CAPÍTULO 8

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Narra Misaki

Salí tranquilamente de la universidad, pues ese día era viernes, y tenía que aprovechar para terminar el ensayo que Hiroki me había pedido, o de lo contrario, me iría mal.

Cuando llegué a casa, me encontré con la misma escena que se había repetido durante toda esa semana. Una que ya me sabía más que de memoria:

Aikawa gritando, y apuntando con el dedo a Usagi-san.

—¡No me importa lo que digas! ¡Irás a esa comida, y se acabó, Akihiko!

—¡Eres un diablo! Maldigo la hora en que acepte que fueras mi editora, Aikawa. ¡Tú quieres que yo me muera! ¡Por eso no me has dejado descansar!— gritaba Usagi visiblemente molesto.

—¡¿Pero no entiendes que esto es beneficioso para tu carrera?! ¡Eres el escritor más aclamado del momento. No puedes negarte!

Los gritos seguían. Ninguno se había percatado de mi presencia. Por lo que había podido extraer de la discusión, Usagi-san tendría que ir a una comida con un empresario al día siguiente.

Sin interrumpirles, subí a mi habitación para acabar el ensayo.
Sólo pensaba en que por fin llegase el lunes para poder ver a Hiroki, quien me había hecho mucha falta esa semana.

Terminé mi ensayo de una vez por todas, y lo repasé a conciencia, revisando muy bien mi ortografía. Hiroki era muy estricto, capaz de ver hasta el más mínimo fallo en la caligrafía, y eso era algo que no me gustaba. Quería que quedase absolutamente perfecto.

De repente mi teléfono sonó, alertándome de que había recibido un mensaje:

"¿Mañana podríamos vernos? Te he extrañado muchísimo. Tal vez podríamos ir a la biblioteca pública, y así reviso tu ensayo de una vez"

—Cielos, Hiroki... Esperaba algo más romántico que "reviso tu ensayo de una vez"— murmuré con el ceño fruncido, ligeramente indignado.

Entonces, recordé que Usagi-san no estaría ese día, y que llegaría tarde a casa debido a la comida a la que tenía obligación de asistir.
Sin saber cómo me había atrevido a proponer algo así, le contesté el mensaje:

"Mañana Akihiko no estará. ¿Te gustaría venir al departamento? Yo también te extraño.
Mi cuerpo te extraña, y se me ocurren formas mucho mejores de aprovechar el tiempo.
Te espero ‪a las 18:00 de la tarde‬. ¿Vendrás?"

No esperaba respuesta a tal petición, pues sabía que estaba siendo muy atrevido pidiendo algo así. Sin embargo, no tardó en llegar la contestación:

"A mí también se me ocurren buenas ideas para pasar el rato, y todas incluyen tu cuerpo. Te veo a las 18:00."

Sonreí pícaramente al leer el mensaje.
Ese hombre iba a terminar por volverme loco.
Tras esto, terminé de revisar mi tarea, me puse el pijama, lavé mis dientes, y me perdí entre sábanas y sueños en los brazos de Morfeo.

Sentí algo muy suave posarse en mi cara. Cuando abrí los ojos, pude ver a Usagi-san despidiéndose de mí. Me dio un dulce beso en la mejilla, antes de que Aikawa le cogiese del brazo, y se lo llevase, gritando que ya era tarde.

—Me voy, Misaki. Llegaré tarde. ¿Podrás cenar solo?

—Sí, no te preocupes, Usagi-san. Cuídense— contesté viéndolos salir.
Por un momento, el corazón me dolió al verlo así.

Me levanté a terminar el aseo de la casa, y a preparar la comida, pues desgraciadamente, me tocaba comer solo. Aunque confiaba en que si Hiroki me había extrañado tanto como yo a él, se adelantase en venir para estar conmigo.

Escondidos [Hiroki x Misaki] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora