CAPÍTULO 11

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Narra Misaki

Quise marcarle a Hiroki para darle la buena noticia debido a lo emocionado que estaba. Pero entonces, recordé que en ese momento estaría con Nowaki, y mi alegría se esfumó por completo.

Lo pensé mejor, y decidí que se lo diría en la cena del viernes, donde estaríamos tranquilos, y sin interrupciones.

Pero lo que sí hice, fue ponerle el caramelo delante, escribiéndole un mensaje que lo dejase intrigado.

"¡Hola, amor! Tengo muchas ganas de verte el viernes. Además, tengo algo que contarte.
Pero tendrás que esperar para saberlo jiji.
Sólo puedo decirte que te va a encantar.
Te amo"

Sabía perfectamente que Hiroki se pondría muy contento. Lo sabía, porque me amaba tanto como yo a él. Así que estaba seguro de que la idea de tener un bebé juntos le encantaría. Se pondría muy contento de saber que formaríamos una bonita familia.

Ya podía verlo acompañándome a los ultrasonidos, acariciando mi vientre, y hablándole al bebé.
Sabía también con absoluta certeza, que el día del parto estaría ahí conmigo, juntos para recibir a nuestro bebé.
Sin poder evitarlo, varias lágrimas de felicidad rodaron por mis mejillas.

—Hiroki, mi amor...— murmuré soltando un enorme suspiro, y acariciando mi vientre con ilusión.

El resto de la tarde la pasé frente al espejo, con la camiseta parcialmente levantada, mirando mi todavía delgada figura desde todos los ángulos posibles, sonriendo al saber que con el pasar de los meses, mi vientre crecería hasta estar listo para traer a mi bebé al mundo.
Volví a acariciarlo, y no pude evitar hablarle.

—Hola, mi vida— susurré pasando mis dedos por la zona donde habitaba mi hijo o hija— Así que eras tú quien me hacía tener esas náuseas y esos dolores, ¿eh?— reí suavemente— Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida. No te imaginas las ganas que tu papá y yo tenemos de conocerte. Pero sé que para eso falta aún. Así que quédate bien acurrucadito ahí dentro hasta que llegue el momento, ¿vale? Te amo muchísimo, mi pequeño.
No veo la hora de tenerte entre mis brazos, y no soltarte nunca. A partir de ahora, te prometo que me cuidaré mucho por ti, para que estés sano y protegido.
No te haces una idea de las ganas que tengo de decirle a tu papá que pronto estarás con nosotros, y formaremos una bonita familia— lágrimas de alegría volvieron a caer de mis ojos— Te amo, bebé— añadí besando mis dedos para después pasarlos por mi vientre en forma de caricia.

De repente, oí unas llaves en la puerta, y con ello, gritos en la sala. Eran Aikawa y Usagi peleando como siempre.
Miré la ventana, y vi que ya había anochecido. Estaba tan emocionado con la noticia de mi bebé, que me olvidé por completo de él, y de que siendo de noche, estaría por llegar.

Me bajé la camiseta, dispuesto a salir a recibirlos, ocultando mi total felicidad por el reciente descubrimiento.

En ese momento, tenía más claro que nunca que no podía seguir engañando a Usagi-san. No se lo merecía, por lo que pronto hablaría con él. Sin importarme que me odiase por engañarlo con su mejor amigo, yo sería sincero.

Bajé a la sala para saludar. Usagi-san me preguntó cómo seguía con mis malestares. Le dije que bien, que sólo necesitaba descansar para reponerme, ya que aún me sentía débil de tanto vomitar.
Lo entendió a la primera, sin insistir en el tema.

Me sentía el más grande de los hipócritas por ser así. Pero sabía que cuando hablara con Hiroki, esa farsa terminaría, y quizás por fin podría liberarme de la culpa, para vivir feliz con mi bebé y con Hiroki.

Me cambié de ropa para ponerme el pijama, y cuando estaba por meterme en la cama, mi teléfono sonó.
Fui corriendo a sacarlo de mi bolso, pensando que tal vez pudiera ser Hiroki, que me llamaba para sacarme información sobre mi mensaje.
Pero para mi decepción, se trataba de un número desconocido.
Sonó un par de veces más, y me decidí a contestar para salir de dudas.

Escondidos [Hiroki x Misaki] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora