Capítulo ocho.

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Estaban los seis sentados en el suelo formando un círculo. En aquel rato se habían estado dedicando a hablar de temas irrelevantes entre ellos y comer los aperitivos que el papá de Finn había preparado para la ocasión. Aquello le permitió a Alanna conocer mejor a sus acompañantes.

Por ejemplo, ahora sabía que Jaeden y Wyatt eran mejores amigos y que el color favorito del primero era el azul. Agregando variada información que sería tediosa de mencionar.

En esos momentos un prácticamente alcoholizado Jack había sugerido la idea de jugar verdad o reto, que, siendo honestos, a Alanna le causaba un poco de temor. Nunca lo había jugado o si quiera visto jugar a alguien, pero no necesitaba que se lo explicasen, el nombre lo dejaba claro.

Temía que cosas podrían preguntarle, o que retos se les ocurriría ponerle. Sin embargo, tenía un pinchazo en el estómago que la impulsaba a querer intentarlo. Era una mezcla de querer y no querer hacerlo.

Aunque en realidad, hacerlo llamaba más su atención. Por lo tanto, aceptó jugar en el momento en el que Finn se lo preguntó.

—Bien—prosiguió el muchacho tras la respuesta de Alanna—, ¿alguna vez has jugado?

Negó con la cabeza, un poco apenada.

—Supongo que sabes de qué va—afirmó Finn, y ella repitió su anterior acción—juguemos, entonces.

Al principio, y para la suerte de la niña, nadie se dignó a retarla o preguntarle algo; por ello se dedicó a solo mirar.

Le preguntaron a Jaeden si le gustaba alguna persona, a lo que que el chico, sonrojado, respondió que si. Aun así, cuando le interrogaron quien era "la afortunada", supo negar la respuesta.

—No incluía decir quien, tontos—contestó el castaño, con una sonrisa maliciosa.

Todos los muchachos comenzaron a quejarse, mientras que ella se limitaba a reír continuamente con las ocurrencias de sus acompañantes. Se la estaba pasando de maravilla con los amigos de Finn, y la mejor parte era que no se sentía cohibida o incómoda con ellos. Ir a aquella reunión no había sido tan mala idea.

—Alanna—la voz de Jack retumbó en sus oídos—¿verdad o reto?

Su corazón había comenzado a latir con rapidez. Decidió pensarlo unos segundos, analizando cual sería su mejor opción.

—Reto—respondió rápidamente, tratando de no arrepentirse al instante.

El muchacho le dedicó una mirada cómplice a Jaeden y, con una sonrisa pícara adherida al rostro, dijo:

—Te reto a besar a Finn.

Si alguna vez pudo respirar, ya no se acordaba de como. Sentía como su cuerpo comenzaba a sudar y su aliento a agitarse. En su interior había un tornado de emociones, tales como el pánico y la emoción. No sabía que pensar o como actuar.

Quizá estaba dramatizando demasiado por algo tan tonto como lo era un beso a los catorce años, pero esa no era la cuestión. Su mente no paraba de repetirle que tendría que besar a Finn Wolfhard, el chico del que ha estado enamorada desde que lo conoce. Pensó que aquello nunca sucedería.

Suspiró, saliendo de su trance, y asintió, aceptando el reto que le habían otorgado.

—No tienes que hacerlo si no quieres, Annie—intervino Finn, y aquello la hizo sonreír.

—No, está bien.

El ruloso asintió y se levantó, acción que luego ella imitó. Los dos dieron un paso hacia adelante, para poder estar suficientemente cerca. La niña puso sus brazos lentamente alrededor del cuello de Finn y las mariposas comenzaron a atacar cuando sintió los de él en su cintura. En serio iba a hacerlo.

—Oye... Finn—susurró cuando sus rostros estuvieron tan cerca como para sentir la respiración del otro, procurando que los demás no escucharan.

—¿Uhm?

Bajó un momento la mirada, avergonzada.

—¿Podrías tú... Hacerlo?—se sonrojó—. Nunca he besado a nadie.

El muchacho sonrió ante su pregunta y alzó una ceja.

—¿Hablas de que te bese?—cuestionó y Alanna se sintió más patética todavía.

—Pues... Si.

El chico frente a ella volvió a sonreír.

—Está bien.

—¡Bésense de una vez!—exclamó Jack, exasperado.

Finn dirigió una corta mirada a los labios de Alanna, y aquello le revolvió el estómago. Luego de eso, la miró a los ojos y ella creyó haber visto ese brillo que en alguna vez pasada había percibido. Entonces acercó su rostro aún más, a tal punto que sus labios se estaban rozando.

Ambos cerraron los ojos.

Y entonces sucedió, se estaban besando.

Alanna envolvió con un poco más de fuerza sus brazos en la nuca de Finn, y acercó sus cuerpos. Sentía cosas que ni siquiera podía explicar, eran tantas que comenzaban a marearla -claro que, de manera agradable-. Pero algo era seguro, estaba disfrutando el momento.

Finn comenzó a mover ligeramente los labios y ella, torpemente se dedicó a seguirlo. Sintió como el agarre en su cintura se hacía más firme. Nunca había besado nadie, pero sabía que este sería un primer beso que recordaría.

No sabía cuánto tiempo llevaban en ello -aunque en realidad ni siquiera recordaba donde se encontraban en esos momentos-. Jack no había dado un tiempo límite, pero si hubiese dado uno probablemente ya lo hubiesen pasado.

Pero entonces, la puerta fue abierta, haciendo un ruido que los hizo separarse.

Alanna, al ver a sus padres en la puerta, con aquellas expresiones, supo que habían visto el beso por la ventana, y que cuando llegara a casa iba a tener que dar explicaciones.

Aún así, no podía arrepentirse de nada.

LO SÉ, AMENME, EL PRÓXIMO CAPÍTULO VA A SER NARRANDO LO QUE PASA CON FINN DESPUÉS DEL BESO. ES DECIR, SABRÁN LO QUE PUDO O NO SENTIR FINN AL BESAR A ALANNA. REPITO, AMENMEE, PORQUE INCLUSO YO ME AMO POR ESCRIBIR ESTO.

Kisses♥

SIXTEEN ¡!【FINN WOLFHARD.】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora