Apenas había pasado el mediodía cuando Eragon se obligó a salir al exterior después de varias horas considerando la situación en Alagaësia, en Ellesméra y en la misma Du Sternvarden, la meseta fortificada en la que los nuevos dragones y jinetes se habían establecido.
Habían pasado meses, después de la partida de Eragon y Saphira, luego de abandonar las tierras del reino antes de lograr encontrar un asentamiento adecuado para la protección de los dragones y los huevos de dragón.
El recuerdo de la primera vez que habían avistado la alta meseta en la que ahora se asentaba el cuartel general de los jinetes llenó la mente de Eragon por un momento. Recordaba vívidamente la indiferencia con la que había contemplado la meseta que en ese momento tan sólo le había parecido una pequeña colina un poco más alejada, río abajo. La distancia lo había hecho parecer así. No había sido sino hasta mucho más adelante, cuando progresivamente había visto a la pequeña colina hacerse cada vez más grande en la distancia cuando concluyó que lo que miraba era en realidad una enorme meseta de aproximadamente dos kilómetros cuadrados de extensión. Era enorme. Se situaba a una altura de unos trescientos treinta metros.
Con ayuda de Blödhgarm, Eragon había pasado semanas examinando desde el suelo todos los ángulos de la enorme pared de piedra que constituía la principal defensa natural de la meseta. En algunos casos, usando la magia, habían tenido que provocar la fractura de las paredes para hacer imposible que alguien pudiese llegar a la meseta desde el suelo ni siquiera escalando —lo que, de cualquier forma, llevaría tanto tiempo que sería estratégicamente devastador para cualquier ejército invasor, en el caso de que lo hubiera— o de cualquier otra manera, excepto volando.
Sobre la meseta se extendían pequeños bosques, un lago casi en el centro mismo de la meseta, una pequeña montaña escarpada, que de encontrarse a nivel del suelo no pasaría de ser llamada una colina; y, un hermoso valle en la parte más oriental de la meseta a la que Eragon, con algunos consejos de Saphira, había bautizado Du Sternvarden. Desde ese momento, Eragon había sabido exactamente lo que construiría allí. Así que el nombre tenía sentido para él y su compañera de alma. El Guardián de Piedra.
En el valle, cerca del lago, pronto había comenzado a alzarse una construcción de piedra que, con tiempo y ayuda de la magia, se había convertido en una enorme torre del homenaje cuadrada. La Torre, posteriormente había sido rodeada de otros edificios, como almacenes, un cuartel, torres colocadas en intervalos regulares a todo lo largo del perímetro de la meseta, un patio de armas había sido adoquinado, un largo y enorme salon comedor, cocinas, un par de pozos, una herrería, una curtiduría, establos, un granero, un molino, un gran huerto y un enorme jardín que eran cuidados por los elfos, entre otras cosas.
Después de todas esas construcciones, la meseta había conseguido volverse aún más alta al añadirse las murallas por todo el perímetro, entre las Torres de Vigilancia. Ahora, las almenas de las murallas y las torres podían verse prácticamente desde cualquier punto de Du Sternvarden, los adarves eran recorridos por patrullas regulares, incluso si el lugar se había mantenido pacífico y seguro desde que lo encontraran, considerándose como un ejercicio de disciplina para los jóvenes jinetes. En la Torre del Homenaje estaban situados los aposentos de Eragon y Saphira, el Gran Salón y abajo, profundamente excavado en el corazón de la meseta, la Bóveda de los Dragones, una cámara cuya forma de entrar era secreta, cuyo propósito era la protección de los Eldunarís y los huevos de dragón, en caso de ser necesario, acondicionada mediante la magia, específicamente para para permitir la permanencia de los huevos de dragón sin dañar a las pequeñas criaturas aún sin eclosionar.
Claro que la Bóveda jamás había sido usada en los setenta años que Eragon había pasado en Du Sternvarden, aún así, no quería pecar de descuidado por lo que había intentado prepararse para cualquier eventualidad.
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Valdr Wyrda (An Eragon FanFiction)
FanficHan pasado décadas desde que el tirano Galbatorix fue derrotado en la batalla de Uru'baen por el Jinete Eragon y su dragona Saphira. Ahora, los jinetes de dragón pasan por una instrucción de dos años con los elfos, antes de ser enviados hacia el Es...