Miracles

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16 de junio 2020
—Entonces... Sigues dedicándote al modelaje?— Preguntó Natalia a quien antiguamente había sido su rival de amores. Mientras Marín regresaba, ¿Qué mejor que limar asperezas?

—En realidad solo como medio tiempo, estoy estudiando leyes...— Contestó la rubia con cierta incomodidad, no podía sacarse de la cabeza un par de pensamientos venenosos, los cuales sin que ella lo deseara infectaban más rincones de su mente hasta tejer una red de teorías en las cuales Marín podría haber sido seducido por Natalia una y mil veces. Decidió sacudirse esos pensamientos tóxicos e intentar tener el menor contacto posible con Natalia.

La pelirroja seguía siendo inocente, mas no ignorante. En cuanto notó el comportamiento de Adrianna, se puso de pie junto a ella.

—Oye... realmente lamento... pues...

—Sí, entiendo, descuida.

—No... Digo que lamento que nunca hayamos podido conocernos más... yo era muy reservada...— La pelirroja trataba de asincerarse.—pero en el fondo siempre te admiré...

Adrianna se llenó de perplejidad.

—En... En serio, yo?

—Si... tu lo tenías todo... y aún así nunca dejaste de ser humilde, de ayudar a los demás. Siempre te ví como la clase de persona que le entregaría una fortuna a alguien en problemas... y ... no sé. Cuando éramos mas jóvenes yo sentía cosas por Marín y era obvio que él por tí. Eso sólo terminó por alejarme más de ti... me impidió decirte que pienso que eres... genial.

—De... De verdad, Natalia?... Wow, yo no sé que decir. — La rubia sintió la necesidad de contar su verdad también.—La verdad... yo también sentía celos por tí...

Natalia de nuevo volvió a sus sonrojos de tomate.

—Por mí? Yo era sólo una tímida chica patética...

—No, eras la persona más linda en ese salón de clases. Eras callada y reservada, caminabas siempre como un fantasma y aún así todo el mundo te amaba. Tenías algo que siempre acercaba a la gente a tí. Y yo... pues... no era muy buena para hacer amigos.

—Supongo que no somos tan diferentes...

Adrianna tomó la mano de Natalia y le dirigió una sonrisa.

—Sabías que yo también perdí a mi madre?— comentó Natalia mirando al suelo.

—Wow! Somos bastantes supongo, ¿Puedo unirme al club?—irrumpió una voz masculina desagradablemente conocida. Luca Carletti emergió desde el marco de la puerta seguido de Marín con un rostro de resignación.

—No! No y No!— Gritó Adrianna poniéndose de pie y señalando al moreno.

—L-Luca. T-tú...— Repentinamente Natalia volvió a ser esa adolescente tartamuda que se escondía detrás del cuaderno de bocetos.

Luca redirigió su total atención a Natalia.

—Mc Alley! No has cambiado nada... 

—M-Marín? Él... Y-yo...

—Lo lamento Nath, realmente él era la última opción. 

—Me halagas Chinito... Bueno! Asumo que somos todos? Qué estamos esperando?

—Me alegra, señor Carletti, que preguntes!— Irrumpió VeeDee llegando desde atrás.—Ya que ustedes dos son nuevos, me permito explicarles los detalles del último viaje y a qué nos enfrentamos.

—Marín...—Señaló Adrianna en dirección al dormitorio del chico.— Podemos hablar?

Marín acompañó a Adrianna a la habitación, donde la rubia cerró la puerta y empujó al chico contra la misma.

Paradox. Miraculous Lordbug (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora