, más rápido.- ¡espero que pasemos un gran año! ¿Por qué cambiaste de colegio?
-ah.. Me mude.- dije dudosa, mientras sacaba una carpeta. “valla, ha venido de lujo ir de compras esta semana”.
Kalanit me empezó a hablar, como si la conociera de toda la vida. Me contó de las clases, de los profesores, del lugar, hasta me invito a tomar un helado después de clases… ¿Por qué nunca antes había sido todo tan sencillo?
Le hubiera seguido prestando atención, pero al parecer, no era la única que llegaba tarde…
-Lo siento Profesor Higgins…- dijo agitado un chico de pelo morocho, y ojos miel, que se detuvieron en mi, desconcertados, de seguro que al igual que los míos. “¿Alaska?” pronuncio con el movimiento de sus labios. No pude evitar reír. Por lo que el prof. Higgins, nos mando a los dos por una amonestación, a la oficina.
¡Que comienzo de clases!
No podía evitar observarlo, el estaba tan… ¿tranquilo?, sentado ahí, con las manos en los bolsillos de su buzo, dejando asomar su remera color marino y una sonrisa en la comisura de sus labios, que se le escapaba por un solo lado, destacando un hoyuelo. No distinguía algún movimiento o tic nervioso, como yo, que no podía evitar el vaivén de mis pies, mis rodillas temblorosas, al igual que mis manos, y mi cara, que de seguro debe verse muy graciosa.
-Africa, ¿no? ¿Primera vez que te mandan a la oficina de Harper?
-ah…- Divague, divague… No pude evitar sonreír, quizás fue una risa nerviosa, pero necesitaba emitir algún sonido, y que mejor si era hablando con el, (aunque si lo pienso, ¡que vergüenza! Mi risa no es nada genial).No era la primera vez que me llamaban de dirección… pero no conocía al director, y eso podría ser un problema. Quizás el problema real sea conocerlo demasiado… ya sabes, demasiadas visitas a dirección… Sin embargo… -¿África?- me quede mirándolo perpleja. Tyler empezó a carcajear. Su risa era contagiosa, yo lo imite, contra mi voluntad.
Una mujer de corta estatura, robusta, de aspecto alemán (por su rubia melena trenzada y sus rosadas mejillas), nos rechisto. Hablo con una voz fría, pero dulce.
-¿Que es eso de andar interrumpiendo el silencio del pasillo, con sus risotadas?-
Tyler le guiño un ojo.
-Lo siento, Helen…- la mujer no lo dejo terminar.
-Apenas empezó el año hace tres cuartos de hora… no pensé que me extrañaras tanto, pasa, Conrad te esta esperando. – abrió la puerta e hizo un ademán para que pasemos.
Tyler acerco sus labios a mis oídos, haciéndome temblar (oh, si, aun más.). su respiración entibio mi cuello.-no estés tan nerviosa…
-no estoy nerviosa… - murmure, mientras que el me pasaba mi mochila, la cual deje tirada (cielos, si, además de nervioso, despistada…)
Sonrió ganadoramente, y pasamos a la oficina.
El señor Conrad Harper era algo intimidante. Media lo suficiente como para llevarme una cabeza de alto, y tenía un bigote singular. Vestía traje bordo, de camisa amarilla y un moño azul a pintas naranjas. Nos indico que nos sentáramos y fue solo entonces cuando vi sus tenis flourecentes, y a una esquina una raqueta a juego.
-No se porque no me sorprende verlo, sr. Cowell… tengo un presente para usted. Y usted debe ser la nueva alumna… la sñorita… eh…
-alaska…- dijo tyler, antes de que logre responder. Me guiño un ojo, sin reservarse algun tipo de disimulo.
-Woolrdige, alaska, sr Harper. – Atine a seguir.
-¿Porque la mandaron aquí?-
Me encogí de hombros. Y el problema, es que lo olvide… o nunca me dijeron que, solo me mandaron. (mejor dicho: estaba hablando, o escuchando, a Kalanit hablar. o quizás simplemente estaba admirando su cabello rosa, que bien le queda, y el profesor Higgins ya se aprendió mi nombre, de tanto llamarme toda la hora).
-Por ser el primer día, queda exonerado… pero que no se repita. – Enfatizo una sonrisa de satisfacción.
Durante lo que quedo de día no hable mucho más con Tyler, pero si nos sentamos juntos en las siguientes horas. (que bueno que compartamos clases.) y no puedo evitar sostener mi mirada en su persona en general. Hay algo que me llama de el…
Nota de autor:
Ay, que tendrá Tyler…
Mmm, estube varios dias sin publicar nada… pero más alla del colegio, estube pensando la historia, y bueno, nada. Eso.
#quepodraser:
El presente que le dio el director Harper a Tyler es…
*comenta lo que creas que es*
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Poeticamente yo.
Teen FictionEs difícil empezar cuando hay que olvidar lo que queda atrás, sin importar si aquello que dejamos es bueno o no. Así empieza este decimo-séptimo año , abandonado su pasado, y forjando su futuro, decidida a cambiar. Este año será diferente para Alas...