Avengers: Project Japan

Capítulo 12: El hijo del trueno I

Edificio Avenger, Tokyo, Japón.

Pietro Stark aterrizó con cierta dificultad a las puertas del enorme rascacielos conocido hasta apenas un par de días como Edificio Stark. 

Estaba agotado, y eso era un no parar, así que sabía perfectamente que solo estaba de paso, pues no podía perder el tiempo, el cual era limitado.

Apenas hubo cruzado las cristalinas puertas que daban al vestíbulo de la construcción cuando las diferentes piezas de la armadura que llevaba puesta comenzaron a plegarse, retirándose de su cuerpo y empequeñeciéndose hasta formar algo parecido a un maletín. 

Tras ello, el joven Stark tiró al suelo las pocas piezas que había sido capaz de salvar de la otra armadura, completamente inutilizada. 

Agachándose, tomó el reactor Arc, sacándolo del montón de piezas de metal. 

- Friday, tengo que ir a Shibuya.- Dijo entonces Pietro, levantándose. Puso el reactor sobre un estante cercano, aislándolo del resto de pedazos de armadura que había sido capaz de salvar.- Guarda el maletín con el resto de las armaduras, casi no le queda energía.- Comenzó a ordenar el castaño.- Y por favor, guarda ese montón de chatarra hasta que veamos como reutilizarlo. Y saca la armadura número cuarenta y nueve, el tiempo corr...

- Hola, Pietro.- Interrumpió entonces la ronca y solemne voz de Charles Stark, en un tono severo y autoritario.

El joven héroe, sintió un escalofrío recorriendo su espalda al escuchar la voz de su tío referirse a él de aquella forma.

- Charles.- Respondió Pietro, devolviendo el saludo.

Friday, sin inmiscuirse en la conversación, se limitó a obedecer las ordenes del joven Iron Man, usando las herramientas de tecnología punta que poseía el rascacielos.

- Te he estado viendo por televisión. - Comenzó a decir el mayor de los Stark allí presente.- Y no sé si me ha asustado más el haber estado a punto de perderte hoy o el hecho de que cuando te he visto ahí, frente a Loki, me he visto a mí reflejado.

Pietro guardó silencio, sin saber como responder. 

- Detecté una señal de energía ayer. Una señal de energía que solo se repite cuando Loki visita la Tierra. Como hace quince años, en Nueva York, o como cuando... bueno, ya sabes. -Explicó Charles, tomando una breve pausa, habiendo tocado un incómodo tema que no quería volver a recordar. Después de todo, a nadie le gustaría hablar de su propia muerte.- Thor la llamaba magia oscura. - Prosiguió, tras unos instantes en los que en su faz se podía apreciar una notable expresión de malestar.-  A diferencia del método de transporte habitual de los asgardianos al planeta, deja una fuerte energía residual.

- ¿Quieres decir que sabías esto desde ayer y que no nos dijiste nada? -Preguntó su sobrino. En el tono de este, se podía identificar cierto grado de molestia, el cual no trascendía a la indignación dado a que él mismo no tenía ni fuerzas ni tiempo para ello.

- Sí y no.- Respondió Charles.- Pero yo no he aparecido a hablarte de lo que pasó, Pietro. Tengo que hablarte de lo que pueda pasar. No quiero tener que verte a ti también en un ataúd. 

- Dispara.- Dijo el contrario.- Tengo todo el tiempo del mundo.- Añadió con ironía este, pues si había algo que precisamente no le sobrara en esos instantes, eso era el tiempo.

- Loki es un maestro del engaño, cualquier cosa que haga puede ser un truco, una ilusión. Así que no te puedes confiar con absolutamente nada.- Regañó el mayor.- Lo que has hecho ahí hace unas horas... ha sido literalmente suicida.