Thunderbolt ⇥ ChenMin

❝El Regalo del Dios Trueno al Dios Hielo❞

Existen doce dioses que mantienen al mundo en equilibrio, los que protegen a la humanidad de enemigos que amenazan con destruirla. Sin embargo, existe un dios que no simpatiza mucho con los humanos, no los quiere pero tampoco los odia, simplemente está cansado de ver como se equivocan una y otra vez, de cómo dañan al mundo que ellos le hicieron.

Y ese es el Dios del Trueno, JongDae, incluso el Dios de la Tierra los aprecia. El esposo del dios Trueno también lo hacía, el Dios del Hielo. Ninguno de los dioses era ciego ante las acciones de los mortales como tampoco los justificaban, pero al fin de cuentas, eran seres imperfectos.

Aunque claro, había errores que no eran perdonables.

También había veces en las que se reunían para esclarecer el futuro de la humanidad, JongDae siempre votaba porque desapareciera. Sin embargo, tenía aprecio por los niños pero eso no significaba que iba a ser blando con ellos, no confiaba mucho en lo que se convertirían en el futuro.

Lo que más odiaba, era separarse de su esposo para servirle a los simples humanos. Sólo para aportarles nitrógeno. Los dioses se encontraban viviendo en la tierra, JongDae y MinSeok, como así se llamaba el dios Hielo, vivían en los fríos bosques.

—Me tengo que ir por unos días —decía JongDae tomando a su esposo de la cintura.

—Vuelve pronto —deseó con aquella voz dulce que le caracterizaba. Sus manos se apoyaban en los antebrazos de su marido.

Si tan sólo JunMyeon no le hubiera pedido que esa noche lanzara rayos, ellos dos estarían procreando a sus descendientes.

—Lo haré —un dulce beso los envolvió a ambos.

Las manos del dios Trueno se cernieron sobre la delgada cintura de su esposo.

(…)

El Dios Trueno ya llevaba mucho tiempo en las alturas alumbrando el cielo con imponentes rayos, atemorizando a los mortales y en uno de esos descargando su furia contra ellos. Claro que a veces, sus rayos terminaban por matar a alguien “accidentalmente” esos eran temas de conversación que luego se hablaban en el templo de JunMyeon, el Dios del agua.

—¿Es cierto que el amor entre dioses no existe? —un ayudante de JongDae, cercano, preguntó.

Los dioses estaban enamorados desde siempre, incluso era MinSeok quien le convencía cada noche en darle una oportunidad a los humanos. 

—Es mentira, yo daría lo que fuera por mi esposo, mi vida si es necesario —reafirmó el dios con sus palabras —. Hace días que no lo veo…

—También debe de extrañarlo.

JongDae bajó su mirada al mundo de los mortales. Seguramente, MinSeok estaba esperando alguna respuesta de su marido.

—Le enviaré un regalo.

Entonces, JongDae colocó una mano en una nube creando una hermoso rayo el cual formaba un corazón hasta donde estaba el Dios del Hielo.

MinSeok que estaba pincelando los árboles de blanco se detuvo ante el gran espectáculo dado.

—¿Cree que le haya gustado?

Una rosa tomaba forma en una nube y cuando los pétalos brotaron, la rosa se materializó a una verdadera y cada pétalo estaba hecho con hielo de verdad.

—Le encantó.

Dijo el Dios Trueno con una gran sonrisa y orgullo.

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