Profesor Cumberbatch [EDITANDO] ~TERMINADA~

[CAPÍTULO 22]

Cuando llegaron a la escuela, allí esperaban taxis y los autos de los estudiantes, cada uno se fue a casa a descansar mejor, ya que mañana sería lunes y volvería la rutina.

El lunes llegó de nuevo, y Sasha se levantó y se alistó para ir a la escuela y finalmente reunirse con su mejor amiga. Al llegar a la escuela, vio al Doctor Cumberbatch con su amiga, así que se acercó donde estaban.

— Buenos días, Doctor. Buenos días, Cloe —saludó Sasha.

— Qué bueno que te encuentro aquí, quería devolverte el auto. El mío ya lo arreglaron —dijo Benedict, entregándole las llaves.

— Gracias. ¿Cloe, trajiste tu auto? —preguntó Sasha.

— No —respondió Cloe.

— Perfecto.

— No le veo lo bueno, es horrible no traer auto —comentó Cloe.

— Digo que es perfecto porque te puedo prestar el auto. Toma —dijo Sasha, entregándole las llaves a Cloe.

— Bueno, señoritas, me retiro. Tengo que preparar la clase —dijo Benedict.

— Pase usted —respondieron al unísono Sasha y Cloe.

— Gracias, amiga. Me has salvado. No soportaría otro día en autobús. Una pregunta, ¿por qué Cumberbatch traía tu auto? —preguntó Sasha.

Sasha le explicó a Cloe todo lo que pasó durante el fin de semana, incluyendo lo que ocurrió en el viaje al bosque, que curiosamente resultó ser propiedad de Sasha.

— Vaya fin de semana. Yo conocí a un chico muy tierno. ¿Quieres ver su foto? —preguntó Cloe, mostrándole la foto del chico.

— Mmm... —Sasha titubeó.

— ¿Qué pasa? —preguntó Cloe.

— Nada, nada.

— Anda, dime. Solo tú sabes decirme si es el príncipe azul.

— Si no me equivoco... —comentó Sasha.

— Que es pocas ocasiones —completó su amiga.

— Tiene un hijo o hija abandonado por ahí.

— ¿En serio? Qué triste. Qué lástima. Lo siento, bombón. Adiós —dijo Cloe, borrando la foto, el número de teléfono del chico y su perfil de Facebook, hasta lo bloqueó.

— No quiero que pienses que no quiero que tengas novio —añadió Sasha.

— No te preocupes. No me molesto. Lo haces porque me quieres, no por otra cosa. Amigas como tú ya no existen —dijo Sasha, recordando una mala experiencia personal.

— Bueno, es mejor que entremos. La clase pronto comenzará —dijo Cloe.

Entraron al salón de clases, donde la primera clase era de Cumberbatch.

— Buenos días, jóvenes. Como saben, mañana es 14 de febrero. Espero que eso no los distraiga de sus trabajos. Pero también se los comento para que sepan que mañana habrá un pequeño convivio donde cada alumno tiene que traer una caja forrada con su nombre, en donde sus compañeros les dejarán una carta anónimamente. La dinámica es fácil: la dejan en su asiento, hacen una fila afuera del salón, y uno por uno pondrá cartas en la caja del destinatario. También recibirán de otros salones. Espero que todo esté claro.

— Sí, Doctor —respondió todo el salón al unísono.

Las clases transcurrieron normalmente, sin nada emocionante ni fuera de lo común.