Capítulo 1: Contra la espada y la pared

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Edificio
Stark, Tokyo, Japón.




Un hombre joven se revuelve en la cama. Entre sudores y movimientos violentos, expulsa de la cama las sábanas en las que estaba cubierto. Una armadura de acero rojiamarilla de repente se abalanzó encima del dormido chico y apuntó a su cabeza, cargando las armas láseres de las palmas de su mano. Los ojos de este entonces se abrieron de par en par, realizó velozmente un movimiento de muñecas y dos pulseras de vibranium acudieron a la señal, colocándose en estas mismas. Estando el láser a punto de ser disparado en el cráneo de aquel hombre, a punto de acabar con su vida con un fugaz disparo, Stark pronunció una frase a último segundo.

- ¡FRIDAY, DESACTIVA EL PROTOCOLO DE AUTODEFENSA!

La armadura cibérnetica entonces cayó en pedazos, deshaciéndose encima del joven. 

- ¿Friday? - Dijo Pietro tras conseguir dejar de hiperventilar, había estado muy cerca de una muerte estúpida.

- ¿Sí, señor Stark? - Respondió inocentemente la inteligencia artificial.

- ¿Qué ha sido ese intento de homicidio? - Preguntó él en un tono sarcástico, medianamente enrabietado.

- Sus constantes vitales estaban muy altas, pensé que estaba usted en peligro, señor.

- Y entonces te pareció una brillante idea que activar el protocolo de autodefensa contra mi me salvaría del inminente peligro, ¿Verdad? - Pietro entonces se levantó de la cama y, tras darle un golpe suave con el pie a una parte liviana de la armadura deshecha para apartarla de unas zapatillas, introdujo sus pies en estas y salió de su habitación, dirigiéndose a un pasillo que desembocaba en una habitación solo para ropa.

- No, pero sí podría despertarle, señor.

- ¿Y en que mierdas servía despertarme? Fridays, dame una buena puta razón para activar una armadura y hacer que esta me apunte a la cabeza mientras duermo. 

- ... - La IA guardó silencio, casi como estuviera pensando una excusa lógica para la acción que acababa de hacer. Pensando la respuesta mas adecuada.

- Adelante, dámela. - Dijo Stark mientras cogía de la gran habitación-armario una camiseta y unos vaqueros que posteriormente se puso tras quitarse su ligero pijama. 

- Señor Stark, usted podría haber sufrido un infarto.- Contestó esta.- Estaba por encima de las ciento ochenta pulsaciones por minuto.

Pietro, que se encontraba ahora en una iluminada y gran sala que parecía ser un lujoso salón, golpeó una mesa cercana.

- Malditas pesadillas. Me van a acabar literalmente matando.

- Señor, ¿Está bien? - Preguntó inocente la inteligencia artificial que controlaba todo el edificio.

- Friday... Me siento muy estresado, no sé cuanto tiempo más podré seguir aguantando estas pesadillas hasta que me ocurra algo o acabe recurriendo al insomnio. La misma pesadilla una y otra vez, como si se me advirtiera de algo. Todas las noches lo mismo... Creo que necesito ayuda. - Contestó Pietro seriamente mientras que activaba una maquina de hacer café, la cual estaba empezando a vertir un café capuchino en una taza.

- Llamando a Vickey Spectre.- Comandó la mente del edificio, dejando tras eso el sonido de un teléfono conectando.

- ¿¡Que cojones!? ¿¡Quien coño te ha programado ironía!? Por el amor de dios, cuelga ese puto teléfono.- Pietro se mostraba molesto con la acción de la IA, la cual no tardó en excusarse.

- Mis disculpas, señor Stark, en mi base de datos había información de que le sentaba bien pasar el rato con sus amigos. Calculé un algoritmo para deducir la persona más adecuada para ello era él y...

Avengers: Project JapanWhere stories live. Discover now