~AMELIA~
-¿Cómo te has encontrado esta semana?
-Mejor, gracias.
-Entonces debo darte el alta ya. Pero recuerda siempre tener cuidado y no hacer mucho esfuerzo ¿vale? Eso conllevaría a que sufrieras otro intento de...
-Vale, doctor. –Dije cortándolo antes de que continuara la frase. –¿Puede decirle también a Casey que ya puedo empezar a trabajar? Porque si es por él, no me levanto de esta cama.
-Por supuesto. –Rió. –Nuestro futuro rey será un auténtico ejemplar para el pueblo.
-Sí, yo también lo pienso.
-Bien, iré a comunicárselo al príncipe y luego me iré. Si vuelves a sentirte mal, llámame.
-De acuerdo. Adiós, doctor, y gracias. –El doctor se despidió con la mano para dejarme sola en la habitación. Enseguida me puse de pie para quitarme la ropa que llevaba puesta y cambiarmela por el uniforme de trabajo.
-¡Amy!
-¡Casey! –Grité tapándome rápidamente con las prendas mientras que me daba la vuelta.
–¡No mires!~NARRADOR OMNISCIENTE~
-¿Olvidas que prácticamente crecimos juntos? –Preguntó el chico acercándose a Amelia para rodearle la cintura con sus brazos dejándola totalmente paralizada. –No tienes porqué avergonzarte. Eres preciosa.
-P-por favor, n-no... –Casey la soltó confundido al oír tal súplica. ¿Pero porqué siempre que intentaba acercársele actuaba así? Como si él le diera asco...
-¿Qué pasa, Amelia? Últimamente no dejas que me acerque...
-No entres mientras que me estoy cambiando, Casey. –Se justificó colocándose la blusa rápidamente para salir de allí.
-¡Amy, espera!
-Tengo que trabajar. –Dijo acercándose a la cama para hacerla. Acto seguido recogería la ropa sucia. –Te agradezco todo lo que hiciste por mi, Casey, pero ya se acabó.
-Dios, odio cuando te pones terca como una mula. –Dijo antes de salir de la habitación dando un portazo.
-Es mejor así, Casey...
•••
Después de ir a ver a su padre y decirle que ya volvería a la casa, se dirigió a la cocina donde sus compañeras de oficio se alegraron de verla.-Estoy feliz de que ya te encuentres bien, Amy, pero ahora hay que trabajar. Esta noche es la gran fiesta. –Amelia asintió desanimada para alistarse la falda.
-¿Qué hago?
-Ir a por las flores para los centros de las mesas. ¿Te parece?
-Claro. –La chica asintió y saliendo por la puerta de la cocina, se dirigió al jardín encontrándose con la princesa Margareth sentada en uno de los bancos. –¿Margareth?
-Oh, hola, Amelia.
-¿Por qué estás aquí? –Se atrevió a tutearla, después de todo, le había confiado su mayor secreto.
-Quería pensar y éste es un buen sitio para hacerlo.
–Amelia le dió la razón con la cabeza para seguir con su camino. –Espera. ¿Tú como te encuentras?
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Amor Real
Romance-Necesitamos hablar. -Yo creo que no tenemos nada de que hablar... -Amy, por favor. Te extraño, y no sabes cuánto he sufrido todos estos meses sin poder hablarte como lo hacíamos antes. -La chica mordió su labio inferior reteniendo las ganas de ll...