Nunca había ido anteriormente, no conocía a su familia, porque por más que Kalanit no deje ni un segundo de hablar, ella nunca menciona esta faceta de su vida. Los nervios hicieron temblar mis músculos. Toque el timbre con el estomago revuelto.
Empecé a hacerme millones de preguntas por segundo, tratando de buscarles respuestas, que generaban aún más curiosidades. ¿Cómo será su madre? Tendrá el cabello como Kals? ¿Será una señora joven o más anciana? ¿Tendrá hermanos? ¿y alguna hermana? ¿Los papas trabajan? ¿de que? ¿Cómo será la casa? ¿Voy a sentirme cómoda alli?
La puerta blanca, seguramente de madera, se abrió lentamente, logre distinguir unas puntas rosadas traviesas que se asomaban, y luego se abrió ampliamente la puerta. Kalanit con un gesto sufrido salió, y se diriió hacia mí, atravesando el pequeño jardín delantero a saltitos cortos.
Abrió la puerta, que separaba su jardín de la vereda por una valla. Apenas esta termino, y la abrace. Sentí que era lo que ella necesitaba –o quizás yo-, y efectivamente ella me devolvió el mismo afecto. Pude sentir su corazón latir rápido y con fuerza.
-Bueno, hora de entrar… - dijo con falta de energía.
Movió sus piernas, largas y finas, con lentitud hacia la puerta blanca. Su manera de caminar le dio una forma característica al volado de su corta falda tiro alto, el estampado floreado le daba la frescura al entorno.
Cuando entramos en su casa, sentí una energía diferente.
-Mamá no esta ahora, vuelve tarde hoy. ¿Queres comer algo? O mejor vamos a comprar algo, no se que hay en la cocina y…
Empecé a reír nerviosa. Kalanit tiene una capacidad única para hablar. Pero insisto en que no siempre conviene, porque la utiliza en dos tipos de casos: para safarse de algo o porque esta realmente alegre.
Y creo que esta ultima n es el caso de hoy, ¿cierto?
Con mi risa, Kalanit dejo de hablar, me invito a pasar y dejar las cosas en su cuarto. Cuando entramos allí, parecía haberse tranquilizado. Deje mi bolso a un lado y observe las paredes rosas. El olor a vainilla y canela, característico de Kalanit, predominaba en el aire, impregnándose en mi. Inhale profundo para disfrutarlo aun más.
Del techo colgaban flores, una variedad muy hermosa en tonos rojos, rosados y blancos, con el centro amarillo, con el polen bien marcado. Eran amapolas.
Volví a bajar la mirada y repare en que Kals me miraba fijamente, boquiabierta.
-Alaska, no estas usando lo mismo que hoy en la mañana… pero no pasaste por tu casa… porque traes las cosas del colegio…
Kalanit me miro curiosa, y rió, me tomo del brazo y me sentó junto a ella.
-Veras Kels, …- le conté mi mediodia, para el final, ya que contarle algo a ella se vuelve eterno, con sus preguntas y constante participación de acotaciones, se hicieron las 5 de la tarde, y fuimos a la cocina a preparar algo para la tarde.
-Bueno, al, cuando volvamos, podes quedarte a dormir acá, asì no vas hasta tu casa… de todas formas tampoco esta lejos, la mayoría vive por aqui, pero asì no viajas sola, ¿si?
Asentí mientras terminaba de comer el ultimo hotcake.
Nos empezamos a preparar para la noche, kals tenía ya todo preparado con anticipación, pero por las dudas.
Ella vistió unos shorts azules de jean con un top negro, pinto sus labios color rosa, a juego con su cabello.
A mi me dio un vestido color borravino, con un volado especial, caía sobre mi cuerpo y quedaba cual pétalos en flor.
Para cuando llegamos a casa de Todd, ya estaba hecho un desastre. La poca luz que convencional que había te permitía distinguir los vasos tirados por el suelo, las colillas de los cigarrillos… Esta fiesta me dio una punzada en la cabeza, y mas precisamente en la memoria.
Todo se volvio negro, y cuando abri los ojos y mire a mis costados no logre divisar a Kals. Me encontraba a media sentar, sobre el suelo sucio, sostenida por unas manos fuertes y unos ojos profundos que me atravesaron.
-¿estas bien? Te vi caerte y bueno, no se… ¿queres agua?
-Cerveza- respondí casi por impulso, él me miro más tranquilo.
Me tendió un vaso que estaba a su costado, al parecer suyo, y me lo ofreció indeciso.
Bebí un sorbo. Me supo mal, tenía un gusto añejo, a cenizas.
No era culpa de esta, sino mía y de mi retorcida mente, siempre buscando desfigurar y distorsionar.
Una lagrima resbalo cuesta abajo por mi mejilla.
Él la seco. Bajo su mano, como una caricia por mi cara, y me tomo del mentón. Me levanto la cara, para que lo mirara fijamente y me beso. Aunque solo fue un ligero roce de labios, fue vehemente.
-Las penas con pan, son buenas – dijo. Atrás de el apareció Kals y al verme se agacho, me abrazo.
El chico se fue, dejándome sin palabras ( de seguro se las quedo)… y sin saber ni su nombre, ni quien era.
Kalanit preocupada dijo que iríamos a su casa ya. Y así fue. Apenas llegamos a su casa me recosté sobre su cama y en cuestión de segundos me quede dormida en un profundo sueño doloroso y psicodélico.
La caracteristica principal de los colores y el “efecto celofan” predominaron sobre las imágenes borrosas. ¿Por qué? ¿Por qué recordar todo ahora? ¿Era necesario? Podia sentir el sudor frio salir de mi cuerpo, mi respiración agitada y las lagrimas desbordando de mis ojos. Me levante nerviosa y observe a Kalanit, con su respiración tranquila y su sueño seguramente normal. Me fastidie,
Me cambie y fije la hora, las cuatro de la madrugada, hace una hora me dormí.
Escribí una carta que rezaba:
“Kals, me levante algo mareada y llame a mi madre, no quise levantarte porque estabas cansada, nos vemos luego, te llamo”
Y aunque era una mentira, no deseaba explicarle lo que realmente sucedía. -ni yo entiendo claramente-
La puerta estaba sin cerradura, por suerte, y pude abrirla tranquilamente. Y salí.
La puerta de la valla no, pero daba lo mismo ya que era mas decorativo que útil y la salte.
El frió de la noche fue como un golpe en la cara. Volviendo a casa empecé a sentirme mareada nuevamente, pero seguí caminando.
De repente lo vi. De ojos azules profundos como el océano Indico, ya que tambien eran tibios.
¿Será acaso un espejismo producto de mi mente?
¿Será todo una distorsión de la realidad?
¿Por qué nadie me pregunta como estoy? Sinceramente y con ganas de escucharme.
Nadie sabe ni entiende por lo que paso…
El chico se estaba acercando hacia mi, despacio. Me abrazo, tal cual yo lo habia echo horas antes, como yo trate de proteger a kalanit, el me envolvió en aquellos tibios brazos devolviéndome el latir a mi pecho, y la sangre en circulación. Calentó mis músculos, uno a uno, y empecé a respirar un poco agitada. Las lágrimas abordaron nuevamente la escena, un llanto desconsolado provenía de mí.
Comencé a sollozar amargada sobre el, aquel chico que apenas conocía. Pero me hacia bien. Yo me estaba ahogando y ahí llega, para sacarme de ese mar salado de lágrimas tacañas.
Yo, dolida, tirada en vano… el me obsequio esperanza y vida, en tan solo un abrazo y reiteradamente todo se volvió oscuro a mi alrededor.
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¡hola!
Espero les haya gustado este cap.
Quiero hacerlos mas largos, porque vengo siendo bastante tacaña con el largo de los mismos.
#curiosidades: alaska es una fan de cocinar, sin embargo odia las cocinas.
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Poeticamente yo.
Подростковая литератураEs difícil empezar cuando hay que olvidar lo que queda atrás, sin importar si aquello que dejamos es bueno o no. Así empieza este decimo-séptimo año , abandonado su pasado, y forjando su futuro, decidida a cambiar. Este año será diferente para Alas...