PRÓLOGO

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*N/A: escuchad la canción de arriba, pues esta.    historia surgió gracias a eso.

Cae la noche‬, y con ello, el cielo empieza a llenarse de brillantes y numerosas estrellas, que sustituyen al sol y a las nubes que gobiernan el caluroso día.

Afortunadamente, antes de venir, he podido terminar de corregir los exámenes que tenía pendientes de mis alumnos. Así que me he quitado ese peso de encima. Pero de igual manera voy muy cargado, con mi bolso lleno de libros, la cena que he pedido para los dos en ese restaurante que tanto nos gusta, y una rosa para ti.

Recordar todas nuestras noches de placer, y nuestros momentos juntos, hace que suspire embobado, y que me enamore más de ti, si es que eso es posible, con cada segundo que pasa.

Eres una dulce criatura, e indecisa criatura, y aún así, dependo completamente de tu amor. Ese que me hace ser yo mismo, que me mantiene vivo hasta en los momentos más difíciles.

El reloj marca las 20:00 al llegar al hotel donde, desde hace meses, siempre nos vemos‬.
Tengo muchas dudas acerca de si vendrás finalmente, pues hace tiempo que te comportas de una manera diferente.
Por alguna razón, estos días te noto algo ausente, y no puedo negar que, verte así, me inquieta bastante.

Pero, de cualquier manera, desde que te conocí, lo único que ansío es verte. Necesito besarte, y hacerte el amor como todas las veces que estamos a solas. Tú y yo. Sin nadie que nos lo impida. Sin pensar en si lo que hacemos está bien o mal. Simplemente nosotros dos.

Dejo mi bolso en un sillón de la habitación, y sobre la mesa redonda que hay junto a las sillas, la cena que he encargado. Tu favorita.
Antes de colocarlo todo, y encender las velas, decido ponerme cómodo, y mandarte un mensaje.

"Acabo de llegar al hotel. He encargado la cena en Narisawa. ¿Has salido ya? No te imaginas las enormes ganas que tengo de verte, amor mío."

Rápida, como siempre, su respuesta llega, y aunque es bastante escueta, me hace sonreír como el idiota enamorado que soy.

"Sí, ya estoy de camino. Te veo en breve."

Evidentemente, no me conformo con sólo leer su contestación. Así que decido llamarle, pues necesito oírle. Necesito oír su dulce y preciosa voz.

—¿Qué significa "estoy de camino"? ¿Por dónde vas exactamente, cariño?

—Mmm... Acabo de salir de la universidad.

Esto me impacienta, ya que eso quiere decir que, como mínimo, siendo optimista, le queda media hora para llegar, y yo, que no brillo exactamente por mi exceso de paciencia, me desespero porque no puedo esperar para verle.

—¿¡Saliendo de la universidad!? ¿¡Todavía!?

—Sí, "todavía"— contesta irónicamente— He salido más tarde, porque cierto profesor que conozco, nos ha mandado como tarea para mañana, un maravilloso, y demasiado extenso, trabajo literario.
Así que me ha tocado quedarme a terminarlo en la biblioteca con Tōdō.

Vale, lo mismo me he pasado mandándoles que redacten la vida y analicen todas las obras de William Shakespeare para mañana, pero es que... Esos mocosos, excepto él, me estaban sacando de quicio. Y claro... No podía eximir únicamente a Misaki, y castigar a todos los demás, pues sería bastante sospechoso. Y mucho más viniendo de mí.

—Está bien...— contesto dándome por vencido— Pero no tardes, por favor. Me muero por verte.

En lugar de una cariñosa respuesta, escucho un suspiro, y el sonido que me indica que ha decidido acabar la conversación.
A eso me refiero con que últimamente está ausente, pues unos meses atrás nos hubiéramos enrollado mucho más tiempo hablando por teléfono, dedicándonos palabras amorosas.
Pero desde que pasó aquello, las cosas han cambiado drásticamente. Y lo peor, es que no sé cómo hacer para recuperar a mi Misaki. Aquel risueño y tierno chico que me enamoró locamente a primera vista.

Escondidos [Hiroki x Misaki] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora