Capitulo 7

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AL DÍA SIGUIENTE

~NARRADOR OMNISCIENTE~

-¿Cómo te encuentras?

-Fatal. –Respondió Arthur completamente destrozado.
¿Por qué tiene que pasarme esto a mi? Primero mi esposa Amelia y ahora mi hija... ¿Qué estoy haciendo mal?

-No es culpa tuya, Arthur...

-Claro que lo es, Mel. Soy su padre, ¡¿cómo diablos un padre no puede darse cuenta de que su hija fue maltratada y abusada sexualmente?! Si el doctor no hubiera dicho nada no nos hubiéramos ni enterado, Mel. ¿Te das cuenta de ello? Si tuviera a ese malnacido frente a mi...

-Nadie pudo saberlo o sospecharlo. Sabes cómo es Amelia con sus sentimientos, se lo guarda todo para ella...

-¡Joder! –Volvió a quejarse el hombre antes de comenzar a llorar en los brazos de su amiga.

Mientras tanto, en una de las habitaciones de la planta superior, también se encontraba uno de los chicos llorando en brazos de su amiga, más bien, su prometida.

-¿Cómo puedo ser tan idiota?

-No es tu culpa, Casey...

-Claro que si. Fui yo el que le dió aquel vestido para que viniera a la fiesta.

-Ella estaría en la fiesta igualmente, Casey. No pudiste saberlo... –Murmuró la chica sin dejar de acariciarle la espalda preocupada. Si Casey llega a saber que yo ya sabía esto, me odiaría...

-Podríamos haber cuidado a ese bebé juntos. –Dijo incorporándose para pasarse las manos por la cara. –Hubiera podido ayudarla si tan solo me lo hubiera contado...

-Supongo que se sentía avergonzada... –Volvió a murmurar esquivando su mirada.

-Necesito ir a verla...

-Quizás no sea lo mejor todavía, Casey. Aún es temprano.

-No me importa. –Dijo saliendo de la habitación para dirigirse a la de invitados ocupada única y exclusivamente por una persona.

La joven se encontraba dormida boca arriba sobre la cama ajena a aquella visita. Y es que el príncipe no había sido el único en entrar mientras que dormía, su padre Arthur y la reina Eulalia también lo habían hecho.

-Nunca me lo hubiera perdonado si no hubieras sobrevivido. –Comentó por lo bajo sentándose a su lado con cuidado. –No debiste hacerlo, Amelia. Mi vida no es para nada importante comparado con la de un bebé inocente...
–Inconscientemente, miró su barriga tapada con las sábanas.
–¿Sabes? Ahora entiendo mejor porqué muchas veces no querías que me acercara o te tocara. Pero aquí y ahora te prometo por mi vida que encontraré a la persona que te hizo eso y lo haré pagar. Te doy mi palabra de ello.

~AMELIA~

Fruncí el ceño arrugando la cara al sentir un fuerte dolor en el torso dejándome bien claro que lo que había pasado no había sido un sueño.

-Dios... ¡Casey! –Grité siendo consciente totalmente de que me encontraba en la misma habitación de Palacio de la otra vez.

De repente, la puerta de la habitación se abrió y por ella entró Margareth cabizbaja. No descubrió que estaba despierta hasta que no cerró la puerta y levantó la cabeza en mi dirección.

-¡Amelia!

-Dime que Casey está bien, por favor...

-Sí, si. –Dijo acercándose a mi rápidamente. –¿Cómo estás tú? ¿Cuándo despertaste?

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora