Último día de clases de mí penúltimo año de secundaria, que rápido había pasado todo. Estaba nerviosa, siempre me ponía nerviosa por estás situaciones simples de la vida.
Yo no era popular, realmente nadie lo era. Todos existíamos a nuestra manera, de nuestro modo y eso nos hacía especiales a cada uno. No se puede ser popular en todo, eres popular en algunas cosas y en otras no.
Me cepillé mí largo cabello marrón oscuro, era gracioso porque por más que lo peinase, en cuestión de minutos se volvía a desordenar. Mi piel era blanca como el papel. Mis ojos color azul, un azul que parecía irreal, por eso mis padres me llamaron Azul.
Me coloqué el uniforme del instituto, luego me maquille con un delineado negro que resaltaba mucho más mis ojos azules. Mís labios eran gruesos y tenían un color rojo natural que me hacía ver muy bien con el color pálido de mi piel.
Salí de mi habitación lista para irme, mi hermano mayor Ernesto estaba en la sala esperándome. Éramos solo él y yo, nuestros padres fallecieron en un accidente de tránsito cuando yo era pequeña, dejándole a él la empresa familiar, éramos ricos.
- Estás hermosa, como siempre- me dijo besándome la mejilla. Él estaba usando un traje que le quedaba muy bien, tenía las facciones marcadas y sus ojos eran azules como los míos. Su cabello era negro, él siempre lo llevó un poco largo pero siempre bien arreglado. Se veía tan adulto para sólo tener 23 años y yo era demasiado madura para tener 17. La vida nos había obligado a crecer.
Me subí a su auto, yo tenía el mío pero ya era costumbre de que él me llevara al colegio y luego fuera a la empresa. En el camino hacíamos bromas y tonteras, él logró hacer que mis nervios se fueran.
Llegué al colegio y él estacionó en la puerta, mis amigas me esperaban en la entrada.
- Adiós, te amo- me dijo y me besó la frente.Me bajé del auto y Cristina me abrazó, Cristina mi mejor amiga. Flaca con rizos rojos, ojos verdes y muchas pecas, era hermosa.
- Azul, cuando nos compartirás a tu hermano- Florencia bromeó y todas nos reímos, la verdad es que yo era muy celosa de mi hermano, él era mi única familia y yo era su malcriada. Pero ya me había acostumbrado a las bromas de Flor y mí hermano.
- Último día mujeres, ¿qué haremos está noche?- Cristina dijo mientras entrábamos al instituto.
- Lo que ya habíamos planeado, salir a bailar- le dije a ella dándole un empujón de consentimiento.
- Si!! Me encanta la idea- dijeron las otras en unísono.
No iba a ser la primera vez que salíamos a un boliche, la verdad era que cada vez salíamos más seguido y yo disfrutaba muchísimo esas salidas.El transcurso del último día del penúltimo año fue genial, con las chicas quedamos en juntarnos en mi casa antes de salir. Yo necesitaba ropa y Cris también así que fuimos de shopping en su auto.
-¿Qué piensas comprarte?- le dije mientras la veía conducir.
-No lo sé, algo sexy- soltó una carcajada nerviosa al decir la palabra sexy.
-Ya no somos niñas, ya podemos vestirnos sexys- le dije riendo.
Conocí a Cristina poco después de que fallecieran mis padres, se convirtió en la mujer más importante de mí vida, ella y mí hermano lo eran todo.Después de probarnos varios vestidos con Cris ella eligió uno negro corto y ajustado que le quedaba hermoso. Yo elegí uno azul marino, corto y ajustado con un escote perfecto. Realmente me veía muy bien con él. Salimos de la tienda y nos fuimos a mi casa para arreglarnos y esperar a las otras.
Eran las 23:00 y ya estábamos todas listas.
-¿Vamos?- sugerí
Todas asintieron, en nuestro grupo éramos cinco, Cristina, Florencia, Cecilia, Delfina y yo. A todas las quería, con Flor chocabamos bastante seguido pero igual la quería.Nos subimos a mi auto, yo era la conductora designada como de costumbre, Cristina siempre iba en el asiento del acompañante y las otras atrás.
-Cris pon algo de música- le gritó Delfi desde el asiento de atrás. Cristina puso música y nos dirigimos al club.Llegamos las cinco al club y había demasiada gente haciendo fila, nosotras teníamos credenciales así que nos hicieron pasar cuando nos vieron. Siempre íbamos al mismo sector, ellas pedían tragos y bebían hasta que el boliche se llenara.
Cuando se llenó todas fuimos a bailar, muchos chicos nos sacaban a bailar pero yo pocas veces iba con ellos, no porque me sintiera superior, sólo que ninguno llamaba mí atención.Luego de varias horas bailando y bebiendo mis amigas ya estaban borrachas, Cris les ayudaba cuando alguna tropezaba, pero nunca pasaba algo grave. Sólo risas y tropiezos.
Me cansé y salí al patio del bar a fumar un cigarrillo, varios chicos ebrios se me acercaron a pedir mí número pero los rechacé, no estaba de humor, a los últimos ya los trataba mal porque eran desagradables.
- ¿Cansada?- escuché que me preguntaba un chico al lado mío, yo ya quería rechazarlo y decirle que me dejara en paz y se fuera. Me volteé para decirle que no estaba de humor y vi sus ojos, sus ojos color negro intenso, me hizo estremecer.
- ¿Sucede algo? Te quedaste muy callada mirándome- me sonroje cuando me dí cuenta de que estaba actuando como una loca. Dejé de ver sus ojos y me enfoqué en él, cabello castaño claro, corto. Estatura media, piel pálido como la mía, él tenía unos kilos de más pero eso no me molestaba, hacía que me pareciera más atractivo.-Holaa, ¿Estás?- me dijo con un tono burlón y sonrió, su sonrisa, su sonrisa era hermosa, tenía unas facciones hermosas.
-Emm si perdón, estaba pensando en otra cosa- le contesté por fin, un poco nerviosa.
- Matías, un gusto- me dijo tomándome de la barbilla obligándome a mirarme a los ojos.
-Azul- le dije tímida ¿Por qué estaba tímida?
- Tus ojos son hermosos, Azul- sonrió y volví a estremecerme, éste chico ya me tenía.
-Los tuyos son muy- no terminé la oración y él me interrumpió.
- Negros, lo sé- me volví a poner roja, me di cuenta de que ya casi babeaba.
- ¿Quieres ir a un lugar más privado?- me preguntó con una mirada traviesa. No lo conocía, sabía que tenía que decir que no pero yo solo asentí.
-Mi auto está afuera- me tomó de la mano y lo seguí, salimos del bar y caminamos un poco hasta llegar a su coche, un Jeep negro muy hermoso y lujoso.
Me senté en el asiento del acompañante y él comenzó a conducir y el miedo se empezó a apoderar de mí ¿Qué estaba haciendo?!
- ¿Dónde vamos?- le pregunté tratando de disimular mí miedo pero mi voz salió temblorosa.
-Tranquila, vamos a mi casa, pero no te va a pasar nada malo, lo prometo- me miró con esos ojos negros y no sé por qué pero yo le creí.
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Eyes
Teen Fiction"Me enamoré de él y fui estúpida al creer que podía funcionar" Azul, una adolescente despreocupada que vive con su hermano mayor Ernesto, conoce a Matías en una disco. Ella no espera las situaciones que va a pasar y que no ha vivido con nadie. Cr...