Estoy sola, estoy enfadada, me siento
mortificada y avergonzada.
También estoy caliente, de ahí la vergüenza.
Es por mi maldita culpa, desde luego. He
estado jugando con fuego y lo sabía.
Zayn Malik está fuera de mi alcance. Más aún,
resulta peligroso. ¿Por qué Ollie se ha dado
cuenta y
yo no?
Pero sí me he dado cuenta.
La dureza de su mirada, la máscara que se
coloca con tanta habilidad. Lo primero que me
dijo el
instinto fue que enviara al cuerno a Zayn Malik ¿Por qué demonios no le hice caso?
¿Porque creí haber visto algo más de lo que
había en realidad?
¿Porque yo también llevo una máscara y creí
haber encontrado una especie de alma gemela?
¿Porque está como un tren y me deseaba
abiertamente?
¿Porque una parte de mí ansía el peligro?
Cierro los ojos. Si esto fuera un test de opción
múltiple tendría que marcar «todas las
anteriores».
Me digo que da igual. Como mucho Zayn Malik desea conquistarme del mismo modo que
ha
conquistado el mundo de la industria, pero por
mucho que pueda anhelar el contacto de su
cuerpo contra
el mío, en este momento estoy convencida de
que no debo permitir que eso ocurra. No me
expondría de
esa manera ante un hombre que solo pretende
echar un polvo rápido. Qué demonios, no quiero
mostrarme
a nadie de ese modo. No quiero escuchar las
preguntas ni dar explicaciones. Guardo
celosamente mis
secretos.
Me desprendo de mis tacones de un puntapié y
después echo la cabeza hacia atrás y mantengo
los
ojos cerrados. Doy gracias por la suavidad con
la que se desplaza la limusina porque la cabeza
me da ya
suficientes vueltas.
El champán, que tan buena idea parecía en su
momento, ahora se me antoja una estupidez.
Empiezo a adormilarme cuando el móvil me
despierta bruscamente. Doy un respingo y
rebusco en mi
bolso diminuto. No reconozco la llamada, pero
si teniendo en cuenta que únicamente he dado
mi nuevo
