| 7 | Il diluvio universale.

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5 años después

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5 años después. Vancouver, Canadá.

-Hola, te he visto desde el otro lado del parque, durante un rato, y la verdad es que te me has hecho la mujer más preciosa que he visto, ¿cómo te llamas?

Un chico de ojos verdes me observaba esperando una respuesta. Le di un análisis rápido, al cabello lacio que estaba bien recortado y la sudadera azul brillante que llevaba. También llevaba tenis, debería de ser uno de esos intentos de deportista a los que les gusta alardear en la universidad. Y también debería de ser un par de años más joven.

-Soy Christa.

-Christa, que bonito nombre. Yo soy Henry –hubo un silencio, en el que me di el tiempo de ver todo a mi alrededor. Agudice mi oído para intentar escuchar la razón por la que los arbustos se movieron, pero parecía que solo fue el viento.-... Y bien, Christa, ¿qué estudias?

Un silencio largo.

-Derecho –murmure y era real-. Estudio leyes.

-Vaya, eso suena increíble, y dime, ¿cuántos años tienes? ¿Vives por aquí?

-Tengo 22. Y sí.

-Pues yo tengo 20, estoy en el equipo de hockey de la universidad, ¿por qué no vas a uno de mis juegos? El viernes vamos a jugar contra Ontario y ya quiero saber que podemos festejar luego de romperle el culo a esos...

-Soy de Ontario.

-... Jóvenes talentosos.

Reí un poco, y procedí a guardar mis cosas en mi mochila. Mi laptop chistó cuando la cerré, pues debería de tener basura atorada en el pliegue para cerrar, pero poco me importaba. Henry iba a comenzar a ponerse un poco pesado, y me incomodaba. Me incomodaba que cualquier persona pudiese volverse suficiente cercana como para poder ver dentro de mis ojos lo que ocurrió. Como para poder ver a Jack.

Henry continúo hablando, pero deje de escucharlo. Solía pasarme con frecuencia luego de que fui al funeral de Johnson. Luego de dejar su cuerpo en la cuneta de regreso a casa, cuando Aarón se percato de que había dejado de respirar. Yo aún tenía mis manos intentando tapar la herida, intentando detener tanto flujo de sangre. El silencio fue largo en el que todos lloramos como bebés por lo que había pasado.

Shawn quería llevarlo a un hospital aun, pero no había forma de salvarlo. Estaba muerto y pálido, y sus labios comenzaban a tornarse ligeramente azules, y nadie más que Nat sugirió algo. Cruel y abstracto. Pero sí alguien decía algo, todos íbamos a quedar en prisión por asesinar a un grupo de italianos con armas ilegales.

-Christa, por favor, te quiero ver allí. Viernes a las 7 en el estadio de la universidad, te voy a dedicar todo mi juego

Asentí.

-Tengo clase, Henry, adiós.

Tome mi mochila y comencé a caminar para alejarme de todo. Siempre que recordaba lo que paso en el Emerald Lake me ponía de nervios. No había vuelto a ver a nadie, y tampoco podía tener relaciones muy cercanas. A veces creo que es necesario dejar ir todo para poder seguir, pero esta ahí, guardado, y no hay nadie con quien pueda liberarlo.

Don't Leave Me Alone | Shawn M. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora