E-special

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~Contenido para adultos~

Me subió a su Jeep, me puso el cinturón y me recosté en el asiento, todo me daba vueltas.
Sin darme cuenta llegamos a su casa, el estado de ebriedad se iba pasando de a poco. Él se bajó del Jeep y me ayudó a bajarme, juntos caminamos hasta la entrada de su casa y cuando abrió la puerta me cargó en sus brazos ya que yo no hubiera podido subir las escaleras hasta su habitación.
Me sentó en su cama y comenzó a desvestirme, quise pararlo pero mi cuerpo no me respondía. Luego de sacarme toda la ropa me puso una de sus remeras y me acostó, automáticamente me quedé dormida, él mientras me hacía cariños en mí cabello.

Me desperté junto a él, mi cabeza dolía, sentía que iba a explotar. No podía recordar lo que había pasado la noche anterior, intenté acordarme pero había un vacío, sólo recordaba que Matías me había cargado hasta su habitación y me había desnudado... Miré mí cuerpo rápidamente, tenía puesta una remera de él. Me puse a pensar si algo había pasado y yo no podía acordarme.

Sentí bostezar a Matías, me sacó de mis pensamientos, lo miré y luego miré mis piernas, él entendió el gesto en seguida.

-No pasó nada, pero ganas de mi parte no faltaron- me dijo con voz ronca de recién despertando.
Sonreí y sentí que mis mejillas se volvían roja.
Me tomó de la barbilla y me dió un beso tierno y apasionado, sentí calor por todo mí cuerpo. Él me ponía de una forma que no podía explicarlo. Me recosté sobre la cama y el se subió arriba mío y siguió besandome, se sentía tan bien no sólo físicamente, mis emociones se sentían bien.
- ¿Quieres hacerlo?- me preguntó tiernamente rosando mis labios con sus dedos.
- Si- dije en un suspiro, realmente quería tener sexo con él.

Él me sacó su remera y quedé completamente desnuda, solo llevaba mis braguitas. Me puse roja pero él enseguida me besó para darme confianza, lo empujé y él quedó abajo mío, los dos sólo estábamos usando nuestra ropa interior de abajo.
Yo estaba sentada arriba de él, comencé a besarle su boca y bajé por su cuello, empecé a sentir el bulto bajo de mi intimidad que comenzaba a agrandarse. Fui bajando con mis besos por todo su cuerpo hasta llegar a sus boxers que amenazaban con romperse, los bajé y ví su miembro erecto, era demasiado grande. Lo tomé en mis manos y comencé a darle sexo oral, su cara se veía hermosa mientras disfrutaba. Me salí de arriba de él y me saqué mis bragas y él se puso un condón, volví a acomodarme y comenzó a penetrarme, al principio dolió pero fue el dolor más placentero que había sentido en mi vida. Luego de estar un rato teniendo sexo yo arriba de él, me abrazó por la cintura, me tomó el pelo y comenzó a besarme sin dejarme respirar.
- ¿Quieres ir abajo tú?- me preguntó mirándome a los ojos.
Acepté con una mueca y rápidamente él cambio la posición.
Llegamos a nuestro orgasmo juntos, él se acostó sobre mi pecho, los dos estabamos sudados y cansados, pero había sido el mejor sexo de mi vida.
Él se levantó y se colocó unos boxers nuevos, yo me coloqué mis bragas y me volví a acostar, él se colocó junto a mí y apoyé mi cabeza sobre su pecho.
Luego de reírnos por bromas que él hacía nos quedamos dormidos.
Me desperté nuevamente, y sabía que tenía que volver a mi casa. Ya era el mediodía y nadie sabía dónde andaba.
Como Cris fue mí chófer la noche anterior tuve que tomarme un taxi luego de despedirme de Matías, él se ofreció a llevarme pero no tenía ganas de explicarle a mi hermano por qué un chico me llevó tarde a casa, era incómodo.
Le besé la mejilla cuando el taxi estaba junto a la casa, que ironía, besarlo en la mejilla después de lo que había pasado. Nunca me iba a olvidar, fue realmente especial.
Veinte minutos después llegué a mi casa, me pagué al chofer y le agradecí. Tome mis llaves de mi billetera y entre a la casa, parecía que estaba vacía. No se escuchaba ningún ruido.

- Ernesto, ya volví- le grité a mi hermano pero no tuve respuesta. Supuse que no estaba en casa, no me preocupe mucho, él ya era mayor y podía hacer lo que quisiera.

Decidí tomar un baño. Tenía olor a alcohol, cigarrillos y sexo.
Me desnudé dejando caer mi ropa al suelo, cuando vi mi cuerpo desnudo recordé esta mañana, fue realmente increíble. Quería contarle todo a Cris, ella seguro se iba a reír mucho. Recordé que no le avisé nada cuando salí del club. Urgente debía llamarla luego de bañarme.
Me di un buen baño, limpiando toda evidencia de la noche que había tenido. Salí envuelta con la toalla y tomé mi celular para llamar a Cris. El celular sonó y sonó pero ella no contestó.
Le envié un texto
«Hola cielo, ¿Cómo estás? Tenemos que hablar, tengo que contarte mucho. Llámame cuando puedas. Adiós»
Esperé su respuesta, mientras tanto me vestí.

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