Naruto's Shipps.

Juegos de Tortura.

-Ven princesa. Soy un buen hombre. Te haré gemir como lo puta que debes ser-. Comentó aquel ninja de Sunagakure.

El rubio lo miró sonriendo. Aquel shinobi era un completo idiota.

-¿Qué dices?-. Siguió insistiendo acercándose al rubio. Ese pequeño estaba como quería. Ya quería quitarle aquella túnica extraña. Jamás había recibido un "No" como respuesta y esta no sería la excepción. Follaria con el de ojos azules a como de lugar.

-Dejame en paz. No quieres verme de malas-.

- No te hagas de rogar-. En un rápido movimiento agarró al contrario de las muñecas y lo acorraló contra el suelo. -Serás mío por las buenas o por las malas-. Quiso pasar la lengua por aquellas mejillas pero todo se volvió negro.

Naruto se lo quitó de encima. -Llegaste-.

-Completé mi tarea. Nada difícil. No fue un buen... sacrificio-.

-¿Jugamos con él?-.

-Claro que si-. Mostró una sonrisa.

[...]

Abrió los ojos. Su cabeza parecía que iba a explotar en cualquier momento. Sentía como ondas de dolor por todos lados.

-¿Hola?-. Preguntó aquel ninja atado a una silla. No tenía idea que mierda había pasado. Ya tenía a aquel rubio sólo para el.

-¿Hola?-. Repitió esta vez en un tono más alto. No podía ver absolutamente nada ni oír sonido alguno a parte de su propia voz.

Una puerta se abrió y vio entrar a dos sombras.

-¿Quiénes son ustedes?-.

Sintió un mueble moverse cerca suyo.

Sobre su cabeza un foco se prendió alumbrando de forma tenue a si mismo. Pudo ver entonces dos cosas.

La primera, estaba desnudo amarrado con cuerdas sumamente gruesas.

La segunda, es que frente a él estaba aquel rubio, vestido sólo con una camisa larga, sentado sobre alguien. A ese alguien no podía reconocerlo pues la oscuridad ocultaba su rostro.

Una voz se escuchó por el recinto. No era del rubio.

-¿Juguemos por libertad?-.

El shinobi, parpadeo varias veces intentando adivinar que es lo que pasaba. No tenía ni la más remota idea. -¿Qué mierda hablas? Déjenme salir-.

-Lo haremos, si juegas-.

Luego de algunos gritos de auxilio y negociaciones fallidas aquel shinobi se dio por vencido.

-Bien. Mierda. ¿De qué va el estúpido juego?-

-Es simple-. Comentó aquella voz rompiendo las prendas del rubio. La cual sólo era una camisa.

Naruto no dijo nada. Había perdido la cuenta de cuántas veces su pareja le había desgarrado su remera o cualquier prenda que usara.

-Le daré placer a mi zorro. Si tu pene se pone erecto, mueres. Jajajaja-. Comenzó a besar al pequeño.

El rehen sudaba frío. Al sólo ver aquel cuerpo desnudo su mente divagaba.

-Ahhh...-. Empezó a gemir Naruto por las caricias de su amante