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× MILLAN × 

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× MILLAN × 

Su tibio y menudo cuerpo desnudo estaba tan plácidamente relajado sobre mi pecho, que los tenues latidos de su corazón casi lograron relajarme. Su respiración era débil y serena y su rostro calmo y pacífico. Estaba dormida, profundamente dormida. Y era tan pequeña y escuálida, que el simple hecho de mi respiración hacia que su cuerpo fuese de arriba hacia abajo sin mucho problema.

Respiré hondo, moviéndola un poco más.

Cerré los ojos con fuerza, dejando que el pequeño ardor se recorriera a todo lo largo de mi globo ocular. De pronto todos y cada uno de mis músculos vibraron y se estrujaron bajo mi piel, me dolía cada centímetro del cuerpo.

Dirigí mi mirada hacia el pequeño reloj junto a la cama; 5:27 am.

Otra noche sin poder dormir.

Entonces, caí en cuenta de lo completa y extremadamente exhausto que estaba.

No había sido el sexo, ni la falta de sueño. Era simplemente la vida.

Eran las decepciones y los fracasos los que me hacían los días pesados.

Y no era cosa de una semana, ni de un mes. Iban ya años en los que la existencia me parecía simplemente un tormento.

Aplastado por las presiones de la sociedad, por un estatus que era imposible abandonar, por la odisea de una vida perfecta, y por aquel 'Trabajo idóneo' que de alguna manera nos convertía a todos en muertos sistemáticos.

Llevé mi mano hasta su espalda, y con mucho tacto recorrí con mi dedo cada centímetro de su piel, era suave y tersa, reconfortante de cierta manera. Como si su jovialidad se hubiese quedado atorada en la sedosa corteza y me fuera permitido absorberla solo cuando la tocaba.

Haciéndome también su esclavo.

Y así, ni siquiera el sexo me sabía bien.

Me quedé perplejo, con la mirada fija en el techo. Pensando en lo triste que se había convertido mi vida. Era el esclavo, el prisionero de mis propias desgracias.

Y ya nada podía llenarme.

Desde ella.

Moví mi brazo alrededor de su cintura, apretándola sutilmente a mí. Quería sentirla, sentir la totalidad de su cuerpo con el mío, sentir sus pies, sus manos, su vientre, sentir sus miedos, sus alegrías, sus sueños, sus aspiraciones, sentir sus errores, sentir sus pecados...

Mírame #CA2019 #FantasyAwards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora