RESILIENCE

IX

La agente Romanoff dejó escapar un gruñido de frustración mientras se palpaba el costado izquierdo, el escudo del capitán América había logrado impactar, abriéndole una herida en las costillas. La situación era un caos, un maldito caos.

Hacía tres días que Steve había desaparecido, como si se lo hubiese tragado la tierra. Habían encontrado el intercomunicador y el rastreador, que los miembros del equipo solían usar, tirados en un matorral y eso era todo. Falcon y ella no habían dado aviso al complejo asumiendo que ellos podían hacerse cargo de la situación, pero nunca contaron con que Steve se pondría en su contra y les daría la paliza de sus vidas.

No tenían idea de lo que estaba sucediendo, Rogers se comportaba sumamente extraño, parecía otra persona, una a la cual le habían lavado el cerebro. Portaba un traje negro con el emblema de Hydra en el pecho y los atacaba como si fuesen enemigos.

Y al parecer, ahora lo eran.

Intentaron, inútilmente, someter a Steve para volver al complejo, reconociendo que por el momento las cosas no pintaban bien para ellos, pero todo se fue al diablo, agotados como estaban, no podían hacerle frente al super soldado que comandaba a un grupo de soldados malditamente fuertes, iguales a él. Natasha tenía la vaga idea de que Hydra ya había logrado hacerse con el suero del super soldado y estaba aplicándolo a sus hombres.

Mientras intentaba escapar de Steve, sabiendo que ya no tenía posibilidades contra él, este le había lanzado el escudo, logrando lastimarla y haciéndola perder el equilibrio y caer al suelo, entonces, el hombre avanzó y se puso de cuclillas frente a ella.

"Solo lo diré una vez más, agente" dijo, llevando su mano a la mejilla de ella y acariciándola sugestivamente hasta llevar los dedos a sus labios "Si quieres mantenerte con vida puedes luchar junto a mí y no en mi contra."

Natasha se estremeció y como un acto reflejo le volteó la cara con un fuerte puñetazo.

"Ni lo sueñes Rogers" dijo la mujer, arrastrándose hacia atrás mientras el capitán se acomodaba la mandíbula, luego la miró a los ojos con el ceño fruncido y entonces agarró su cuello, asfixiándola. Natasha se sacudía e intentaba infructuosamente arrancar la garra que amenazaba con romperle el cuello.

"Golpea bastante fuerte, agente. Es una lástima que sus habilidades vayan a perderse en este instante."

Ella abrió grande los ojos arañando la mano de Steve mientras su rostro comenzaba a ponerse morado por la falta de oxígeno, sabía bien que faltaba poco para que perdiera la conciencia.

***

Tony chasqueó la lengua con fastidio, desde hace unos minutos su celular había estado vibrando en su bolsillo, pero aún no le prestaba atención. No faltaba mucho tiempo para que la reunión terminara y pensaba que podía esperar unos minutos más, pero la insistencia era tanta que se excusó un momento y salió de la sala de juntas para responder la llamada, notando que tenía diez llamadas perdidas del número de su casa. Era consciente de que Peter estaba en cama resfriado, pero, ¿Habría empeorado tanto como para que intentaran contactarlo con tanta insistencia? Comenzando a preocuparse contestó la nueva llamada entrante.

"¿Diga?"

"¡Señor Tony!" escuchó la angustiada voz de Agatha "¡Se lo han llevado, señor! ¡Se lo han llevado!"

"¿Agatha?" las manos de Tony comenzaron a temblar. Un nudo formándose en su garganta, temiendo lo peor "¿Qué está pasando? ¿A quién se han llevado?"

"¡A Peter!" gritó la mujer en medio de sollozos "¡Se llevaron a Peter!"

Tony dejó de escuchar los lamentos de su ama de llaves. Sintió como si le hubiesen dado un golpe en el pecho y al mismo tiempo le hubiesen arrancado las entrañas. Su peor pesadilla se había vuelto realidad, el pasado había regresado para arrebatarle de una vez por todas a su hijo. Sintió las rodillas fallarle y estuvo a punto de caer, pero unas suaves manos rodeando su cintura lo condujeron hasta un sillón ubicado en la estancia.