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Bárbara POV.

No aguantaba más, hice las sábanas puño con mis manos mientras que Matías me penetraba fuertemente por detras

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No aguantaba más, hice las sábanas puño con mis manos mientras que Matías me penetraba fuertemente por detras.
Jamás en mi vida lo había intentado, era muy placentero.

--Más.... más rápido.
--gemi.

Matías me tomo fuertemente de mis caderas y me fue penetrando aún más rápido hasta que desperté exaltada, agitada y sudada.

Me inderece en la cama y me di cuenta que había tenido un sueño erótico con Matías.

El sudor corría por todo mi cuerpo, me había gustado tanto el sueño que hasta deseo que venga y me folle durísimo.

Me levanté de la cama ya que ya había amanecido, me coloque la bata y me dirigi al baño. Lave mis dientes y mi rostro. Hice una coleta a mi cabello todo revuelto.

Salí de mi habitación en pura bata y descalza.

Cuando entré a la cocina ahí lo ví, haciendo el desayuno en puro boxer. Su espalda era muy ancha y fuerte.

--Buenos días.
--dije cuando entré y me senté en un taburete.

--Buen día preciosa.
--dijo al verme.

--¿No hay nadie?.
--dije mientras tomaba una manzana y la mordía provocativamente.

--Solo tu y yo nena.
--dijo cuando apagó a la estufa.

Se dió la vuelta y volví a admirar su cuerpo muy bien trabajado. Mi mirada bajo a su amiguito que estaba haciendo acto de presencia.

Se acercó a mí y me acorraló, acomodándose muy bien entre mis piernas.

Atacó mi cuello de una manera tan exquisita, sus manos viajaron al borde de mi bata y las colo hasta subirla hasta mis pechos.

Comenzó a acariciar mi cuerpo mientras besaba y mordisqueaba mi cuello. Deje caer la manzana y mis manos empezaron a  acariciar su ancha espalda.

De un momento a otro mi ropa salió volando, solo quedando igual que el en ropa interior.

--Me fascinas nena.
--dijo jadeante.

No aguante más y lo bese ferozmente, sus manos me tomaron fuertemente de mis caderas hasta cargarme y recargarme en la pared. Mis manos viajaron a su cuello, el beso fue subiendo de tono. Atacó mi cuello, dejando mordiscos que provocaron gemidos.

Lo único que se escuchaba en la cocina eran nuestras respiraciones agitadas.

Esto me estaba encantando, lo desee desde el momento que lo llegué aquí de vacaciones.

Nos fuimos separando lentamente y ambos nos miramos y sonreímos al ver nuestros rostros.

--Eres genial besando.
--dije mientras acariciaba su labio inferior.

Sus labios atacaron uno de mis pechos por encima del brassier, estaba apunto de quitarmelo cuando el sonido del timbre provocó que nos separamos rápidamente.

--Cambiate, deja voy a ver quién es.
--dijo mientras me pasaba la ropa, y me besaba por última vez.

Oh sí, este muchachito era muy buen besador.

--Despues terminamos con esto.
--dijo antes de salir de la cocina.

--Claro que lo íbamos a terminar.
--dije en voz baja.








Matías; Sergio Carvajal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora