Martes

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Ayer me sentí bien. Estuve oyendo canciones y había una que decía que "dos líneas de cocaína me hacían tomar la decisión de dejar a alguien que no da una mierda por mí". El problema es que tú diste mucho. Cuando estuve en el hospital me diste todo. Tú fuiste todo, sentirte conmigo fue mi fuerza.

Cómo sueltas a algo de lo que te sujetaste cuando estuviste a punto de morir.

Esas canciones con sus rifts y baterías estruendosas me pusieron de buenas me llenaron de coraje para soportar otro día más sin ti, pero al llegar a casa el coraje guardado me hizo explotar con mi madre. Le conteste mal incluso si no me molestaba lo que me decía, le grité y azote la puerta de mi recamara, vi las últimas fotos que te tome y me acosté en la cama con los tenis puestos.

Te imagine a ti y a mí oyendo Yellowcard en tu auto.

Hoy, amanecí bien, siempre amanezco bien los primeros segundos son tranquilos y hasta felices, pero los siguientes 60 segundos los paso recordando todo, volviendo en sí, a la realidad. Me metí a tu Facebook como de costumbre tratando de encontrar las respuestas por las que no respiro a veces. Vi tu foto y el semblante me cambió, veo tu foto para nunca olvidar la forma en la que me mirabas. Quizá hoy sea un día malo, estoy esperando pasar a terapia, y quizá salga sintiéndome mejor, o peor. Quizá la psicóloga me va a confirmar que tu amor por mi se terminó. Y que tengo que seguir mi vida y todas esas estupideces que no quitan el maldito dolor. Sólo desperté deseando abrazarte una vez más, aunque duela, aunque sienta que muero. Quiero despedirme de ti.

Estoy sentada en el centro de salud donde hace tres meses estuvimos con miedo, mucho miedo, pero juntos, ni tú me dejabas ni yo a ti. Estoy sentada en la misma silla que te sentaste cuando dijiste que te dolía mucho tu estómago y te dije que era por los nervios y estrés, te veías tan lindo, tan tu, tan nosotros. Quiero llorar tirada en esta banca porque está vacía. Todos los lugares en dónde estuviste se sienten vacíos me duele hasta estar en una estúpida silla de metal. Te extraño, si pudiera regresaría a esa tarde contigo cuando esperamos como 3 horas a pasar a consulta, estuvimos platicando y viendo vídeos idiotas en Facebook. Regresaría a esos horrendos días solo para tenerte conmigo otra vez. Tener a esa versión de ti, que si bien todas tus versiones me fascinan, esa era mi favorita. 

Relatos a ratos de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora