Capítulo 9

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D'Artagnan:

Hace unos días esa mujer tan blanca como la nieve, apareció en nuestras vidas. No debía que también se habia topado con mis colegas, en diferentes escenario, diferentes casos y motivos iguales.

Y cuando menos lo esperamos se presenta oficialmente como Calissa hija del Duque Buckingham. Nosotros al principio no le creímos que él fuese su padre porque siendo un desgraciado ¿Cómo alguien pudo enamorarse de él?

Ayer por la tarde ella vino sola ella no le tiene confianza a Leonard pero no entiendo, él es buena persona.

--flashback--

- Entonces ¿Tú quieres entrenar con nosotros? - dijo Porthos un tanto emocionado.

- Sí, a la hora que ese hijo de... - no termino la oración, suspiro y tomó una bocanada de aire- se aparezca quiero decapitarlo.

- Pero ¿No tendrías cargó de conciencia o algo así en el futuro? - comento Athos tomando una copa de vino.

- No lo sé, a pesar de todo aún resguardo algo de respeto hacia él- se levanto de su silla y vio fuera de aquella ventana, la luz del Sol reflejaba en su rostro.

- Pero aquí viene mi pregunta- se digno a hablar el hombre apartado en una esquina. Armis dejó su libro de lectura a un lado y trató de verla a los ojos- ¿Louis está de acuerdo que tu te esfuerces? Pues por lo que se te sobreproteje mucho, más que a la Reina Ana.

- Pues precisamente ese es mi punto - ella sin duda hizo el contacto visual que Armis ofrecía - Él no quiere que entrene ni nada, no quiero que se burlen de mi pero siempre quise ser una mosquetera...

Athos y Porthos no pudieron aguantar la risa, Aramis y yo solo nos quedamos un momento en silencio. Ella por supuesto que se enfado.

- ¿Acaso conte un chiste que ni siquiera cuenta me di? - dijo de manera un tanto ofendida.

- Querida, las mujeres mosquetero no existen y jamás existirán - Athos coloco la mano en su hombro y ella lo movio brusca e inmediatamente.

- ¿Acaso ustedes piensan que no tengo lo suficiente? ¿Porqué no le dijeron eso a la prostituta de Milady? A ella si la dejaron seguro porque ella a cambio les daba su...

- ¡No es por eso! - dijo Porthos- Nosotros somos hombres de honor.

- A ti siempre te veo con mujerzuelas ¿A eso le llamas honor? - casi que lo grito - ¿Saben que? Hagamos algo interesante, ustedes dos contra mi y el perdedor tendrá que admitir que el punto de vista del otro es correcto.

- Si quieres hacerlo ahora adelante- grito emocionado Porthos.

- Espera - musitó Athos algo abrumado- dinos cuales son las reglas.

- Una lucha de espadas, un enfrenamiento de esgrima es lo que pido un quien lleve más número de estocadas gana - ella hizo que ambos perdieran la cabeza.

- ¿Pelear contra ti? Será todo un honor - dijo Athos dándole la mano para un apretón.

- Pero veo que el premio esta algo simple - Porthos dijo en el oído de Athos.

- Escuche eso - ella esbozó una sonrisa algo macabra- ¿Qué les parece esto? además de admitir que pueden existir las mosqueteras, Si yo ganó ustedes tendrán que entrenarme y si pierdo yo admitire que hay una pequeña probabilidad que pase lo contrario , ya no los molestare con el hecho de entrenarme y solo les diré el punto débil de Buckingham. ¿Es una oferta buena pelón?

-... - el solo pone una cara de incomodidad y luego ríe- Ese trato me gusta más - le da la mano para concluir su apuesta.

- En ese caso en tres días haremos nuestro pequeño duelo, a las 3 de la tarde frente al reloj. ¡Oh! Tengo una idea ya que Aramis y D'Artagnan no se involucraron, que ellos sean los jueces

Los tres mosqueteros: La hija de BuckinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora