CAPÍTULO 7

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Narra Misaki

Hiroki se quedó profundamente dormido.
No pude evitar mirarlo durante varios minutos, grabándome su rostro a conciencia en mi mente.

Era tan guapo... Con sus largas y abundantes pestañas, su cabello cayendo sensualmente por su rostro, sus finas y masculinas facciones...

En ese momento, supe por qué Nowaki-san no dudó en hacerlo suyo.
Me preguntaba si Usagi-san nunca lo habría visto como algo más que un amigo.

Un momento, ¿por qué pensaba en ellos en un momento así? Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos.
No era nada romántico pensar en nuestras parejas a esas alturas. No después de lo que había pasado en esa habitación y en ese baño. Decidí que lo mejor por ese día, sería dormir, así que me acurruqué en su cuerpo, pasando uno de mis brazos por su cintura.

—Yo también te amo, Hiroki— besé suavemente sus labios, y me dejé llevar por los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente, desperté oyendo ruidos extraños, y algo lejanos.
Mis párpados por fin cedieron, pudiendo abrir los ojos completamente, a pesar de que la luz del día me cegase un poco.
Mi cerebro comenzó a procesar todo lo que había ocurrido la noche anterior, sacándome una gran sonrisa, acompañada de un sonrojo.

Entonces caí en la cuenta de dónde estaba, y el sonrojo se multiplicó en mi rostro.

—Hiroki— susurré de forma soñadora cuando pensé en mi amante.

Decidí levantarme y salir de la habitación, atraído por un delicioso olor a tortitas con Nutella. Llegué a la cocina, y lo que vi me sorprendió, pues Hiroki se encontraba  preparando un suculento desayuno para los dos.

Al parecer, había notado mi presencia, ya que nada más pisar la cocina, se dio la vuelta y sonrió acercándose a mí.

—Buenos días, Misaki— me saludó dándome un tierno beso en los labios— Siéntate, ya casi está listo el desayuno— añadió cálidamente. Yo seguía aún bastante sorprendido, pues generalmente soy yo quien hace todo en casa de Usagi-san.

Me senté a la mesa, y Hiroki sirvió el desayuno típico americano que había preparado, compuesto de tortitas, Nutella, y zumo de naranja.
Desayunamos entre risas y besos.
Hiroki no dejaba de mirarme, lo cual me avergonzaba mucho, y yo trataba de tragar, con mucha dificultad, cada bocado que me llevaba a la boca.

—Misaki, ¿te gustaría ir al cine hoy?
Han estrenado una película que tiene muy buena pinta— propuso Hiroki muy emocionado. Había acertado de lleno con el plan, pues me apetecía mucho ir al cine. Aunque de igual forma, tampoco hubiera sido capaz de decirle que no.

—Sí, de hecho, estaba por proponértelo— confesé con una sonrisa. Me agradaba este lado de Hiroki, pues nadie creería que el profesor/demonio de Mitsuhashi fuese tan cálido, y capaz de esbozar sonrisas tan lindas.

—Entonces, compraré las entradas ahora para evitar la fila— anunció.

De inmediato, se levantó y fue directo a por su ordenador para comprar las entradas. Terminé rápidamente el desayuno, y fui a arreglarme para salir con él. Sería nuestra primera cita como amantes.

Media hora después, ya estábamos listos para irnos. Me quedé embobado al ver a Hiroki sin traje, vistiendo ropa casual. ¡Rayos! Era tan jodidamente guapo. Parecía mucho más joven así vestido.
Tuve que contenerme para no lanzarme a sus brazos, y comérmelo a besos.

Subimos al auto, y entre pláticas y sonrisas, llegamos al cine.
Como ya teníamos las entradas para ver "El secreto de Marrowbone", fuimos directamente a comprar los snacks y las palomitas, por lo que minutos después, pasamos a la sala. Hiroki había reservado los asientos de la última fila a la esquina.
La película comenzó. Yo trataba de centrar mi atención en la pantalla, mientras Hiroki se dedicaba a pasar su brazo detrás de mi espalda, colando su mano por debajo de mi camiseta.
Me tensé al sentir el contacto de sus dedos en mi piel causándome leves escalofríos.

Escondidos [Hiroki x Misaki] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora