El camino hacia ti | Chankai

Parte 4;

—Te lo voy a decir por última vez, déjame bajar de este estúpido auto.

Jongin tenía una expresión desafiadora y sus ojos estaban rojos pero fuertes queriéndose imponer ante Chanyeol que luego de retener su mirada en Jongin suspiró desenganchando la llave de su auto para guardarla en su bolsillo.

—Lo siento pero no lo hare, — dijo mirando al frente al pequeño almacén donde Jongin recogía las cestas de leche para repartir, y Chanyeol estaba decidido y si Jongin le había permitido llevarlo tras insistirle durante media hora para que lo hiciera, este último paso suponía tenía que terminarlo. Chanyeol giro a Jongin que tenía los ojos enfundados en el mismo lugar que él. —Por favor, — suplico llevando una mano al brazo de Jongin que salto a su toque y lo miro con ojos perdidos a él y su mano. —Solo por hoy.

Vio como Jongin volvió sus ojos a la oscura hora, era cerca de las seis de la mañana y ninguno de los dos estaba para seguir esta pelea tonta que no llevaría a ningún lado porque los dos no querían ceder, no después de que Jongin recibiera esa reprimenda del dueño del mini-market  por lo sucedido y tampoco podían hacer nada y refutar para que no lo despidiera, cuando el hombre no iba a dar a torcer el brazo.

—Haz lo que te dé la gana, — Jongin murmuro con los ojos todavía al frente y luego de aclararse la garganta se giró de un lado en el asiento del pasajero para darle la espalda a Chanyeol dejando caer su gran mano del brazo de chico más joven.

Chanyeol sonrió y se dispuso a bajar de la movilidad con dirección a ese almacén y solo era cuestión de tomar la parte de Jongin y repartirla al mismo complejo de departamento que venían haciendo semanas atrás.

En el lugar no había nadie que controle pero las cajas de plástico estaban ahí, amontonadas en un columna y cado grupo decía el nombre de los repartidores, algunas estaban vacías y otras todavía llenas. Busco el nombre de Jongin y al tomarlas y salir un par de desconocidos pasaron junto a él, conversando entre ellos. A Chanyeol jamás se le había cruzado por la mente este tipo de trabajo pero al parecer muchos jóvenes lo hacían. Pero incluso eso, no apaciguaba su angustia por Jongin que acaba de perder uno de sus trabajos.

Cuando ingreso las cajas al maletero e ingreso al interior sintiendo heladas sus manos, miro a Jongin que aún no se había movido ni un centímetro, Chanyeol abrió la boca para preguntarle si tenía frio pero se calló al instante. Solo encendería la calefacción.

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Arrugó con algo de fuerza sus parpados mientras se giraba del otro lado tratando de cubrir su cara un poco de la luz brillante que interrumpió su sueño, Chanyeol bostezó en voz alta mientras estiraba sus brazos fuera de su edredón, dejando que sus pies salieran del otro extremo y cuando estaba dispuesto a seguir con su sueño un pensamiento rápido cruzo por su mente haciendo que abriera los ojos de inmediato y se volviera a girar de costado hacia su cama y elevando un poco los ojos.

— ¿Qué…

No logró terminar su pregunta porque se había levantado de inmediato de suelo y se paró desesperado mirando a toda su habitación, ¿Dónde está…

Oh dios, ahí estaba. Chanyeol largo un suspiro de alivio sentándose rápido entre el futón donde durmió que lo acomodo en el suelo de madera junto a su cama. Cerro un ojo y se rasco un poco su desenmarañado pelo que estaba más que seguro, arrugo su nariz y la sorbió mirando con detenimiento en como Jongin estaba sentado en el suelo junto a su puerta con las piernas flexionadas a su pecho y su barbilla se asentaba sobre sus rodillas.

—Hola, — Chanyeol saludo y luego bostezo nuevamente. — ¿Qué hora es…

— ¿Cómo llegue aquí? — Jongin dijo todavía sin moverse ni un centímetro del lugar donde estaba mientras sus soñolientos ojos miraban a Chanyeol con  intensidad.