EPÍLOGO

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El omega, como cada vez que Yoongi estaba dentro de él, se balanceaba sobre el hilo de la conciencia, las penetraciones eran rápidas y descontroladas, ninguno de los dos se preocupaba por controlar los sonidos que emitían.

Al menos el alfa lanzaba una mirada por sobre el cuerpo del omega de vez en cuando, para asegurarse de que nadie estaba espiando entre los gruesos arbustos y los árboles frondosos.

Yoongi trataba de no pensar en el lugar en el que estaba haciendo a su omega gritar cada vez que tocaba deliciosamente lo más íntimo del rubio. Pero Jimin; tal vez el omega con más facetas que Yoongi había tenido el placer de conocer; sí que no ignoraba la situación, después de todo fue su idea.

El alfa estaba dispuesto a cumplir todas las pequeñas fantasías del omega. Recordando cuando un beta muy borracho llego a las tres de la mañana a su departamento y tuvieron una muy larga charla sobre lo que querían y no querían hacer en el sexo, no dudo en estacionar el auto a un lado de la carretera, en un lugar en donde difícilmente pasarían personas.

La charla le parecía graciosa, un poco incomoda en ese momento, él estando sobrio y adormilado y Jimin estando borracho y adormecido. Después de todo, le brindó mucha información, la cual no sabía que iba a necesitar algún día.

Tener sexo en lugares públicos, como ahora; con unos pocos árboles cubriendo a penas el auto y separándolos de la carretera en donde los carros transitaban imperturbables a las 7 de la mañana; era estimulante tanto por la proximidad de ambos, en ese maldito carro, como por lo que ellos tenían que hacer para acomodarse en el reducido espacio, estaba seguro de que nunca había experimentado ciertas posiciones que estaban probando esa mañana.

Es bueno saber que tan flexible puede ser Jimin, pensó el alfa con morbosidad.

Jimin aún llevaba su camisa por alguna razón, aunque era lo primero que le había quitado a Yoongi, el omega lideraba sus acciones, con los últimos estragos del celo emanando de su cuerpo en ondas y fluidos. Él estaba despeinado, sudoroso, gimiendo con una pequeña sonrisita traviesa en sus labios y estaba sobre Yoongi, lo cual el alfa asegura, era una de las mejores escenas eróticas que tenía la dicha de haber presenciado del omega.

...

—Jimin —El menor entró en algún tipo de shock, justo después de que ambos alcanzaran el orgasmo y Yoongi le preguntara si aun quería ir al supermercado.

—Oh no, no lo hicimos.

—Yo creo que si —Sonrió tratando de llamar la atención del rubio, cuando consiguió sus hermosos ojos oscuros sobre los de él, le guiñó un ojo pícaro mientras sus manos descendían de su espalda a su trasero tentativamente.

—No, hyung, basta. Hablaremos de esto —Jimin se alejó, avergonzado y Yoongi soltó una carcajada alegre, haciéndolo sonreír, ambos estaban incrédulos y curiosamente satisfechos.

—Bien... hablemos —Yoongi se sentó derecho entregándole el pantalón a Jimin, para después comenzar a vestirse él mismo, sin despegar su intensa mirada de Jimin.

—Dices ¿Justo ahora? —Jimin volvió a mirar el piso del auto en cuanto estuvo vestido, evitando tontamente los ojos del alfa de nuevo, tratando de verse lo más presentable posible.

—Quiero verte —Soltó un Yoongi calmado y divertido.

Cuando Jimin lo miró, se encontró con una resplandeciente sonrisa tranquilizadora, como solo Min Yoongi sabia dar, otra sonrisa preciosa se formó esta vez en el rostro del omega y solo logró mirar al mayor por uno segundos antes de saltar sobre él y abrazarlo, enredando sus brazos en su cuello y sus manos en su sedoso cabello.

Yoongi le dio un beso a la marca reabierta haciendo que Jimin se sujetara más fuerte del cuello del alfa negándose a darle la cara.

—Aun cuando ya tiene mi marca en su bonita piel, mi Jiminie está avergonzado.

—No soy tuyo —Soltó en un murmullo juguetón, saliendo de su escondite para besarle en los labios cortamente.

—¿No lo eres? ¿Qué tengo que hacer para que lo seas? —Yoongi acarició su labio inferior con el pulgar, siguiéndole el juego con templanza.

—Pedírmelo, alfa tonto.

—Puedo hacer eso. Jimin, ¿Quieres cas-

—¡Esa no es la pregunta! —Jimin se río nerviosamente colocando sus manos sobre la boca del alfa, este procediendo a retirarlas sin perder la brillante sonrisa.

—Está bien, lo haré de nuevo ¿Jiminie?

—¿Sí? —El rubio tragó saliva poniéndose nervioso por un momento, su corazón y el rubor en sus mejillas exponiéndolo aún más, era inútil tratar de ocultarlo, el lazo hacía que lo que sentía fuera claro y transparente solo para Yoongi.

—¿Me harías el honor de ser mi omega, mi novio, mi compañero de vida? —La solemnidad en las facciones de Yoongi hicieron a Jimin soltar una carcajada, plena, llena de añoranza, llena de amor.

Lo besó.

—¡Por supuesto! ¡Tardaste tanto que debería decir que no!

—¿Cuánto tarde? —Para Yoongi estaba claro en qué momento se había dado cuenta de sus sentimientos, pero una inexplicable curiosidad le hizo cosquillas en cuanto se dio cuenta de que no habían tenido la charla de "cuando cambio todo."

A pesar de eso, Jiminie ya estaba marcado y ellos enlazados de por vida.

Estaban haciendo todo al revés.

—Me niego a hablar de eso —El menor hizo un puchero y Yoongi besó el mismo, tenía tiempo para descubrirlo de todas maneras.

—¿Estarás conmigo siempre? —Preguntó en cambio el alfa, disfrutando de la cercanía, disfrutando de sentir a Jimin por todas partes, en su cuerpo, en su mente misma y paseando sus manos libremente por el cuerpo del contrario, escuchando su armoniosa risa en cuanto le hacía cosquillas por casualidad.

—Siempre —Una simple palabra que cargaba tanto en sí misma, causo que una felicidad incontenible se apoderada del alfa. Yoongi se limitó a acercarlo aún más para darle un beso largo y exploratorio, sonriendo socarronamente contra sus labios al susurrar —Arreglado, follemos.

—¡Yoongi! —Su nombre sonando a un reproche en los labios del omega bastó para que ambos volvieran a reír, Yoongi repitiéndole entre risas y toqueteos cuanto lo amaba, ellos estaban disfrutando uno del otro, bebiendo de su mutua felicidad como si fuera el mejor vino de sus vidas.

Cuando dejaron de reír, Yoongi con una chispa de seriedad, pero aun sonriente, le susurró con una voz cargada de infinitos sentimientos.

—Te amo Jiminie. Lo sabes.

Lo sé.

Sólo para mí •ym•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora