Capitulo 22.

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Moisés estaba llorando en la celda, ahora mismo quería estar con su papá, seguro él podría arreglarlo todo o buscar ayuda de los que si sabían, quería llamarle y decirle lo que le estaba pasando pero antes de meterlo en la celda le quitaron todas sus pertenencias, su cartera, cinturón hasta los cordones de sus zapatillas, pensaba en eso cuando un oficial lo fue a buscar para llevarlo a donde estaba su familia.

- Chico ven conmigo – Moisés se quitó las lágrimas rápidamente para que el policía no se diera cuenta, pero a leguas se notaba que había estado llorando tenía los ojos rojos hinchados y la nariz no estaba menos

¿A dónde? – preguntó un poco asustado, el policía se dio cuenta del miedo que sentía y no pudo evitar ser empático con él

Con tu familia, están todos aquí – Moisés se sintió aliviado, por lo menos estaban allí para poder ayudarlo, cuando pasó a la sala donde el policía lo llevó todos fueron abrazarlo luego más serenos se fueron abrazando uno a uno

No me vuelvas a dejar solo – reclamo Abraham derramando lágrimas, a Moisés se le estrujo el corazón al ver a su hermanito así

Enano no llores – respondió devolviéndole el abrazo

No te vuelvas a ir – Moisés respiro hondo para no llorar no le faltaban ganas, él también había echado de menos a su familia

Y si bien él quería a Almudena vivir juntos no era lo desea todavía, aquello era cargar con demasiadas responsabilidades que no estaba preparado para asumir, sus pensamientos fueron interrumpidos por el policía más joven que vino a dejarle las pertenencias de Moisés.

- Con permiso – dijo el agente al pasar – aquí les dejo las pertenencias de su hijo –Rebeca le dio una sonrisa y cogió la caja ayudándole al policía

Fue cuando vio el cinturón de Moisés, y si bien estaba muy alegre de ver a su hijo, también pasó mucha preocupación y se lo iba a dejar claro, soltó la caja en la mesa y saco el cinturón sin que nadie se dé cuenta, estaban hablando cuando Rebeca cogió a Moisés del codo y estampo el cinturón en el trasero, cómo estaba su pantalón bajado hasta medio del culo por no llevar el cinto, no tuvo mucha protección y el policía se quedó sin palabras.

- ZASs Zas ZAS zas – Moisés se quiso soltar del agarre pero no pudo

grrr mamá – dijo con pena que le pegara delante de sus hermanos y más cuando vio que el policía estaba aún en la puerta

Zas Zas ZAS mamá, si mamá te va a enseñar a no hacer tonterías ZAS y tenernos una semana con esta angustia –iba a seguir cuando Ramón le cogió la mano que tenía el cinturón y quiso quitárselo

Rebeca aquí no – le dijo forcejeando para quitarle aquello

¿Me vas a decir que no tengo derecho?... he pasado una semana sin saber si comía, si dormía o si estaba en la calle o sepa Dios que – le dijo derramando lágrimas, ya no pudo contenerse más estaba todo el día rezando porque a su niño no le hubiera pasado nada malo

No Rebeca, yo no he dicho que no tienes derecho, tienes todo el derecho del mundo pero aquí no – Rebeca se cubrió la cara con sus manos sin poder parar de llorar Moisés se acercó a su mamá

Mami – la abrazo – lo siento yo

- Mejor no digas nada – contesto Rebeca quitándose las manos de la cara – esto no queda así, ya te diré tu castigo – Moisés agachó la cabeza, sabía que había tenido a su familia muy preocupada pero estaba entre la espada y la pared... pero tampoco quería que se llevarán a su novia lejos de él

Sangre Flamenca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora