DOMINGO POR LA MAÑANA
Natalia, o Lia como a ella le gustaba que le llamasen,sus amigos. Andaba con decisión por la calle,hoy se había levantado pronto y quería aprovechar bien el día. Pero por lo visto la suerte no le acompañaba, se le había olvidado el móvil en casa,aunque un domingo a las nueve y media de la mañana no suele haber despierto mucha gente.
Y llega a su destino.
Abre las puertas del gimnasio,no hay mucha gente, dos o tres hombres y mujeres que se dirigen a la parte superior del gimnasio.
Una de ellas es delgada y tiene moratones por toda la cara, por un momento empieza a pensar cosas horribles, como son mordiscos o quizás maltrato físico, pero opta más porque sean mordiscos. Y llega a la conclusión de que escribirá sobre ello.
Le encanta escribir,es su pasión,se puede llevar horas escribiendo y leyendo, se aparta de esa realidad incluso de ella misma, todos sus personajes posen un poco de su personalidad, sus personajes son más diferentes pero no por ello peores o mejores.
Prefiere hacer un circuito de pesas, con abdominales y que eso le deje un poco cansada, para que le pueda cundir la tarde estudiando.
Tras largo rato haciendo ejercicio, se mete en los vestuarios,donde coge la ropa y se dirige a una de las duchas, piensa para sí“ Menos mal que son individuales”.
Termina de ducharse y se viste.
Al salir se encuentra con una compañera de clase, la saluda, dándole dos besos, un saludo cordial y el típico« Hola, ¿Qué tal? Hoy me tengo que hartar de estudiar» y poco más, la conversación no da para mucho más.
Sale de allí,quiere coger el móvil a ver si hoy, le han metido en algún grupo por si han hecho planes por la noche o no, pero como haya sido su amiga Diana, prefiere ni contestar a sus planes.
Diana había sido su mejor amiga desde la infancia, ella siempre había sido popular,digamos,que siempre se ha hecho notar allí donde iba, no le molestaba en sí, le molestaba su actitud arrogante,manipuladora y controladora, de las situaciones y de su vida. Tenía mi vida controlada por cada paso que iba dando, las circunstancias cambiaron y aunque quedamos bien y nos perdonamos,nunca nada volvió a ser igual.
Lo que a mí más me molestó fue cuando ella mantenía una relación con mi mejor amigo, David, y le dejó por Zac, otro “amigo” suyo. Y a penas tenía 13 años cuando ocurrió todo esto. Y ahora me había enterado que mantenía una relación con alguien que vivía lejos, pero no me importaba. Su relación y todo en general, me daba igual.
Había hecho amigas que era muy diferentes a sus anterior amigas, ellas me aceptaban tal y como era, con mis mínimas particularidades. Ellas se llamaban: Priscila y Alexia.
Pris , era un chica muy abierta, descarada y muy cariñosa,cuando ella quería,claro.
Éramos muy diferentes pero eso nos unía aún mucho más,lo que más me gustaba de su personalidad es lo borde que podía resultar a veces, eso la hacía única. Delgada, pelo largo rubio y bastante alta ( mucho más que yo).
Alex, era más parecida a mí en muchos aspectos de personalidad, era como mi hermana gemela perdida. Pelo negro, delgada con gafas, de estatura media. Aunque cuando salíamos,nunca se ponía las gafas, lo que hacía que no viese nada.
En mi opinión las gafas le quedaban geniales. Lo que más me gustaba de su personalidad era la facilidad que tiene a veces de llevar las situaciones.
Juntas, somos tres chicas normales aunque un poco locas. Que nos queremos mucho.
Esa noche deseaba salir con Alex y Pris, no con Diana y sus cómplices (como a nosotras nos gustaba llamarlas).
Casi estaba llegando a casa,nada más quedaban dos calles más.