1. Super héroes

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Los sollozos provenían de la habitación, se podían escuchar los cristales al estrellarse contra el suelo, nunca nada me había dolido tanto algo

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Los sollozos provenían de la habitación, se podían escuchar los cristales al estrellarse contra el suelo, nunca nada me había dolido tanto algo.

Fue la primera vez que sentí un dolor fuera de lo común, no como cuando solía resfriarme y me dolía el pecho, mucho menos cuando me caía haciendome traspones en las rodillas, esas cosas dolían, pero no de la manera en que me dolía escucharla llorar.

— Mami ¿te duele algo?

No lo lograba entender, no recordaba haberla escuchado llorar alguna vez, ni siquiera cuando papá peleaba con ella y se gritaban.

Malek y yo habíamos pasado todo el verano viendo series de Marvel, al hombre araña, a superMan, todos eran héroes, yo quería ser uno cuando fuera grande, protegería la cuidad de los malos como ellos, mamá decía que era posible si lo quería con todo mi corazón, pero lo que yo quería en ese momento era tener el super poder de hacerla dejar llorar.

— Mami ya no sabe que hacer cariño.

— ¿Lloras porque no sabes que hacer? — la veo confundido — ¿qué no sabes hacer mami?

— Cuando crezcas te prometo que te diré.

— Mejor me dices ya y así dejas de llorar.

Mi madre me abrazó luego de que sus ojos se llenarán de lágrimas, tenía miedo de que algo le doliera.

— Tu y tu hermano son los amores de mi vida, mi fuerza — beso mi frente y salió de la habitación.

Me seguía preguntando que era lo que pasaba, aún quería saber porqué mamá lloraba, qué era lo que le dolía, así que fui a la habitación de Malek.

— ¿Tú sabes que le pasa a mami?

— Nunca me dice nada — dijo mi hermano viendo el techo — ya no pienso preguntarle más.

— Si nos hacemos super héroes lo podemos averiguar.

— Eso es tonto — dijo mi hermano molesto — nosotros no podemos ser super héroes.

— Mamá dijo que...

— Mamá mintió Matt.

— ¡Tú eres el que miente!

Salí de su habitación furioso, si el no me ayudaba yo mismo buscaría la razón por la que lloraba, no quería que volviera a hacerlo y hasta no saber que era lo que hacía que llorara no podría ayudarle.

Entré a la habitación de mamá y todo a excepción del espejo roto parecía igual, nada que diera una pista de qué era lo que estaba mal. Me acerque a la ventana viendo hacía afuera intentando pensar, encontrar algo que pudiera hacer sentir mal a mi mamá, si lo encontraba nada más lo botaria y así ella ya no lloraría, al menos en mi cabeza parecía una buena idea.

— ¿Estás jugando a Rapunzel?, yo quiero jugar también.

Traía dos colitas una a cada lado y mientras sonreía podía ver que faltaban algunos de sus dientes.

— No estoy jugando.

— Entonces juguemos.

Ella se veía bonita, sabía que vivía un par de casas después de la mía, mamá nos había llevado a Malek y a mi cuando habían llegado al vecindario para llevarles galletas.

Casi no la veía, suponía que era porque no la dejaban jugar afuera y mamá también creía lo mismo.

— ¿Hoy si te dejan jugar?

— Sip, pero sólo cinco minutos.

No estaba muy seguro de cuánto eran cinco minutos, pero no parecía mucho tiempo así que agitando mi mano por la ventana como diciendo que bajaría, me fui corriendo escaleras abajo para jugar con mi vecina de colitas.

Nostalgia [ 1° Spin-off de la trilogía puntos de quiebre ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora