Capitulo 12

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AL DÍA SIGUIENTE

~NARRADOR OMNISCIENTE~

-¿Cómo sigues? –La chica se encogió de hombros sin querer pronunciar palabra. –Amy...

-¡Por fin llegas! ¿Por qué no vas a cambiar las sábanas de las habitaciones?

-Yo voy.

-No, Mel. Deja que las niñas se encarguen de ello. –La madre de Haylen, y segunda doncella encargada del Palacio, le entregó varios juegos de sábanas a las chicas empujándolas suavemente para que salieran de la cocina.

-No debiste mandar a Amelia con las chicas hoy.

-Se que está triste por algo y eso la alegrará. Haylen y Janet son sus amigas. –Mel suspiró sin estar aún muy convencida para seguir con sus quehaceres mientras que las tres chicas subían las escaleras a su ritmo hacia la segunda planta.

-Oye, Amy, ¿te encuentras bien?

-Sí, no tienes muy buena cara...
Dijo Janet apoyando a su amiga.

-No me pasa nada.

-¿Segura? Mira que...

-¡Ya dije que no me pasa nada! –Volvió a decir Amelia elevando ahora la voz sorprendiendo a las chicas.

-Lo siento, no quise molestarte... –Amy ni siquiera la miró, aceleró el paso adelantando a sus amigas para meterse en una de las primeras habitaciones llevándose una gran sorpresa.

-Oh, hola, Amelia.

-D-disculpe... Pensé que no había nadie...

-No te preocupes. –Le respondió la princesa Margareth sonriendo. –Estoy pensando en cogerla para el bebé, después de todo, es la más cercana a mi dormitorio. –La cara de Amelia palideció aún más al oír esas palabras. –¿Tu qué opinas?

-Lo importante es que le guste a usted, princesa. –Se limitó a decir dándose la vuelta con la intención de marcharse, pero Margareth lo impidió.

-Espera, Amy. Necesito opinión de una chica.

-Puedo ir a llamar a la reina Eulalia.

-No, quiero que seas tú.
Sentenció seriamente para acercarse un poco más a Amelia. –Pensé que nos habíamos hecho amigas. –A Amelia se le abrieron bien los ojos al oír eso.

¿Cómo van a ser amigas dos personas enamoradas del mismo chico? Pensó mientras que cogía aire para soltarlo antes de encararla.

-Disculpe, princesa, pero a la reina Eulalia no le gustaría que fuera amiga de una doncella.

-Eulalia no tiene porqué enterarse. Si fuiste capaz de ocultar por tantos años la amistad que tenías con mi marido, ¿por qué no puedes hacer lo mismo con la mía? Ah, espera, ¿o es qué no quieres ser amiga mía? Aún no me has felicitado, por cierto.

Y tampoco quiero. Pensó Amy antes de resoplar para sonreír falsamente. Si seguía así, iba a ganarme un Óscar a la mejor actriz.

-Felicidades, princesa. Ahora con su permiso, voy a seguir realizando mis quehaceres de doncella.

Dicho esto, Margareth vió como Amelia salía de la habitación para sonreír con satisfacción.

La princesa no era tonta, ella sabía perfectamente que a Amelia aún le dolía todo ese tema de Casey y todo lo que
había hecho había sido para fastidiarla un poco, después de todo, era ella la que llevaba al heredero del futuro rey y no la doncella enamorada de su mejor y único amigo.

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora