Capitulo 6

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~AMELIA~

-¿Cómo te has encontrado esta semana?

-Mejor, gracias.

-Entonces debo darte el alta ya. Pero recuerda siempre tener cuidado y no hacer mucho esfuerzo ¿vale? Eso conllevaría a que sufrieras otro intento de...

-Vale, doctor. –Dije cortándolo antes de que continuara la frase. –¿Puede decirle también a Casey que ya puedo empezar a trabajar? Porque si es por él, no me levanto de esta cama.

-Por supuesto. –Rió. –Nuestro futuro rey será un auténtico ejemplar para el pueblo. 

-Sí, yo también lo pienso.

-Bien, iré a comunicárselo al príncipe y luego me iré. Si vuelves a sentirte mal, llámame.

-De acuerdo. Adiós, doctor, y gracias. –El doctor se despidió con la mano para dejarme sola en la habitación. Enseguida me puse de pie para quitarme la ropa que llevaba puesta y cambiarmela por el uniforme de trabajo.

-¡Amy!

-¡Casey! –Grité tapándome rápidamente con las prendas mientras que me daba la vuelta.
–¡No mires!

~NARRADOR OMNISCIENTE~

-¿Olvidas que prácticamente crecimos juntos? –Preguntó el chico acercándose a Amelia para rodearle la cintura con sus brazos dejándola totalmente paralizada.  –No tienes porqué avergonzarte. Eres preciosa.

-P-por favor, n-no... –Casey la soltó confundido al oír tal súplica. ¿Pero porqué siempre que intentaba acercársele actuaba así? Como si él le diera asco...

-¿Qué pasa, Amelia? Últimamente no dejas que me acerque...

-No entres mientras que me estoy cambiando, Casey. –Se justificó colocándose la blusa rápidamente para salir de allí.

-¡Amy, espera!

-Tengo que trabajar. –Dijo acercándose a la cama para hacerla. Acto seguido recogería la ropa sucia. –Te agradezco todo lo que hiciste por mi, Casey, pero ya se acabó.

-Dios, odio cuando te pones terca como una mula.Dijo antes de salir de la habitación dando un portazo.

-Es mejor así, Casey...

•••


Después de ir a ver a su padre y decirle que ya volvería a la casa, se dirigió a la cocina donde sus compañeras de oficio se alegraron de verla.

-Estoy feliz de que ya te encuentres bien, Amy, pero ahora hay que trabajar. Esta noche es la gran fiesta. –Amelia asintió desanimada para alistarse la falda.

-¿Qué hago?

-Ir a por las flores para los centros de las mesas. ¿Te parece?

-Claro. –La chica asintió y saliendo por la puerta de la cocina, se dirigió al jardín encontrándose con la princesa Margareth sentada en uno de los bancos. –¿Margareth?

-Oh, hola, Amelia.

-¿Por qué estás aquí? –Se atrevió a tutearla, después de todo, le había confiado su mayor secreto.

-Quería pensar y éste es un buen sitio para hacerlo.
–Amelia le dió la razón con la cabeza para seguir con su camino. –Espera. ¿Tú como te encuentras?

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora