CUATRO

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Algo sucedía, no sabía que era, pero las nada discretas miradas de los estudiantes, le decía claramente que algo pasaba. Trato de ignorar brutalmente toda la atención que recibía y se dirigió a su clase.

Tenía que buscar a Jimin.

Una semana había pasado desde que Jimin presento como omega, los días que había faltado a la universidad le habían cobrado factura, no se perdió nada importante, pero no podía darse el lujo de descuidar su beca, tanto en la universidad como en la academia de baile.

La media beca para la que había aplicado en la universidad, le sirvió como referencia para solicitar una beca completa en la academia de baile a la que actualmente había asistido por casi dos años.

Su talento le había abierto grandes puertas.

Sin embargo Yoongi comenzaba a odiar la manera en la que Jimin desaparecía de su departamento y se desconectaba completamente de él, ya sabía que Jimin se sentía incómodo de alguna manera, pero el lobo de Yoongi no podía estar más complacido con su presencia, con su olor.

Incluso había pensado en pedirle que se mudara con él, después de todo aún son mejores amigos, lo habían hablado antes.

No tiene que ver con el hecho de que Yoongi se desespera cada vez que Jimin desaparece y decide no contestar su celular o con el hecho de que el lobo de Yoongi desea al omega cada vez más cerca.

Entro al primer baño que encontró en el pasillo y se mojó un poco el cuello, el alfa no podía si quiera pensar en Jimin sin sentir su aroma en su mismo cuerpo, nunca había conocido a un omega que oliera como Jimin.

—Contrólate Min —Su lobo lo hizo soltar un suspiro al caer en cuenta que él era el único que había olido a Jimin, ya que lo primero que había hecho al enterarse de la condición de omega del rubio, fue comprar dos cajas de neutralizadores y una caja de supresores.

Algo dentro de él comenzaba a cambiar.

Nunca había sentido los instintos de alfa aflorar cerca de ninguna omega, nunca había querido proteger tanto a una persona como ahora le ocurría con Jiminie.

Estaba siendo consiente por primera vez de lo que Jimin significaba en su vida y de lo que podría pasar si algún alfa baboso lo marca, o aun peor, lo que podría pasar si Jimin quiere ser marcado, por otro alfa.

—No pasará —un gruñido comenzaba a formarse desde lo más hondo de su ser. El solo pensamiento de Jimin siendo marcado por algún otro alfa, lo molestaba en demasía.

Mío— por fin un gruñido claro y potente resonó en las paredes del baño, el mismo Yoongi se sorprendió, contuvo la respiración, se espabilo un poco y decidió salir para por fin entrar al aula en donde se daría la clase.

— Yoongi oppa ¿Cómo has estado?—Unos ojos oscuros lo inspeccionaron descaradamente, trató de ser cortés con la omega que se encontraba frente a él, pero las miradas que recibía de algunos alfas en la clase lo comenzaba a incomodar.

— ¿Se te ofrece algo Soyeon? —le dio una pequeña sonrisa, la cual la omega malinterpreto a su gusto.

— ¿Estas libre esta tarde? Se acercan los exámenes y realmente me caerían muy bien unas clases privadas —acarició con la punta de sus dedos la mano del alfa, caricia que fue rechazada por el mismo.

— Creí que había dejado muy en claro que ya no te daría clases, Soyeon—el alfa comenzaba a perder la paciencia, estaba siendo casi ahogado con las feromonas que ella soltaba. Hizo una mueca de disgusto y se levantó de su asiento tomando sus cosas, le era imposible soportar ese olor por más tiempo.

Sólo para mí •ym•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora