Capitulo 26.

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- Carlos, hijo... sé que no es justo que te castigue a tu edad pero todo tiene un límite y lo sabes, lo que hiciste... simplemente de pasaste – murmuro su padre y Carlos bajo la cabeza, se sentía muy avergonzado después de darse cuenta de su error- Lo sé papá y estoy muy avergonzado –levantó la mirada para mirar a su papá, Alberto cuando vio las lágrimas de su hijo se arrepintió de haberlo castigado de esa manera

Su única excusa era que ese momento él y su esposa estaba angustiados por no tener idea de donde estaba su hijo a esa hora, no sabían nada de él desde día antes y no había llegado ni a dormir y cuando el miedo los consumía y habían decidido acudir a la policía y buscar más alla de las llamadas a los amigos, Carlos entro a la casa en medio de un gran escándalo, hablando incoherencias y riendo a carcajadas era un hecho que estaba ebrio, pero lo peor fue que no vino solo, sino acompañado de una despampanante mujer que a leguas se notaba no solo mayor sino del oficio y que para colmo le lleno la cara con marcas de un horrible pintalabios y no dejo de besarle la boca ni cuando entraron a la sala, pero peor que eso fue que la muy susodicha y su adorado hijo apenas entraron empezaron a quitarse la ropa; Alberto vio rojo del enojo y sin medir palabra se sacó el cinturón acercándose a ambos, dando un fuerte jalón del brazo de su hijo para soltarle ahí mismo tres cinturonazos bien fuertes en medio del trasero, Lucía al ver aquello se apresuró a coger a la chica y sacarla amablemente de la casa, era un hecho que debería estar agradecida porque Lucía quiso en realidad agarrarla del cabello y zarandearla, a Carlos se le pasó la borrachera en un segundo mientras Alberto lo encamino a su habitación.


- ¿En que ZAS ZAS demonios Zas Zas estabas pensando ZAS?, ¿tenernos a tu mamá y a mí con el corazón en la boca toda la noche? – Carlos trataba de cubrirse pero no pudo, no tenía muy buen equilibrio por estar un poco ebrio todavía y Alberto lo tiro hacia él, se sentó en la cama y puso a Carlos boca bajo en sus piernas, le dio un tirón a la ropa y la bajo hasta las rodillas... a Carlos se le esfumo el resto de la borrachera en un segundo y se sintió muy avergonzado de estar en esa posición y con la ropa abajo hacia casi tres años que papá no lo ponía en su sitio... beuno en ese sitio

Y encima viene el señorito zas zas zas ¡¡todo borracho!! y faltando zas zas el respeto a su madre Zaszas trayendo a esa mujer a casa comiéndosela a besos ZAS Zas ZAS mientras la desvestía en el pasillo – Carlos abrió los ojos cuando aquellas palabras taladraron su cerebro – ¿pero que te has creído ZAS ZAS ZAS tu mocoso insolente, sinvergüenza Zas zas – después de eso Carlos no hablo solo se concentró en no llorar ya estaba demasiado avergonzado como para ponerse a llorar como un mocoso – ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS – esas cayeron en la flexuras de los glúteos haciendo que Carlos respire muy agitado para aguantar sus lágrimas, Alberto lo puso de pie sin importarle que a su hijo se le viera sus intimidades y Carlos de momento se cubrió sus genitales ahora gimiendo, de verdad que esas últimas dolieron demasiado como para fingir – date una ducha y ponte el pijama y te metes en la cama no quiero verte fuera de ella en todo el día – ordeno su padre tras ponerse el cinturón y sin esperar más salió de la habitación

Carlos si se ducho pero se puso un chándal y se salió por la ventana que fue a casa de su tío Ramón donde lo encontró Alberto cuando su mujer lo hizo entrar en razón; y ahora estaban ahí frente a frente después de aquel amargo momento, Ramón salió del estudio cuando vio a su hermano abrazar a su sobrino pensando que ahora era cosa de su hermano y su sobrino.

- Perdóname papá – a Alberto se le encogió el corazón cuando su hijo le estaba pidiendo perdón porque desde otra perspectiva, su hijo legalmente era un adulto

Sangre Flamenca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora