Titubee en mi lugar unos segundos, acto seguido di un paso al frente y entre al hall del edificio. Subimos por ascensor en un silencio abrumador.
El apartamento era amplio y cómodo.
Apenas entrabas tenias una barra que separaba la cocina del living, una puerta que supongo es el baño y unas escaleras. El piso de madera clara, las paredes y muebles una combinación entre verdes y blanco, con posters, recortes de revistas, decoraciones y una biblioteca con millones de libros, vinillos, discos, vasos conmemorativos o de recuerdo, muñequitos, peluches y juegos.
-Sentite como en casa.
Anuncio él, cortando el silencio, mientras se quitaba su chaqueta y colgandola en un perchero.
Mientras yo me desplomaba en el sillón el puso algo de música.
-¿artic monkeys?- el entusiasmo sobresalió mucho mas de lo que hubiera deseado.
Tyler asintió fervoroso. Saco un paquete de harina, un bowl, él iba a empezar a cocinar… ¡y sin mí! Pegue un salto, y fui corriendo hasta allá.
Mezclamos y amasamos, durante una hora, con los mejores resultados posibles: una masa de pizza, lista para meter al horno, y dos personas enharinadas, del cuello a pies sin más que decir que risas, rodeadas de buenos ratos.
-Ven, vamos arriba mientras esta en el horno, estas muy, pero muy blanca.
Junte la poca harina restante de la mesada y se la tire en el pecho.
-No soy la única- conteste satisfecha.
Escaleras arriba, se extendía un pasillo de cuatro puertas.
-Shhh, en la primera a la izquierda es la habitación de Kyle, esta durmiendo asì que evitemos el ruido.
Entramos en la primera, a la derecha. Era su habitación. Un gran ventanal con balcón, que proporcionaba un efecto de luz radiante en toda la habitación. Me senté en un puf, turquesa y lo observe buscando algo en el armario.
Saco una caja que rezaba “lindsay”. La acerco hacia mi.
-Fíjate si te va, el lunes te devuelvo tu ropa, sin harina.
-¿servicio de lavandería?
Tyler no rió, al principio. Tenia su vista perdida en la caja, pero al final sonrió y se retiro de la habitación con la excusa de que se iba a quemar la pizza si no la vigilaba, se llevo consigo unos pantalones y una camiseta de repuesto.
La caja contenía ropa, un par de jeans, tres remeras y un buzo. Y por suerte de mi talla. De las camisetas, tome la negra, una básica.
Tome mi ropa y fui escaleras abajo. El olor impregnaba toda la casa, la música lo acompañaba con armonía, la calidez que sentía en ese momento era tan grato y oportuno. Una sonrisa apaciguada surgía con desinterés en mi rostro.
Tyler estaba cortando la pizza.
Comimos entre risas y bromas, la masa crocante por la superficie, esponjosa por dentro…
Un pitido empezó a sonar, y Tyler se puso nervioso, de repente.
-¿Qué pasa?
Pregunte inocente.
-Son las 15:30, tengo que ir a hacer unas cosas…
-¿Queres que te acompañe?
-No… Además, tenes que ir a lo de Kalanit, o eso le dijiste en matemáticas… y son unas cosas aburridas.
El tenía razón y yo no podía objetar nada.
Bajamos juntos por ascensor, pero esta vez no fue perturbador el silencio, este: no existía.
Salimos juntos del edificio, tomados de la mano. Por alguna razón que no entendí, un impulso involuntario, un acto de mi cuerpo que no controle, atine a acercarme a esos labios rosados, atine a besar… ¿su mano?
El interpuso esta última entre los pocos centímetros que restaban para completar el roce. Y seguido dijo:
-Cariño, así no juego yo…
Beso afable mi mejilla, con delicadeza. Se dio media vuelta, y con las manos e sus bolsillos, prosiguió caminando. Dejándome a mi en seco, con mil hormigas picándome la piel desde adentro, y con un vigor inexplicable.
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Y todavia falta para que termine ese viernes...
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Poeticamente yo.
Teen FictionEs difícil empezar cuando hay que olvidar lo que queda atrás, sin importar si aquello que dejamos es bueno o no. Así empieza este decimo-séptimo año , abandonado su pasado, y forjando su futuro, decidida a cambiar. Este año será diferente para Alas...