Epílogo

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SIETE AÑOS DESPUÉS

-¡Mira, aquí hay uno!

-¡Yo quiero cogerlo! –Gritó la pequeña niña emocionada mientras que su hermano sostenía aquel escarabajo en sus manos.

-Espera, yo lo vi primero...
Elijah se acercó la palma de la mano a los ojos para ver al insecto más cerca. –Guau...

-¡Yo también! –Y mientras que los niños comenzaban a discutir por ver quien cogía al escarabajo, un carruaje de caballos blancos se acercaba a la única casa que había en lo alto de la colina.

-Espérame aquí, Markus. No sé cuánto voy a tardar...

-De acuerdo, su Majestad. –La reina Eulalia se dirigió hacia el camino de piedras que conducía a la casa dándose cuenta de los dos niños que jugaban cerca del barro.

-¡Genevive! ¡Te estás ensuciando la ropa!

-¡Abuela! –Genevive corrió hacia ella para abrazarla mientras que la reina se hacía para atrás asqueada.

-¡Vas a mancharme, Genevive! –Ginnie se apartó apenada al oír eso. –Bueno, ¿dónde está tu padre? Necesito hablar con él.

-¡Papá fue a darle de comer a los caballos, abuela!

-Señora para ti, niño. Ahora vete a buscar a Casey rápido, no tengo todo el día. –El niño le dió una breve mirada a su hermana antes de dirigirse a los establos en busca de su padre. –Y tú llévame al interior de esa casucha que tienen, Genevive.

La niña asintió caminando hacia el interior de su casa anunciando su llegada.

-¡Mamá!

-¡Estoy en la cocina, hija! –Le gritó de vuelta Amelia terminando de preparar el almuerzo. –La comida está casi lista, Ginnie. ¿Ya se cansaron de jugar fuera?

-¿Ginnie? ¿Qué nombre es ese? –El cuerpo de la chica se tensó al oír esa voz. ¿Pero que hacia ahí?

Rápidamente, Amelia apagó el fuego para dirigirse al salón encontrándose con la reina Eulalia frente a ella.

-También me alegro de verte, querida. –Ironizó sonriendo falsamente.

-¿Dónde está tu hermano, Ginnie?

-Ah, no te preocupes por ese mocoso. Fue a buscar a mi hijo, tengo que hablar con él.

-No tienes permitido entrar en esta casa y menos hablar así de mi hijo, Eulalia.

-Reina Eulalia para ti, querida. Que te hayas casado con mi hijo no significa que puedas tutearme. –Amelia apretó los puños enfadada con la intención de responderle, pero la voz de su guapo príncipe la interrumpió.

-¿Qué haces aquí, madre?

-Tenemos cosas importantes de las que hablar, en privado.

-Puedes hablar de lo que sea frente a mi familia.

-Bien, como quieras. –La reina se acomodó en el sillón del salón mientras que Elijah caminó hacia su madre y hermana para estar a su lado. –Tu padre está muy enfermo, hijo. El doctor nos dijo que no le quedaba mucho tiempo de vida. –Todos en la sala se sorprendieron al oír eso.

¿Qué el rey estaba enfermo? ¿Desde cuando? Y lo que es peor, ¿por qué Casey no había sido el primero en enterarse?

-¿Cómo? ¿Qué le pasa a padre?

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora