Mi instante de mortificación nos envuelve
durante lo que parece una eternidad. Luego Carl
me coge
del brazo y me aparta de Evelyn.
—Oye, ______(tn)…
Leo preocupación en su mirada.
—N… No pasa nada —le digo.
Me siento extrañamente aturdida y muy
confusa. ¿Era esto realmente lo que esperaba
con tantas
ganas?
—Lo digo en serio, ______(tn) —dice Carl tan
pronto como ha puesto una prudente distancia
entre
nosotros y nuestra anfitriona—. ¿Qué coño ha
sido eso?
—No lo sé.
—¡Y una mierda! —replica—. ¿Lo conocías de
antes y lo habías cabreado? ¿Tuviste una
entrevista
de trabajo con él antes de firmar conmigo?
¿Qué demonios has hecho, ______(tn)?
Me estremezco al oír mi nombre de pila.
—Yo no tengo nada que ver —respondo, porque
deseo que sea cierto—. Malik es un tipo famoso
y
excéntrico. Se ha comportado como un grosero,
pero no se ha tratado de nada personal. Es
imposible.
Me doy cuenta de que he alzado la voz y trato
de bajar el tono. Y respirar.
Cierro el puño izquierdo con tanta fuerza que
me clavo las uñas.
Me concentro en el dolor y en el sencillo acto
de respirar. Necesito serenarme. Necesito estar
tranquila. No puedo permitir que se me caiga la
máscara de la ______(tn) social.
Carl se mesa el cabello y suspira ruidosamente.
—Necesito un trago. Vamos.
—Yo estoy bien, gracias.
Estoy muy lejos de sentirme bien y lo único que
deseo en esos momentos es estar sola. Al
menos todo
lo sola que se puede estar en una habitación
llena de gente.
Veo que Carl tiene ganas de discutir y también
que no ha decidido todavía lo que va a hacer.
¿Intentar
acercarse nuevamente a Malik? ¿Marcharse de
la fiesta y fingir que no ha ocurrido nada?
—Como quieras —gruñe por lo bajo.
Se aleja y alcanzo a oír que masculla
«¡mierda!» mientras se pierde entre la gente.
Respiro hondo y noto que la tensión de mis