Tell me what is love | D.O de EXO (+18)

Capítulo 3

Porque nunca creí que existiera el cielo

hasta que te encontré

Y nunca recé como la iglesia me lo decía

Pero ahora puedes contar

con que me pondría de rodillas por ti

(700 Club, Nicole Dollanganger)

Segundo día de clases. Tampoco fue memorable, se sentó en los bancos de la parada para esperar la llegada del autobús 1503, aquel que la llevaría a casa. Al parecer Kyungsoo salió del trabajo temprano y olvidó decirle.

Algunos de los estudiantes pasaban por su lado, la ignoraban o simplemente la miraban atontados para luego susurrar entre ellos.

Los estudiantes estaban muy concentrados escribiendo en sus cuadernos, la mirada del profesor variaba entre el aula y la planilla que estaba llenando, todo marchaba de forma tranquila.

Hasta que una pequeña hoja amarilla llegó al escritorio de Amber, pudo observar que el responsable fue Kim Juran, una de sus compañeras más inteligentes del aula.

Amber arrugó el entrecejo. Quizás eran apuntes y se habría equivocado de asiento. Pero la curiosidad la obligo a abrir el papel.

« ¡MANTENTE ALEJADA DE KANG BAEKHO!»

Ella miró a Juran, exigiendo una explicación, pero ésta solo negó con la cabeza y le dirigió una mirada a Eunha.

Ahora podía entender. Eunha debía estar enamorada de Baekho, su compañero petulante y bobo, éste había desarrollado cierta atracción por Amber. Probablemente eso causaría que su odio hacia ella creciera más.

Amber suspiró. Completar el instituto en un país extraño era difícil. Solo había pasado tres meses en Seul cuando tenía 14, y no recuerda haberla pasado tan mal. Tal vez porque estaba en una institución donde todos eran extranjeros, o porque la otra mitad del tiempo estuvo en un hospital...

Ser la marginada no iba con ella. Todo estaba mejor en su otro país, tenía amigas, una reputación, un novio guapo, tenía todo en las playas soleadas de Miami. Fue un cambio muy drástico dejarlo todo cuando se mudó con su madre y su padrastro al congelado Seul.

¿Todo esto ha sido mala idea? Pensó para sí misma.

— Que frío — se quejó Amber, colocando su abrigo en el perchero.

Se quitó los zapatos y los reemplazó por las pantuflas. A juzgar por el olor a especias picantes, la comida ya estaba lista, ¡perfecto! Estaba muriéndose del hambre...

— Hola, bebé — le saludó su madre.

Cuando Amber la miró, quedo impresionada por su aspecto. Vestía muy formal para solo ir al trabajo.

— ¿A dónde iras? Hace frío — preguntó Amber mientras recibía un beso de Jenny.

— Tengo una fiesta en el trabajo. Es el aniversario de la agencia — explicó con una sonrisa — ¿Me veo bien?

Amber la miró nuevamente, con detenimiento. Su madre era tan hermosa, con ese vestido negro acampanado y hermosos colores dorados en sus accesorios y maquillaje, se atrevía a decir que lucía más joven.