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Matías POV.

Ayude a Barbara a salir del auto, nos encontrábamos a las afueras de la ciudad en una casa de campo que habíamos alquilado para una sola noche

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Ayude a Barbara a salir del auto, nos encontrábamos a las afueras de la ciudad en una casa de campo que habíamos alquilado para una sola noche.

--Me encanta.--dijo Barbara emocionada.

--Por dentro es mejor.--dije y la abrace por detrás, dejando un beso húmedo en su cuello.

Caminamos tomados de la mano hasta la entrada de la casa, no aguante más y jale bruscamente a mi pecho para besarla ferozmente.

La alce, haciendo que ella rodeara sus piernas en mis caderas y la estampe contra la puerta.

Era un beso fuerte y rudo, nuestras lenguas peleaban entre ellas, mis besos bajaron a su cuello.

--Follame.--dijo Barbara en un gemido.

Nuestras respiraciones estaban muy agitadas, entramos como pudimos a la casa.

Entramos a la pequeña sala y me senté, haciendo que ella se sentará en mi regazo. Nuestros sexos estaban rosandose.

Mis manos viajaron por sus muslos, alzando su vestido para sacarselo. Lo avente por algún lugar dejándola solo en una muy pequeña tanga.

Barbara se puso de pie y me dió la mano, la tome y me puse de pie.

Sus manos viajaron a mi camisa y botón por botón hasta quitarla y aventarla.

Me tomo del cuello, y me beso delicadamente. Sus besos bajaron por todo mi abdomen, cuando llegó hasta el botón de mi pantalón lo desabrochó y lo bajo junto con mis boxer.

Como pude me deshice de mis prendas, quedando totalmente desnudo ante ella.

Se puso de rodillas y tomo mi pene lo empezó a acariciar con su mano. Beso la punta y se lo metío completamente a la boca. Se quedó quieta unos segundos hasta que empezó a sacarlo y meterlo.

--Ah.--gemi, mientras tomaba su pelo y le hacía una coleta.

Ya estaba por llegar, jamás me la habían mamado era algo genial. Ya no aguantaba más.

Barbara se separó y mi semen calló en sus pechos. Se veía caliente de esa manera, incada con todo mi semen en su pechos.

Al igual que ella me inque, la tome de sus caderas y la bese de una manera desenfrenada.

Poco a poco la fui recostando en el piso, sin dejar caer todo mi peso. Me separé de sus labios y un poco de ella y mus manos viajaron a su pequeña tanga.

Antes de quitársela deje un beso en su centro, estaba húmedo. Poco a poco se la fui quitando.

--Ya follame.--dijo para besarme.

Sin ningún juego previo la penetre, provocando un fuerte grito de su parte. Mis manos estaban en sus caderas, comencé a entrar y salir de manera constante.

--Maaas rápido.--dijo jadeante.

La bese rudamente, y la fui penetrando más rápido, era tan placentero estar así dentro de ella.

Mis besos bajaron a su cuello, dejando pequeñas marcas.

Giramos quedando ella encima mío, con cuidado se salió de mi y poco a poco fue bajando hasta entrar completamente en mi.

Guardo reposo unos segundos y tomo la batuta y comenzó a cabalgar encima mío. Mis manos viajaron a sus pechos, los empecé a masajear y pellizcar.

--Ahhh, me encanta.--dijo en un gemido.

La jale hacia mí y la bese. Dejo de brincar y giramos quedando yo encima de ella de nuevo.

La penetre de nuevo, esta vez mordiendo sus pezones. La imagen de Barbara totalmente excitada me ponía aún más loco.

Mis estocadas aumentaron de velocidad, sabía que estaba a punto de llegar.

--Estoy...por llegar.--dijo jadeante.

Segundos después Bárbara y yo llegamos al clímax. Me deje caer en su cuerpo.

Estabamos totalmente exhaustos, Barbara estaba acariciando mi cabello.

--Estuvo...--dije aún con la respiración alterada.

--De maravilla nene.--dijo y alce la cabeza para mirarla.

Deje un corto besos en sus labios y otro en su mentón.

--Tu barba me encanta.--comenzo a acariciarla.

--Me la iba a rasurar pero ya no.
--dije mientras me ponía de pie.
--Ven vamos a la habitación.

Se puso de pie y la volví a cargar hasta la habitación. Esta noche sería muy larga.

Lo bueno que cada quien había dejado un mensaje a mamá con un pretexto muy convincente.




Matías; Sergio Carvajal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora