Capítulo 8

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Me arrebataron mi orgullo.
Atacaron por la espalda, de cierto modo me es un halago que piensen que soy una amenaza grande. Sin embargo me siento un tanto mal regresar a ese país, pero ¿Qué puedo hacer? Mi venganza no se hará sola y ni loco dejaré pasar esto por alto.

No tendré piedad de quien se me cruce esta vez, no voy en son de paz, solo quiero verlos sufrir, empezando por ese niñato que se paso de listo.

- ¿Porque tan callado? - dice aquella dama la cual es peligrosa como una víbora pero hermosa y delicada como un lirio. Es de piel blanca tan suave, sus ojos verdes te atrapan, cabello cobre que va en grandes canelones, labios rosados y de un cuerpo bien proporcionado. Ella está sentada en una silla.

- Pues estaba pensando, no quiero fallar esta vez - digo con sinceridad.

- Lo lograrás - dice Milady con una sonrisa - Sé que tú podrás superar esto - se levanta y se pone frente a mí aún con esa gran seguridad.

- Aún tengo algo de miedo, y ¿Sí ellos la tienen...?- sin terminar la oración ella me da un beso.

Si lo sé, mi esposa murió hace 14 años y aún la sigo amando pero realmente ¿Qué puedo hacer? Soy un Duque viudo y sin descendencia. Francia fue la culpable de todo esto

- Oye en serio te notó algo raro, ¿No quisieras beber un poco? ¿George? - No me gusta que me llamen por mi nombre, Solo Arabella lo hacía.

- No me llames así, te lo he dicho varias veces - le repito a Milady.

- Por favor, el enemigo número 1 de Francia y España, "Buckingham"no le gusta que le llamen por su nombre - empezamos se nuevo...

- Te he dicho que es por asuntos personales - ella sirve dos copas de vino en la mesa.

- ¿Ah sí? Pues que mala memoria tengo - se levanta y balancea su cuerpo hacía mi - ¿No quisieras hacerme recordar? - dice en susurro en mi oido izquierdo, esto hace que tiemble, la tomo de la cintura.

- Pues sí eso es lo que tú quieres- Si ya se, antes dije que quiero respetar a mi esposa que en paz descanse pero soy un hombre con mucha presión ¿Qué puedo hacer? ¿Ahogarme en mi propio vaso de agua? ¿Mostrar debilidad? ¿Llorar? Estoy rodeado de gente, tengo poder y tambien dinero pero aún me siento solo, nadie puede comprender mi situación , al menos Milady me sirve de distracción sexual.

Sé que esta mal, pero al menos tengo la esperanza que esta vez todo será diferente. Tal vez en nuestro último encuentro ellos ganaron la batalla pero a mi aún me falta mover las piezas de este ajedrez y estoy seguro que yo ganaré la guerra.

-----Más tarde------

Milady:

Ya es algo tarde tal vez es un poco más de la media noche, estamos en su habitación. Esta agotado después de tan largo acto, cada vez duramos más que la anterior. Pobre imbécil piensa que puede jugar conmigo, piensan que siempre estaré a su lado.

Cree que soy su escape de la realidad por la que pasa ¿Quién cree que soy? ¿Realmente piensa que estoy para apoyarlo? Es cierto que el ha sido el mejor en todo hasta el momento pero en Francia hay una recompensa mayor.

Me levantó de su cama, tomo una sábana, me cubro, tomo mis cosas y me voy a cambiar,  es extraño que él se quede profundamente dormido. En cierto modo, el es demasiado lindo como para morir tan pronto, pero no le quitare la ilusión de vengarse. Pobre diablo, algún día se tenía que morir de todas maneras.

Al terminar de cambiarme me voy de su habitación y me dirijo a la mía. No sé que plan descabellado tienen en mente pero debo "ayudarle" O sospechara que lo engaño, tristemente él es el único que puede ver en mis ojos cuando miento.

Buckingham:

Me levanto algo abrumado, me siento en la orilla de mi cama, he dormido tanto tiempo pensando sobre mi hija y el daño que le he causado, me arrepiento de todo lo que hice, quiero remediar las cosas, espero verla aunque sea una vez más.

Tocan la puerta,  me distrae al instante

- ¿Puedo pasar? - dice aquella voz un tanto dulce para mis oídos.

- Por supuesto- le contestó de manera atenta.

-... - abre la puerta y Milady usa un vestido muy ajustado de color naranja, es el indicado para estas épocas allá en Inglaterra - ¿Ahora si me dirás tu plan? - se sienta en mi mesa de manera un tanto provocativa.

- ¿No te cansas verdad? - digo cerrando lo ojos y bajando la cabeza lentamente.

- ¿De qué?  - dice un tanto asustada abriendo sus ojos verdes como platos.

- De todo - me levanto de la cama sin importar que estoy completamente desnudo- Eres una mujer con mucha energía.

- Pero ¿A que te refieres? - pone una cara angelical pero de mirada penetrante.

- A seguir siendo como una agente mía, a insistirme para contarte mis planes, tener algo de autoridad... ¡Esto!  - señalo la cama y seguidamente a mi cuerpo, ella por su parte se sonroja- ¿No hay manera a que tu te canses de esto?

- ¿Acaso lo dices para deshacerte de mi?  - se levanta de la mesa.

- ¡Claro que no!  - me acercó poco a poco a ella- ¿Sabes que es lo que pienso ahora?

- No - dice confundida.

Rápidamente sin decir más logró agarrarla de los hombros y robarle un beso, esos que son tan cálidos y apasionados. Ella al principio se pone rígida pero poco a poco va cediendo hasta llegar a abrazarme por el cuello.

-¿Desde cuando tan Romeo? - dice un tanto sonrojada.

-¿Desde cuando tan preguntona?  - río y ella solo me ve raramente - pues te diré que este es el plan...

(Holiii ¿como están? Espero que de lo mejor criaturas del señor :v espero que les haya gustado este cambio de punto de vista n.n/ hasta el siguiente capítulo)

Los tres mosqueteros: La hija de BuckinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora