Capitulo 3

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EL DÍA DE LA FIESTA

~NARRADOR OMNISCIENTE~

-¿Cómo estoy?

-¡Preciosa, Amy! Estás hermosa.

-Gracias...

-Ahora la máscara. –Asintió viendo como Mel caminaba hasta ella para ponerle el antifaz a juego con el vestido.

Volvió a mirarse en el espejo para luego sonreírse a si misma.

Se veía guapa. El vestido que Melissa había escogido para ella le queda perfecto.

-¿Bajamos ya?

-Sí...

Las dos salieron de una de las habitaciones de invitados para bajar a la planta inferior.

Amelia se había pasado las primeras horas sirviendo a todos aquellos invitados que habían llegado a la casa, pero en cuanto Casey se había percatado de que su madre estaba lo suficientemente ocupada como para no notar su ausencia, la había avisado para que subiera a cambiarse.

Al llegar abajo, se mezcló entre los invitados en busca de su príncipe azul.

-¿Me concedería este baile, my lady? –Oyó que alguien le dijo a su espalda delicadamente.

-Encantada, su alteza. –Ambos se sonrieron antes de que el chico la cogiera de la mano para caminar hacia el medio del salón de baile para comenzar a bailar lentamente.

-Me gusta como te queda ese colgante.

-No debiste gastarte tanto...

-No importa el dinero cuando se trata de ti. –Amelia sonrió tiernamente antes de apoyar la cabeza en su hombro.

A parte del gran y bonito vestido que le había regalado para esa noche, también le había entregado un hermoso collar de oro del que colgaba un pequeño manojo de llaves de distintos tamaños.

-Cada una de esas llaves simbolizan una etapa de nuestra relación. –Le había dicho Casey colocandoselo en el cuello. –La más grande significa nuestra amistad, esa que tenemos desde los diez años y que siempre tendremos pase lo que pase. La pequeña va por ese futuro que paso a paso se irá convirtiendo en una llave mucho más grande...

-¿Y la mediana?

-Esa simboliza el amor. –Dijo dándole la vuelta para mirarla a los ojos. Ambos se conocían muy bien, lo suficientemente bien como para saber que con una mirada se decían mil palabras.

La chica suspiró recordando aquel momento que había pasado por la mañana para ponerse recta y mirarlo.

-¿Qué pasa?

-Solo recordaba...

-¿El qué? –Volvió a insistir Casey intrigado.

-Muchas cosas que he vivido a tu lado...

-Y las que nos quedarán por vivir.

-Sí. –Asintió ella sonriendole antes de que fueran acortando la distancia que los separaban. Iban a besarse, estaban a punto de que sus labios se unieran, pero el ruido de un cristal siendo chocado por algún metal los interrumpió.

-¡Atención, por favor! Quiero decir unas cuantas palabras.
Dijo la reina desde lo alto del pequeño escenario que habían puesto a un lado del salón.
Primero comenzaré dándoles las gracias por estar aquí presentes en el décimo octavo cumpleaños de mi mayor orgullo y próximo heredero de la corona. ¡Pido un fuerte aplauso para mi hijo Casey III! –La sala se llenó de aplausos mientras que todos se giraban a mirar al chico haciendo incomodar a Amelia.
Casey, por favor, ven a mi lado. –Le pidió su madre extendiendo el brazo en su dirección.

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora