F*ck Feelings (TOE segunda temporada)

Fix You

*Continuación "Rescue me"*

#ÚLTIMO CAPÍTULO#

Near y los demás me ayudaron con mi proceso de abstinencia. Pude abstenerme al sexo con facilidad; con dificultad, pero pude abstenerme a las drogas, ya que llevaba poco tiempo consumiendolas; pero con el alcohol y los cigarrillos fue distinto. En el caso del alcohol, me sentía inestable (más de lo normal), sudaba en exceso, náuseas y vómitos, me sentía irritable, tenía ansiedad, sentía mi corazón latir con fuerza, las extremidades me temblaban, una vez sufrí de una convulsión, me sentía desorientado, me dolía la cabeza y no podía dormir bien; en el caso de los cigarrillos, me empezaba a faltar el aire, me daban fuertes ataques de ansiedad, me golpeaba contra la pared repetidas veces, llegué al grado de enrollar un trozo de papel y fumarlo como un cigarrillo real, estaba al filo de ma psicosis... Así que conservé mis preciosos cigarrillos, con el consentimiento de Near, pero sin el consentimiento de Mello.
Eventualmente, los demás síntomas desaparecieron.

Estaba dispuesto a pasar el peor de los infiernos solo por estar al lado de Mihael otra vez.

Siguió llamándome, cada semana sin falta, a la misma hora de siempre, llamadas que duraban horas, llenas de risas y lágrimas. Aún no lo tenía a mi lado, pero me bastaba con escuchar su voz para aliviar día a día mi alma que creía podrida.
Aunque bueno... Dejó de hacerlo eventualmente. Así de repente, así sin avisar, sin importarle lo que me pasaría, con la promesa de quedarse a mi lado hasta el final de nuestros días. No volví a mis vicios de siempre, solo enfurecí, me enojé tanto con él que la simple mención de su nombre me causaba cólera... ¿Por qué le gusta lastimarme?

Luego Kira retomó fuerzas.

Near se negaba a dejarme trabajar en el caso, a pesar que llevaba un progreso en mi rehabilitación. Me mantuvo ocupado en otras cosas, aunque también me otorgó informa limitada sobre este.

Y luego de repente, volvió a aparecer Mello para competir con Near. Consiguió la Death Note después de secuestrar a Sayu Yagami y sobornar al equipo de investigación del nuevo "L"; cuando supe de su ubicación -justo ahí en Los Angeles-, ya había liberado a Sayu y se fué, así que le perdí el rastro.

Pero luego, Near me otorgó mi última misión.

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— Matt, necesito que tomes inmediatamente un avión a Nueva York — interrumpió mi sueño profundo en mitad de la noche.
— ¿Qué? — solté un gran bostezo.
— Light Yagami logró dar con el paradero de Mello — con eso, capturó toda mi atención — Dice que Kira manipuló a uno de los miembros de su mafia para que le dijera su ubicación, pero no le creo en absoluto.
— Y, bueno... ¿Qué quieres que haga al respecto? — subí y bajé los hombros.
— Matt, es muy probable que intenten matar a Mello — puse los ojos como platos — Sé que precisamente no está haciendo cosas legales, pero no quiero que lo atrapen y mucho menos que lo maten, y supongo que tú tampoco lo quieres. Esta será tu última tarea: protege a Mello y ayúdalo en lo que necesite — quedé en completo silencio — Te daré su ubicación. El vuelo está reservado ya, así como un auto que te espera cerca de ahí que ya está comprado. Llega hasta allá y salva a Mello.

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Después de aterrizar en Nueva York, llegué al depósito de autos y pasé por el automóvil que había comprado Near. A alta velocidad, conducí en dirección al edificio viejo que me había indicado, que estaba a las orillas de este estado.

Ya era tarde en la madrugada, pasaba de la 1 am, así que debido a la oscuridad, pude distinguir unas pequeñas flamas a la distancia.

Cuando llegué, el edificio estaba hecho añicos.

No había nadie ahí, solo un edificio destrozado, pero una corazonada me decía que Mello estaba aún por aquí.

Inmediatamente bajé de mi auto y corrí hacia el edificio. No sabía por donde entrar, era un montón de escombros sin forma, ya ni siquiera parecía lo que era. Hasta que encontré lo que parecía ser una cueva hecha de los pedazos del edificio, que dirigía hacia alguna parte. No sabía si Mello estaba ahí, pero me tuve que arriesgar; quité mi chaleco, lo coloqué sobre la nariz y boca para evitar morir sofocado, y entré.
Grité cientos de veces su apodo y su nombre real -porque no sabía si seguía consciente-, pero no contestó, así que comencé a buscar arduamente. El calor era sofocante y el humo medianamente denso, pero había luz gracias a unas cuantas flamas que estaban encendidas.

Y luego, ahí estaba... Mello, mi Mello. Estaba tirado sobre un montón de escombros, con una máscara anti-gas ya deshecha por la mitad, el lado izquierdo de su rostro cubierto en sangre, así como su hombro del mismo lado, pero aún seguía medianamente consciente.
Rápidamente me acerqué a él, le retiré la máscara, lo puse en mis manos y lo cargué con fuerza; al ir saliendo casi a rastras, seguía llamándolo por su nombre para que se mantuviera despierto -al menos, un poco-, pero parecía que no estaba del todo consciente.

En el transcurso del viaje a su hogar -dirección que me pasó Halle-, trataba de mantenerlo despierto.
— Mello, quédate conmigo, por favor — decía mientras conducía.
— M-mail... ¿e-en verdad eres tú? — tenía los ojos cerrados y la voz adormilada.
— Si, Mihael... Soy yo. No te duermas, por favor — estaba bastante agitado, lo último que quería era que muriera.
— C-cuanto tiempo sin vernos... — sonrió débilmente — T-te extrañé, castaño idiota.
— Yo también, rubio psicótico — sonreí un poco — Si te mantienes despierto, te daré un chocolate al llegar a casa, ¿está bien?
— N-no sé si lo logre, pero haré mi mayor esfuerzo.

Después de pasada media hora, llegamos a la pequeña casa del rubio. Primero bajé yo y forcé la puerta -ya que no tenía las llaves-, luego tomé a Mello en mis brazos y nos internamos en el lugar.
— M-maravilloso, ahora será imposible quitar las manchas de sangre del suelo — dijo él en tono humorístico, mientras reía un poco.

Busqué el baño, entré y lo coloqué en la una gran bañera que había al fondo. Abrí la llave de la regadera y empecé a enjuagarlo mientras le retiraba el ya deshecho chaleco de cuero.
— A-apuesto que extrañabas verme sin camiseta, ¿eh? — alzó ligeramente la ceja.
— Creo que ya empiezas a desvariar — sonreí un poco. Si, obviamente extrañaba verlo sin camiseta, pero en ese momento, lo único que me preocupaba eran sus heridas.
— L-lo siento, Matt... P-pero tengo mucho sue... — no terminó la oración, cuando ya había caído desmayado.
— ¡No!, ¡Mello!, ¡Despierta! — golpeé ligeramente su mejilla para que reaccionara, pero no lo hizo — Miha, por favor... — tomé su pulso y mantenía un ritmo normal, pero aún así me preocupaba.

Saqué el teléfono, aún en el baño, y llamé a Near.
— Near, no digas nada y escúchame — dije antes de que articulara una palabra — Mello está malherido. Necesito un equipo de curación completo y especializado, de inmediato. No te tardes.

Por favor, Mells... Ahora deja que yo te salve.