Kuroo estaba acostumbrado al silencio gracias a Kenma, incluso se podría decir que era esencial en su vida. Por que si no había silencio, Kenma no estaba a su lado.
Kuroo es una persona ruidosa, no había nada de él que no causada ruido, si no era las cosas que rompía con su bro, era la musica pesada que escuchaba a todo volumen en su cuarto.
Escuchar a la gente hablar, reír y gritar era lo más normal para él. Los autos pasar, el choque del balón con la cancha. Siempre había ruido acompañándolo al igual que un vacío.
El ruido es un constante recordatorio de lo perdido que se sentía, siempre miraba a la gente tratando de adivinar a donde irían y si alguien esperaría por ellos, era una costumbre desde pequeño no podía evitarlo.
Su niñez se consistía en ruido y movimiento constante, peleas entre sus padres específicamente. Obtuvo algo de paz cuando al fin tomaron la decisión de separarse, no era lo que deseaba pero sabia que no podía pedir mucho y era lo mejor para todos.
Para alguien que esta acostumbrado a estar en medio del caos, la tranquilidad puede ser su mayor anhelo
Sabía que si tenia la oportunidad de tener un poco de paz la tomaría sin dudarlo. Esa paz la vio en el pequeño pelinegro de ojos gatunos.
El pequeño estaba apartado de todos, y los niños en el parque parecían no verlo, Kuroo pensó que tal vez era una alucinación de el por los dulces de hace rato, debió hacerle caso a su mami.
Alguien dijo
La curiosidad mato al gato
Pero esta vez la curiosidad fue la que salvo a KurooEncontrar a Kenma fue como encontrar el camino regreso a casa, al fin sentía que no estaba solo.
Por que no importaba que camino tomara o a donde fuera siempre regresaría con el rubio
Por que no importaba cuanto tardaría en regresar el menor siempre lo estaría esperando por él
Amaba ese sentimiento, y daría todo de él para siempre tenerlo consigo
- lo siento
- ¿por que te disculpas?
- fui..soy un idiota
Si vas a disculparte por eso, debo decirte que éstas algo muy atrasado para hacerlo
Más vale tarde que nunca
Eres insufrible
Y tu eres un encanto bebé - el pelinegro se acercó a Kenma con pasos lentos hasta llegar a su lado y sentarse aún manteniendo un poco de distancia, sabía que Kenma era un poco arisco y cualquier movimiento podría hechar todo a perder.
El rubio sólo hizo una mueca y se escondió más en la gran sudadera de Oikawa, Kuroo enserio estaba controlando todo su ser para no quitarle esa cosa del demonio y prenderle fuego, después podría buscar a Oikawa y pegarle un chicle en su perfecto cabello.
ESTÁS LEYENDO
Pretty Setters
Romanceen donde todos los setters se unen por una causa mayor. Advertencia de faltas de ortografía