Capitulo 1

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DOS AÑOS DESPUÉS

NARRADOR OMNISCIENTE

-¡Cuidado! –Gritó Amelia antes de comenzar a reír.

-Ay...

-¿Estás bien?

-Lo estaré cuando dejes de reírte de mí. –Amy rió extendiéndole la mano para ayudarlo a levantar, lo que no esperó, fue que él la aceptara para hacerla caer también.

-¡Eh!

-Eso te pasa por reírte de mí.
–Los dos comenzaron a reír aún desde el suelo. –Tengo que irme.

-¿Ya? Aún no te han... –Pero la chica no terminó de hablar porque Mel apareció interrumpiéndola.

-¡Cassey, es hora de volver!

-Sí, ¿mamá ya llegó?

-Está a punto de llegar.

-Está bien. Nos vemos mañana, Amy.

-¡Adiós, Cas! –Los chicos se despidieron antes de separarse.

Y así los años iban pasando, convirtiéndolos ya en todos unos adolescentes.

Amelia y Casey se habían convertido en inseparables por mucho que los reyes se interpusieran.

Todas las tardes de todos los días se veían a escondidas en el bosque que separaban las casas de los empleados de palacio, al principio solo lo hacían para jugar y hablar entre ellos, pero poco a poco, y a medida que iban creciendo, se dieron cuenta que ambos no sentían simplemente una amistad por el otro.

-¿Qué te parecería irnos de todo esto?

-Estás loco.

-Sí, me tienen loco la cabeza aquí...

-Deberías estar acostumbrado ya. ¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos? “Me ensuciaré la ropa”. –Dijo intentando imitar su voz.

-Yo no hablo así.

-Sí, lo haces.

-No.

-Sí. –Volvió a decir la chica antes de reír. –Y no se hable más.

-Tu siempre tienes que tener la última palabra.

-Por supuesto. –Casey rió antes de incorporarse con la intensión de darle un rápido beso en los labios, cosa que la chica no permitió.

-Lo siento...

-Hemos hablado de esto, Casey...

-Lo sé, pero te he dicho muchas veces que...

-No quiero sufrir... –Murmuró Amelia no queriendo llorar.
Pronto te vas a comprometer y yo quedaré en el olvido...

-Eso nunca va a pasar, Amy. Nunca. –Ella negó con la cabeza para ponerse de pie rápidamente. –No te vayas...

-Adiós, Casey. –Dijo antes de regresar por el camino que llevaba a su casa.

Hoy había sido su único día libre de la semana y como siempre hacia, había pasado el día con Casey. Eso se había repetido todas las semanas desde que ella se había convertido en doncella.

-¿Ya volviste, cielo?

-Sí... –Murmuró limpiando las lágrimas que se le habían escapado.

-¿Y qué tal el paseo?

-Bien. Voy a mi habitación.

-¿Estás bien?

-Si, no te preocupes. –Le sonrió a su padre para salir casi corriendo a su cuarto.

Nadie sabía y nunca debía saber de esos encuentros entre el príncipe y la doncella. La reina sería capaz de hacer cualquier cosa contad de alejar a los dos jóvenes. La única que sabía de esa relación era la gran y amable Mel, quién los ayudaba en todo lo posible para que nadie los descubriera.

Amelia suspiró sentándose en su cama para meter la mano bajo la almohada y sacar una fotografía vieja y estropeada.

-No sabes cómo me hubiera gustado tanto conocerte, mamá... –Murmuró comenzando a llorar de nuevo. –Estoy segura que tú me hubieras ayudado a como olvidar un amor imposible...

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora