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Matías POV.

Matías POV

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Maldita sea, tenia unas malditas ganas de follar a Barbara pero quizás nos descubrían mis padres.

Era media noche, y yo me encontraba acostado. Con una maldita erección, la había visto con un vestido dos dedos abajo de su trasero, muy pegado al cuerpo.

Minutos después me estaba quedando dormido cuando escuché abrirse la puerta de mi habitación y ponerse seguro.

Me inderece y mire a Barbara con una pequeña bata de seda color lila. Se acercó a la cama y se quitó la bata quedando totalmente desnuda.

Se subió a la cama y gateo hasta subirse encima mío, sus manos viajaron a mis cabellos. Mientras que las mías a su trasero y lo comencé a masajear.

Nuestros labios chocaron en un beso lento y suave, la había extrañado sus besos.

--Nos van a descubrir.--dije en un gemido. Ya que estaba dejando besos húmedos en mi cuello.

--Tus papis también están follando, nene.--dijo pícara.

De un momento a otro ella se encontraba debajo de mi cuerpo, mientras que yo dejaba besos por doquier.

Ella solo gemía y acariciaba mi espalda, mis manos viajaron a su intimidad y metí un dedo en esta.

Ella gimió levemente, comencé a penetrarla suavemente, y metí otro dedo. Mis dedos entraban y salían rápidamente de mí.

--Ah, joder.--se retorció, mientras devoraba uno de sus pezones.

Deje empaz sus pezones y ataque sus labios en un beso rudo y fuerte. Saque mis dedos de su ya húmeda intimidad. Fui metiendo lentamente mi pene en su vagina hasta que estuvo totalmente dentro de ella.

Mis movimientos comenzaron lentos, ella gemía pausadamente. La bese en el momento que empecé a embestirla fuertemente.

Clave mis dedos en sus caderas, mientras que ella enredaba sus piernas en mi trasero para que mi pene entrará hasta el fondo.

--Aaah, Mati.--dijo gimiendo.

Sus uñas se clavaron en mi espalda, comencé a besar y morder su cuello.

--Nena, estoy...por llegar.--dije con la respiración exaltada.

--Yo.... también.--dijo mientras atacaba mis labios.

Segundos después ambos llegamos, me vacíe completamente dentro de ella. Nuestros líquidos se mezclaron por completo.

Caí exhausto en el colchón, mientras que ella se acomodaba mejor en la cama.

--Me encanta follar contigo, Mati.
--dijo mientras dejaba un beso en mi cuello.

La tome de las caderas y la acerqué más a mí. Ella hacía con sus dedos dibujos en mi pecho.

--A mí igual, nena.--dije mientras dejaba un beso en sus labios.

Se separó de mí y se bajó de la cama para recoger su bata, me senté en la cama para ver su cuerpo desnudo.

Se colocó la bata y se acercó a mí, me tomo de mis mejillas y me beso, mis manos viajaron a sus caderas.

El beso era suave, me encantaba estar así con ella.

--Buenas noches, Matias.
--dijo dándome un beso rápido y salir de la habitación.

Esta mujer me estaba volviendo aún más loco, cada día la quería para mí.


Matías; Sergio Carvajal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora