Parte 2;

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Chanyeol tuvo mucho trabajo al otro día y los siguientes tres días más, Jongin no se había presentado al trabajo y tampoco había llamado para excusarse, simplemente había desaparecido y cuando le sugirió a su madre que lo llamara ella le dijo que el chico no tenía teléfono. Chanyeol se preguntó qué persona en el mundo no tenía un celular hoy en día.

Para cuando el viernes llego y la tarde era brillante aun, la campana de la puerta sonó y Chanyeol retuvo sus movimientos circulares del trapo sobre la superficie de madera de la mesa, encontró detrás de él una silueta encorvada mirando alrededor. Chanyeol abrió los ojos al notar el estado del rostro del chico.

Eso confirmaba que lo que vio lunes era cierto. Jongin era esa persona que fue llevada al algún lado para ser maltratado por esos matones. Dejo de inmediato el trapo húmedo y se limpió las manos para ir hasta el chico que abrió los ojos al notar frente a él. — ¿Pero qué te paso?, ¿Qué le paso a tu cara?, — pregunto e instintivamente llevo una mano hasta el rostro del chico que al notar sus intenciones retiro su rostro lejos y dios dos pasos atrás.

—Nada. — dijo con voz monótona y Chanyeol frunció las cejas al notar como la ceja del chico estaba con costras de sangre, tenía moretones en ambos lados de su boca y su labio partido. — ¿Se encuentra su madre?, — la voz agrietada de Jongin lo volvió a la tierra y Chanyeol asintió.

—Está en la cocina con el chef haciendo inventario de los ingredientes, — dijo todavía con la mirada en los moretones en los labios del chico que asintió dando unos pasos hacia la cocina pero Chanyeol instintivamente lo tomo de la tela del brazo de la sudadera gris deteniéndolo. —Espera. — su petición salió casi como un grito y Jongin giro a él con las cejas fruncidas, Chanyeol retiro su mano de la tela con vergüenza. —Lo siento, pero no has respondido a mi pregunta Jongin. — dijo sonriendo con vacilación pero Jongin pestañeo solo una vez.

—No tengo porque hacerlo, permiso. — dijo volviéndose a girar y caminar hacia la cocina y Chanyeol chasqueo sus dientes haciendo una mueca por la respuesta.

Él solo trataba de ser amigable, suspiro volviendo a su trabajo de limpiar las mesas y que estén listas para cuando sea hora de abrir terminando un poco más rápido luego de que unos minutos más tarde Jongin se sumara con un delantal puesto y con las mangas de su sudadera suspendidas dejando ver inconscientemente unos cuantos moretones sobre su piel expuesta.

Chanyeol volvió a sentirse mal y no pudo evitar mirar demás al chico mientras ambos atendían las meses, dejaban las ordenes y recogían los platos y cada vez iba notando en como los movimientos de Jongin eran más lentos de lo habitual incluso algunas veces se tocaba un hombro por unos segundos antes de volver a su trabajo.

Chanyeol miro la hora en su reloj y se supone que en cinco minutos era su descanso pensaba decirle al chico que lo tomara él y se dijo a si mismo que era lo correcto cuando vio al chico aproximarse por la puerta. —Oye Jongin, pronto va ser mi descanso, si quieres puedes tomarlo. — ofreció cuando el chico llego hasta el mostrador y tomaba dos órdenes en su bandeja.

—No gracias, — respondió terminando de acomodar la salsa que acompañaba a la comida, Chanyeol pestañeo no pudiendo creer que lo haya rechazado aunque si lo pensaba mejor debió verlo venir.

Jongin empezó a salir de la cocina y Chanyeol dejo su bandeja en el mesón de órdenes y lo siguió. —Pero no te ves bien. Esos moretones en tu rostro, tus brazos y vi que te masajeabas el hombro... es claro que no estás en buen estado, ¿ya fuiste al hospital? — preguntó pero Jongin simplemente lo ignoro como si nadie le haya hablado y siguió con su camino hasta la mesa que hizo la orden.

Chanyeol suspiro y cuando levanto la mirada, vio a su madre que lo veía con curiosidad preguntándole con su mirada que estaba sucediendo. Chanyeol negó y volvió a ingresar a la cocina para seguir con su trabajo.

El camino hacia ti | Chankai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora